Una actividad “usual de la estación lluviosa” persistirá a lo largo de la semana en el territorio costarricense, según el pronóstico del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), que detalló que durante las tardes y primeras horas de la noche en el Valle Central y la vertiente del Pacífico se presentarán aguaceros con tormenta eléctrica.
En tanto, para el Caribe y la zona norte se esperan lluvias de variable intensidad en las montañas y las llanuras aledañas, mientras que la costa limonense tendrá precipitaciones dispersas y de muy baja frecuencia.
Sin embargo, el IMN advirtió, este lunes, de que se mantienen “niveles muy altos de saturación en los suelos” en la zona norte, Guanacaste, la zona fronteriza con Panamá y las partes montañosas del Valle Central, el Pacífico y el Caribe.
“Son zonas particularmente vulnerables. Se recomienda precaución ante posibles incidentes por deslizamientos o inundaciones”, aseveró la institución en su último aviso meteorológico.
Para este martes, la meteoróloga Gabriela Chinchilla detalló que la zona de convergencia intertropical aportará humedad desde temprano. “Luego de una mañana con un ambiente bochornoso, por la tarde las precipitaciones más intensas se concentrarán en las cordilleras del país, principalmente al norte del Valle Central y los alrededores de los golfos de Nicoya (Pacífico norte) y Dulce (Pacífico sur). Por la noche, las lluvias se concentrarán en la costa del Pacífico central”, señaló la experta.
Esto afectaría las labores de limpieza en vías como la Interamericana Norte o en rutas vecinales en Aserrí y Desamparados, afectados por aludes e inundaciones.

Desde agosto pasado, La Nación dio a conocer que, de acuerdo con las estimaciones del IMN, setiembre y octubre serían los meses más lluviosos del año, ya que “la variabilidad climática en el país en los próximos tres meses estará fuertemente modulada por La Niña”.
Ante esto, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha reiterado que las personas, principalmente en el Pacífico y Valle Central, deben estar atentas a ríos, quebradas, al desbordamiento del alcantarillado y a los deslizamientos de laderas inestables.
A finales de la semana pasada se atendieron múltiples incidentes en Desamparados y Aserrí, luego del desbordamiento del río Cañas. Asimismo, un derrumbe en Cambronero arrastró un bus y una moto hacia un precipicio de 100 metros, nueve personas murieron y al menos 37 resultaron heridas.