
Tal parece que se empieza a deshilachar la fantasía del "dictador más cool del mundo“. Se suman los tropiezos, el último de estos, revelado este lunes 30 de junio por The New York Times: Osiris Luna, jefe de Cárceles y “uno de los confidentes más cercanos” de Nayib Bukele, ofreció a Estados Unidos testificar sobre el pacto de gobierno con las maras. A cambio, el alto jerarca salvadoreño pidió “asilo con alojamiento de lujo”.
La noticia de que Bukele negoció con las pandillas no es nueva; la dio a conocer el medio salvadoreño El Faro en setiembre del 2020, un mes después de que Luna visitó la embajada estadounidense para ofrecer información.
En diciembre del 2021, el Departamento del Tesoro estadounidense impuso sanciones a Luna y a Carlos Marroquín, director de Reconstrucción del Tejido Social del gobierno salvadoreño, al descubrir que ambos facilitaron reuniones en prisión entre miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) y participaron en ellas.
Según el Tesoro, esas reuniones fueron parte de los “esfuerzos del gobierno de Bukele por negociar una tregua secreta con los líderes de la pandilla”. Los cabecillas de la MS-13 acordaron reducir las tasas de homicidios y dar su apoyo político al presidente. A cambio, el gobierno proporcionó dinero a las maras, así como teléfonos y prostitutas a los pandilleros encarcelados. Al final, el pacto duró poco y desembocó en un fin de semana sangriento y un régimen de excepción violatorio de derechos.
LEA MÁS: CIDH denuncia ‘abusos’ en estado de excepción en El Salvador y pide derogarlo
En mayo de este año, nuevas publicaciones de El Faro desataron la furia de Bukele. Esta vez, con entrevistas con los pandilleros (que no se sabía que estaban libres otra vez), confirmaban los distintos pactos con Barrio 18. Carlos Dada y Óscar Martínez, director y jefe de información del medio salvadoreño, denunciaron que el gobierno prepara órdenes de captura contra algunos de sus periodistas.
Para su publicación, el Times indagó durante dos meses, y entrevistó a más de 30 personas familiarizadas con la investigación federal que realizaba Estados Unidos sobre la MS-13. Este trabajo periodístico permitió obtener un panorama más amplio de la historia.
Es conocido que Nayib Bukele visitó la Casa Blanca en abril y negoció con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario salvadoreño aceptó recibir más de 200 migrantes expulsados de Estados Unidos la cárcel creada por El Salvador para recluir pandilleros.
A cambio, Estados Unidos pagó a El Salvador millones de dólares. Pero un ingrediente adicional se sumó al trato por petición expresa de Bukele: la deportación de los principales líderes de la Mara Salvatrucha a suelo salvadoreño, con la supuesta intención de que enfrentaran la justicia en su nación.
LEA MÁS: Bukele alardea sobre su alianza ‘puño de hierro’ con Trump
Sin embargo, las investigaciones de NYT evidenciaron que podría haber otra motivación en el deseo de Bukele de repatriar a los pandilleros. Los fiscales estadounidenses habían acumulado pruebas sustanciales y testimonios de mareros sobre el pacto corrupto entre el gobierno y altos dirigentes de la MS-13.
“El acuerdo con El Salvador en realidad socava una larga investigación estadounidense sobre la pandilla, según varias personas con conocimiento de la iniciativa”, explicó el reputado medio norteamericano.
En síntesis, Bukele habría ayudado al gobierno de Trump a llevar a cabo su agenda de deportaciones. A cambio, obtuvo varios millones de dólares y la repatriación de líderes pandilleros que, sin duda, cuentan con información importante para esclarecer la verdadera historia sobre los pactos del presidente.

Mientras tanto en ‘villa bitcoin’
Mientras Bukele negocia la deportación de pandilleros, El Salvador enfrenta una época de “enfriamiento” económico. El producto interno bruto (PIB) de esa nación creció 1,5 puntos porcentuales menos en el primer trimestre del 2025 respecto al mismo periodo del año anterior.
Adicionalmente, el gobierno de Bukele tuvo que ceder ante las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), que le pidió eliminar el bitcoin como moneda de curso legal si quería obtener un préstamo de $1.400 millones. Así, se desplomó el sueño anunciado por Bukele cuando dijo que los salvadoreños podrían pagar sus productos y servicios con la criptomoneda, y anunció la creación de la “Ciudad Bitcoin” para convertir a su país en un centro financiero mundial.
Estos acontecimientos deshilachan la fantasía de Bukele, que sostenía su popularidad en el importante logro de haber desterrado a las pandillas de El Salvador y lograr una paz sostenida. ¿O no? Según reportó AFP, esta es una verdad a medias.
LEA MÁS: Editorial: Nayib Bukele sin máscara
Esperanza Martínez, vecina del barrio 10 de octubre, un antiguo feudo de la Mara Salvatrucha, reconoce que desde hace un tiempo vive más tranquila, pero no se fía de los pandilleros: “Siempre hay, escondidos, pero hay”, murmuró a AFP.
Martínez y sus vecinos no se engañan: “hoy tenemos un poquito de paz, pero quedan remanentes escondidos en los cerros”, comentó Carlos Sánchez, un lavacarros de 48 años.
Así es como, entre las grietas del discurso del presidente Bukele, se empieza a ver la versión no oficial que refuerza lo denunciado por El Faro hace casi cinco años. A su vez, el periodista Carlos Martínez hizo un llamado a velar por la integridad de Osiris Luna, quien ya empieza a ser tachado como “traidor” por afines al gobierno salvadoreño.
