El pan parece ser el enemigo número uno en las dietas libres de gluten que, tanto celíacos como personas con sensibilidad intestinal deben excluir de su alimentación, sin embargo, la buena noticia es que, tanto ellos como quienes gozan de una salud intestinal admirable, se benefician de llevar una dieta libre de su consumo, lo que ha promovido el desarrollo de recetas para pan sin gluten que no solo nada tienen que envidiarle al pan tradicional, sino que compiten con inmensos beneficios.
Y es que, de acuerdo con la nutricionista Catalina Palomino, las ventajas del consumo de pan sin gluten van desde el mejoramiento de la actividad digestiva, la disminución en la presión sanguínea, el aumento de la salud del pelo y de la piel y la reducción de triglicéridos y colesterol, hasta el fortalecimiento general del sistema inmune contra trastornos inflamatorios y alergias.
Además, Palomino explica que el gluten no es indispensable para el ser humano y excluirlo de la dieta no solo no representa una desventaja nutricional, sino que da lugar a sustituir su consumo por otras excelentes opciones, desde el punto de vista del aporte nutricional, fácilmente. Esto, sumado a las infinitas posibilidades que ofrece el mercado para sustituir esa característica especial de la ‘miga’ propia del pan tradicional, aportada por el gluten, le ha dado una oportunidad única a este pan que ha encontrado su lugar, ya no solo escondido en los anaqueles de algunos mercados saludables, sino dispuesto en góndolas de grandes superficies e invadiendo recetas y cursos en línea en las redes sociales.
Ahora, el pan sin gluten se presenta como la oportunidad de sumar nutrientes a unos hábitos alimenticios conscientes de que los ingredientes sí importan.
¿Salud o tendencia?
Hechos como que la celiaquía aún no tenga cura (a menos que se elimine de por vida el consumo de gluten), la aparición más o menos reciente de otros trastornos como la sensibilidad al mismo y el aumento de diagnósticos, han acelerado o promovido la oferta de alimentos libres de gluten y de manera particular, de productos de panadería.
Con esta oferta, una fuerte demanda en busca de alimentos saludables también se ha disparado, sin embargo, afirmaciones erradas que se propagan señalando que los alimentos sin gluten no engordan, han opacado los verdaderos beneficios, convirtiendo su consumo, en ocasiones, en objeto de algún tipo de tendencia.
No obstante, más allá de un consumo por moda, muchos de los amantes de la cocina saludable, especialistas en nutrición, entrenadores en cambios de hábitos, entre otros, han intensificado la promoción del consumo del pan sin gluten reconociendo sus verdaderos beneficios.
Beneficios a nivel inmunológico
Probablemente una de las características que más poder se le confiere al consumo de pan sin gluten sea que evita el debilitamiento del sistema inmune y en cambio, puede fortalecerlo. María Camila Valencia Robledo, creadora de Comida Sin Etiquetas, que tiene el pan sin gluten como producto insignia, cuenta que llegó a la cocina y a la alimentación libre de gluten tras haber sido diagnosticada con una enfermedad autoinmune.
“Generalmente, en el mundo médico, estas enfermedades son tratadas en sus síntomas y casi nunca realmente se trata de encontrar la raíz del problema”, señala Valencia, quien llevada por su curiosidad, investigó arduamente y encontró que era posible empezar a hacer cambios de estilo de vida para mejorar e incluso revertir, muchos de los síntomas que padecía, uno de esos cambios fue en la dieta.