
Fue hasta después de las 9 a. m. de este sábado cuando un camión cisterna de Acueductos y Alcantarillados llegó a barrio Jardín de Desamparados, uno de los afectados por las fuertes lluvias que al mediodía del viernes dejaron a muchas familias con grandes pérdidas materiales y daños en sus viviendas por la crecida del río Cucubres.
Un daño en las tuberías hizo que amanecieran sin agua y aunque las cuadrillas trataban de restablecer el servicio, lo cierto en que muchos afectados no pudieron lavar las casas, bañarse y realizar las labores para las cuales es imprescindible el agua.
Según el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), desde primera hora de la mañana las cuadrillas trabajan en quitar la gran cantidad de basura y troncos que cayeron encima de la tubería y que provocaron el daño. Paralelamente, camiones cisternas se encuentran repartiendo agua en las comunidades de Calle Fallas, Cucubres, El Diamante, Desamparados centro, Casa Blanca, San Rafael Arriba y Los Guido.
El corte afectó a personas cuyas casas no tuvieron daños y que también hicieron fila con botellas, garrafas y cubetas con las que acarreaban desde el camión del AyA el agua para poder, al menos, preparar las comidas e hidratarse.
Edwin Morales, uno de los vecinos, dijo que se debió a que una tubería que baja a un lado del río no pudo ser intervenida ayer por las crecidas, de manera que fue hasta hoy que se pudo entrar y lo que les han dicho es que al final de la tarde se les reabastezca, si las condiciones del tiempo permiten concluir las obras.
Además de eso, los tractores y vagonetas, así como gran cantidad de vecinos de Desamparados y Aserrí realizaban por sus propios medios labores de limpieza de vías por temor a que las lluvias de este fin de semana causen más afectación a las casas, calles y puentes colapsados en esos cantones.
Rebasó los muros
Doña Ana Cristina Badilla Aguilar, vecina de barrio Jardín, Desamparados, vive a escasos 30 metros del río Cucubres. Afirma que el viernes comenzó a llover antes del mediodía y cuando se dieron cuenta ya había rebalsado el puente
Como la situación no es nueva, las casas tienen en la base de la entrada un muro de concreto de unos 60 centímetros, pero esta vez eso no fue suficiente y al menos 16 viviendas resultaron con daños y muchas otras anegadas.
El agua achocolatada echó perder lo que tocaba y las familias tuvieron que salir hacia partes más altas, pues a lo largo de esa cuadra el río corrió a la libre.
“En cuestión de tres minutos todo se inundó. Tengo 12 años de vivir aquí y sabía que cada invierno el río se sale hasta la acera, por eso las casas tienen un muro, pero esta vez fue más. Creemos que desde las construcciones de las partes altas muchos tiran desechos al río, de modo que toda esa basura nos llega aquí”, afirmó Badilla.
Dijo que su esposo, que es técnico en telecomunicaciones, estaba con ella en la casa, pero no les dio tiempo de sacar las cosas y lo perdieron todo.
Lo mismo afirmó su vecina Nelly Gómez Beita, de 75 años, quien vive con otras cuatro personas en una casa que todavía tenía charcos este sábado. Afirma que a ella y su esposo los tuvieron que sacar los vecinos, porque el agua le llegaba al cuello.
“En término de cinco minutos vimos el río adentro de la casa. Lo perdimos todo, la refrigeradora, cocina y lavadora flotaban. Ahorita estamos sacando tierra y barro de la casa. Hay que botar un montón de cosas que se perdieron”, dijo.
Daniel Cerdas Quesada, un nieto de ella, pide a la municipalidad que draguen el río, porque todos los inviernos es lo mismo. Afirma que es una inversión millonaria, pero son muchas las familias afectadas.
El es estudiante universitario y dice que todo esto le afecta, incluso nos mostró que debajo del piso de la casa todavía estaba el agua estancada.
