El volcán Poás continúa inquieto y así lo muestran las cámaras del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), que la madrugada de este jueves captaron incandescencia en el cráter del coloso.
Este fenómeno lleva varias semanas ocurriendo, afirmó a La Nación el vulcanólogo del Ovsicori, Geoffry Avard, quien explicó, con base en experimentos realizados en los últimos años, que esto ocurre por la combustión de azufre que entra en la atmósfera.
En el 2019, cuando también se detectó incandescencia en el volcán Poás, los expertos del Ovsicori tomaron azufre del cráter para realizar un experimento de fusión y combustión en un sartén. El punto de fusión del azufre (de estado sólido a líquido) fue de 115 ºC.
Antes de iniciar la combustión, el material rondaba entre los 215 y los 231.ºC, y cuando aparece la llama azul oscilaba entre los 265 y 325 .ºC. En aquel momento, también se observó la llama azul en el cráter del Poás.
“Es mucho menos luminoso en luz real que con esa cámara que es infrarroja, entonces de noche se observa más de lo que el ojo puede ver”, señaló Avard.
En estos días de actividad, los vulcanólogos han observado también considerable lanzamiento de piedras. El Viernes Santo, el volcán tuvo erupciones energéticas que arrojaron rocas de hasta 50 centímetros por varios metros. Avard afirmó haber encontrado una de 30 centímetros a unos 300 metros del foco eruptivo.
“Estos eventos esporádicos, bien limitados en el tiempo, fueron energéticos y lanzaron rocas de tamaño considerable a una distancia apreciable”, indicó.
Durante una observación realizada este martes, también percibieron lanzamiento de rocas, pero más cerca del foco eruptivo, lo que no descarta que se sigan arrojando a mayores distancias sin que los vulcanólogos lo hayan notado.
El coloso también ha arrojado gases cuyos olores han alcanzado incluso hasta Heredia y Coronado, según reportes recibidos en Ovsicori.
Al haber poco viento, el gas se acumula poco a poco, y se convierte en una pluma densa que se mueve lentamente y puede afectar de forma severa las poblaciones que alcanza, apuntó Avard.