
Eugenia Zamora, presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), le envió una carta al mandatario Rodrigo Chaves para rechazar sus nuevos ataques contra la institución electoral. En el texto, le dijo que “está amenazando la paz y la estabilidad política del país”.
“No me es grato expresarle estas palabras”, dijo la magistrada el principio de la carta, en la que expone que esta es la primera vez en 76 años que un jerarca del TSE debe emitir un pronunciamiento de este tipo.
De seguido, Eugenia Zamora advirtió a Chaves de que los magistrados no pueden permitir que se difame al TSE porque el proceso electoral es la alternativa pacífica “a la violencia política que hace tanto superamos”.
“El debate público nacional y el foco de atención no deben estar en usted, sino en las personas que aspiran a ser electas y en sus propuestas para resolver los problemas nacionales”, continuó.
Según Zamora, los ataques del gobernante contra ella, en lo personal, son irrelevantes, pero tienen el objetivo de minar la credibilidad del TSE.
“Merezco respeto como persona y usted me lo ha faltado, pero no es esa la razón que me obliga a pronunciarme. Estoy ya al final de mi carrera de servicio público y, gracias a la sabiduría de nuestros constituyentes, usted carece de potestad para destituirme.
“Así que, en lo personal, sus manifestaciones sobre mí son irrelevantes, pero no lo son en lo institucional y por la investidura que represento: cuando usted, faltando a la verdad, acusa un sesgo partidario en mis actuaciones y en las de mis compañeras y compañeros del Tribunal como juezas y jueces electorales, está atacando la credibilidad de la institución que dirigimos, del proceso electoral que se avecina y del resultado de este que certificaremos.
"Está amenazando la paz y la estabilidad política del país y eso es algo, le repito, que no podemos permitir“, continuó.
El TSE cuidó los votos que llevaron a Chaves al poder

La magistrada Zamora calificó de falso que el TSE esté sesgado. Le recordó a Chaves que el Tribunal cuidó los votos que le permitieron a él llegar al poder, “porque fue la voluntad mayoritaria expresada en las urnas”.
Además, indicó que el TSE ha rechazado y admitido denuncias en contra del mandatario durante su periodo, pero no podía incumplir el deber de fiscalización del financiamiento de campaña o “quedarnos de brazos cruzados cuando amenazó con un apagón de radio y televisión, o permitir que se trasgredan las normas que en Costa Rica exigen la imparcialidad política de las autoridades de gobierno”.
Cuando eso ocurrió, dijo Zamora, el TSE pasó de recibir elogios de Chaves “a ser objeto de sus vituperios”.
Zamora a Chaves: ‘No sé si lo comprende’
La presidenta del TSE sostuvo que Chaves, más que señalar deficiencias técnicas, ha optado por desprestigiarla a ella.
“No sé si lo comprende, pero haber participado en algún partido político o servido un cargo durante un gobierno, no veta a nadie para la magistratura electoral en ninguna democracia del mundo, porque en democracia la participación político partidaria no es una vergüenza, sino un sagrado derecho ciudadano”, indicó.
En ese sentido, precisó que su participación en la primera administración de Óscar Arias (1986-1990), hace más de 35 años, ha estado publicada por años como parte de su trayectoria en el sitio web del TSE.
Zamora fue viceministra de Justicia de 1986 a 1987 y directora de despacho presidencial de 1987 a 1988.
“Ese dato era público cuando yo recibía sus elogios, y lo era muchos, muchísimos años antes, durante elecciones en las que declaramos ganadores a personas de muchos diferentes partidos políticos”, adujo Zamora.
La magistrada cerró diciendo que, acuerpada por 1.400 funcionarios y funcionarias, de los cuales ninguno fue nombrado por un gobierno de turno, “dirigiré las elecciones nacionales 2026 y garantizaremos, una vez más, que las y los costarricenses puedan votar en un proceso electoral libre, en el que las leyes electorales se cumplan y la voluntad popular se imponga”.
Chaves atacó a Zamora el miércoles
El miércoles 30 de octubre, Chaves atacó a Eugenia Zamora con motivo de la solicitud de levantamiento de inmunidad del mandatario para continuar con el estudio de denuncias sobre presunta beligerancia política.
El presidente dijo que Eugenia Zamora “no ha querido dar la cara” y usó la palabra “amujérese” en referencia a ella.
Alegó que no existe un delito electoral por el que se pueda destituir a un presidente y que un “letradillo baboso dice que un lapicero haciendo así es beligerancia política”. Insistió en que el proceso es un atropello.
“Esta es la ofensa más grande al orden constitucional de esta patria desde 1948, que llevó a una guerra civil, y yo espero que en este caso no ocurra ni violencia ni desórdenes civiles”. dijo.
Además, cuestionó a las diputadas Alejandra Larios y Rocío Alfaro por no llamar a comparecer a Zamora al Congreso para referirse a la solicitud de levantamiento de inmunidad. Ellas argumentaron que los magistrados propietarios del TSE no pueden adelantar criterio sobre la decisión final que vaya a tomar, pues la solicitud se hizo a instancias de la Sección Especializada del TSE que analiza las solicitudes de beligerencia. Ese órgano está conformado por magistrados suplentes.
