Las amenazas por ciclones en el istmo centroamericano, las islas del Caribe y las costas del este de México y el sureste de Estados Unidos, cesaron en los últimos 14 días y en lo que resta de esta semana tampoco se prevé la formación de algún fenómeno de esa naturaleza en el Atlántico, según las previsiones del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, Estados Unidos.
“Tuvimos un ciclo muy activo entre mediados de agosto y finales de setiembre, seguido por otro que suprimió los ciclones, lo cual se atribuye a un fenómeno atmosférico que llamamos Oscilación Madden-Julian. Es como una onda tropical, pero viaja desde el Pacífico, contrario a las ondas tropicales que siempre vienen por el Atlántico”, dijo el coordinador de climatología del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), Luis Fernando Alvarado.
Según el científico, esas ondas o zonas de bajas presiones son de una longitud más grande que su contraparte del Atlántico. Se caracterizan por tener un periodo o duración mayor, donde favorecen la formación de ciclones seguida por un tiempo donde no ocurren. Cada ciclo de la Oscilación Madden-Julian dura entre 30 y 60 días, recorre todo el mundo y también influye en la formación de grandes tornados en regiones como Estados Unidos y Australia.
En ese sentido, afirmó que ya se está acercando a Centroamérica una parte de esa gran onda, la cual incidirá en el Atlántico y reactivará la producción de ciclones. Añadió que muy probablemente el fin de semana la influencia de ese fenómeno comience a reactivar la temporada ciclónica, a la que todavía le resta más de mes y medio, pues termina el 30 de noviembre. “Entonces, es cuestión de tiempo para que la temporada se reanude y vuelva al ritmo que tenía antes”, agregó Alvarado.
Esos altibajos son parte de la variabilidad normal, porque dentro de la temporada de huracanes suelen aparecer ciclos o periodos muy activos y otros de poca o nula actividad, como el de las últimas dos semanas.
Antes de la presente tregua, la temporada se caracterizó por superar las expectativas, ya que en setiembre alcanzó la cifra de 20 ciclones, que era el máximo esperado para este año. A la lista original de 21 nombres establecida por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de Naciones Unidas con sede en Ginebra, Suiza, solo le falta que se forme el que se llamará Wanda, para quedar completa. El más reciente ciclón formado en el Atlántico fue la tormenta tropical Víctor, el 29 de setiembre.
Como factor interesante, Luis Fernando Alvarado destacó que pese a la cantidad de ciclones que se han formado este año, su intensidad está un 32% por debajo del promedio, es decir, que los 20 fenómenos formados han tenido vientos asociados de menor fuerza y de menor duración. Para esas mediciones se utiliza una métrica llamada Energía Ciclónica Acumulada (ACE, por sus siglas en Inglés).
El año pasado se alcanzó la cifra récord de 30 fenómenos ciclónicos, de ellos 14 alcanzaron la categoría de huracán y hubo siete con vientos superiores a los 178 km/h, es decir, huracanes mayores.
De ellos, nuestro país sufrió el embate indirecto de Eta, que tocó tierra en Nicaragua el 3 de noviembre y del huracán Iota, que llegó a ese mismo país el 16 de noviembre, y que alcanzó vientos de 289 km/h.
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