Un análisis elaborado por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) a raíz de la erupción del pasado 17 de enero en el volcán Turrialba permitió descartar la existencia de magma fresco en el sistema volcánico del macizo, esto a partir de tres parámetros geofísicos: la sismicidad, la deformación y el contenido de gases magmáticos.
El grupo de expertos de la institución concluyó que la actividad de ese día fue superficial y que está relacionada “con la interacción del cuerpo de magma que se emplazó entre el 2010 y el 2016 bajo la cima del volcán y el sistema hidrotermal”.
“Este cuerpo magmático se enfría y desgasifica lentamente. Los gases suelen acumularse dentro de grietas y cavidades superficiales que se rompen cuando la presión interna supera la resistencia de la roca, provocando explosiones y salida de fragmentos de roca en forma de ceniza, lapilli (pequeño fragmento de lava arrojado durante la erupción de un volcán) y/o roca. El mismo cuerpo magmático puede interactuar directamente con el sistema hidrotermal debido a la apertura de una grieta o falla, provocando una explosión hidrotermal o erupción freática”, explica un informe divulgado por el Ovsicori dos días después del evento.
Los vulcanólogos también destacaron en el documento que el comportamiento del coloso es inestable, lo cual genera varias erupciones freáticas para liberar gas y vapor que se acumula “dentro del edificio volcánico rompiendo sellos hidrotermales o minerales o la roca caja”, pero que la actividad del 17 de enero anterior es una de las más importantes en los últimos 24 meses. “Este evento eruptivo es el más energético de los últimos dos años. Luego, de esta erupción se observaron varios pulsos eruptivos de menor importancia”.
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Durante el análisis no se observó un cambio significativo en la actividad sísmica del Turrialba y recalcan que esto es una señal de la ausencia de “movimiento de cuerpos magmáticos dentro del edificio”.
En la inspección hecha luego de la erupción se encontraron en el depósito fragmentos de lava desgasificada con una capa superficial alterada, pequeños bloques (llamados lapillis) de roca muy alterada y otros fragmentos oscuros y vesiculados. “Se consideran estas rocas representativas de material lítico arrancado al edificio por la explosión (lava desgasificada), material del sello hidrotermal que se rompió por la explosión (roca alterada blanca) y material magmático juvenil que fue expulsado por la descompresión súbita durante la erupción (material oscuro vesiculado)”.
El Parque Nacional Volcán Turrialba permanecerá cerrado por tiempo indefinido debido a la reciente actividad eruptiva, en especial el evento ocurrido el pasado lunes y que alcanzó un kilómetro por encima del cráter.