“Vamos a crear dos instancias: de la nariz para la izquierda va a juzgar a tal persona, Rodrigo Chaves, y de la nariz a la derecha esa parte de Rodrigo Chaves va a resolver la apelación. Esa es una falta de respeto a la lógica”, alegó Chaves.
Contenido completo de la carta de Eugenia Zamora
Señor Presidente:
Comienzo por manifestarle que no me es grato expresarle estas palabras. Ninguna persona al frente del Tribunal Supremo de Elecciones debió hacerlo en 76 años. Coincidieran o no con nuestras resoluciones, les diéramos la razón o no en sus tesis, todos los Presidentes y la Presidenta de la República que hemos tenido desde 1949 han respetado al Tribunal, conscientes de que se trata del órgano que, al certificar el resultado de las urnas, sustentaba la legitimidad de sus propios cargos y que deslegitimarlo era deslegitimar su mandato presidencial. Conscientes de que no tenemos otro mecanismo de resolución pacífica de la competencia por el poder político que el proceso electoral, por lo que difamarlo amenaza con dejarnos a los costarricenses sin alternativas a la violencia política que hace tanto superamos. Espero que comprenda que eso es algo que no podemos permitir.
Ahora bien, presentadas ya las candidaturas, el debate público nacional y el foco de atención no debe estar en usted, sino en las personas que aspiran a ser electas y en sus propuestas para resolver los problemas nacionales. Por eso esta será mi única manifestación pública sobre sus agravios.
No me mueven, consideraciones personales para dirigirme a usted. Merezco respeto como persona y usted me lo ha faltado, pero no es esa la razón que me obliga a pronunciarme. Estoy ya al final de mi carrera de servicio público y, gracias a la sabiduría de nuestros constituyentes, usted carece de potestad para destituirme. Así que, en lo personal, sus manifestaciones sobre mí son irrelevantes. Pero no lo son en lo institucional y por la investidura que represento: cuando usted, faltando a la verdad, acusa un sesgo partidario en mis actuaciones y en las de mis compañeras y compañeros del Tribunal como juezas y jueces electorales, está atacando la credibilidad de la institución que dirigimos, del proceso electoral que se avecina y del resultado de este que certificaremos. Está amenazando la paz y la estabilidad política del país y eso es algo, le repito, que no podemos permitir.
Es falso que el Tribunal Supremo de Elecciones esté sesgado en su contra. Cuidamos los votos a su favor en 2022, cuando sus correligionarios no eran suficientes para hacerlo en las mesas de votación. Declaramos la elección a su favor, porque fue la voluntad mayoritaria expresada en las urnas y eso para nosotros es sagrado. Desde entonces, hemos admitido y también rechazado denuncias en su contra, siempre conforme a lo que en Derecho corresponde a los jueces. Pero, por ese mismo respeto a nuestras responsabilidades constitucionales y legales, no podíamos incumplir nuestro deber de fiscalización del financiamiento de campaña, quedarnos de brazos cruzados cuando amenazó con un apagón de radio y televisión, o permitir que se trasgredan las normas que en Costa Rica exigen la imparcialidad política de las autoridades de gobierno. Ha sido entonces que hemos pasado de merecer sus elogios a ser objeto de sus vituperios. No antes, solo entonces, y solo por cumplir con nuestro deber.
En esos ataques suyos, más que señalar deficiencias técnicas en nuestras decisiones colegiadas, usted ha optado por intentar desprestigiarme en lo personal. No sé si lo comprende, pero haber participado en algún partido político o servido un cargo durante un gobierno, no veta a nadie para la magistratura electoral en ninguna democracia del mundo, porque en democracia la participación político partidaria no es una vergüenza, sino un sagrado derecho ciudadano, y porque haber servido un cargo durante un gobierno, como usted mismo debe saber, no compromete a la persona con la agrupación política por la que se eligió ese gobierno. En mi caso, toda mi trayectoria profesional, de la que estoy muy orgullosa, incluido mi servicio público durante la primera administración Arias Sánchez, es y ha sido pública por años en el sitio web del TSE. Ese dato era público cuando yo recibía sus elogios, y lo era muchos, muchísimos años antes, durante elecciones en las que declaramos ganadores a personas de muchos diferentes partidos políticos.
Luego de años de trabajo honrado, tanto en el país como internacionalmente, en defensa de los derechos humanos, de las personas refugiadas, de las niñas y los niños, y de los derechos políticos de las personas, especialmente de las mujeres, cerré con broche de oro asumiendo como la primera mujer Presidenta de uno de los órganos electorales más prestigiosos del mundo, no solo conduciendo con éxito los complejísimos procesos electorales de 2022 y 2024, sino, además, con una trayectoria impecable, sin haber sido sancionada jamás por falta alguna.
Con esas credenciales, flanqueada por mis dos compañeras magistradas y mis dos compañeros magistrados, juezas y jueces igualmente probos, y acuerpada por 1.400 funcionarios y funcionarias electorales de amplia experiencia y mística probada, de los cuales ninguno, ni uno solo, fue nombrado por ningún gobierno de turno, dirigiré las elecciones nacionales 2026 y garantizaremos, una vez más, que las y los costarricenses puedan votar en un proceso electoral libre, en el que las leyes electorales se cumplan y la voluntad popular se imponga.

