
Una contrajugada legislativa de los partidos de la oposición le impidió a la administración del presidente, Rodrigo Chaves, sepultar el proyecto de ley de vuelos baratos entre Costa Rica y Centroamérica, este jueves.
Al mediodía, el Poder Ejecutivo retiró todos los proyectos que había en la agenda del plenario y dejó sobre la mesa únicamente la iniciativa sobre vuelos baratos, que tiene pendiente de conocer el veto presidencial.
La táctica, que ya había intentado el mandatario a inicios de mayo, pretendía obligar a los congresistas a discutir, sí o sí, el veto y tomar una decisión definitiva. Aunque una mayoría de la oposición quiere resellar el proyecto sobre los tiquetes aéreos de bajo costo, requiere el apoyo de 38 congresistas, cantidad que un jueves es difícil lograr.
De hecho, apenas había 40 legisladores en el plenario y, de ellos, los ocho oficialistas están en contra del resello. Es decir, el proyecto estaba destinado a la sepultura, este jueves.
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No obstante, el Reglamento legislativo establece que un informe de un veto presidencial debe discutirse en la primera parte de la sesión del plenario, es decir, entre las 3 p. m. y las 4 p. m. Si antes de esa hora no se ha empezado a discutir el veto, ya no puede iniciarse ese debate, porque la segunda parte de la sesión es exclusiva para las votaciones de proyectos, en primer o segundo debate.
Conscientes de la estrategia del Poder Ejecutivo para obligarlos a discutir el veto, los legisladores de oposición usaron varios artilugios: primero, el jefe del Partido Liberal Progresista (PLP), Gilberto Campos, usó la palabra los cinco minutos para referirse a una moción de orden para sesionar de forma extraordinaria el jueves 12 de junio; luego, el independiente Gilberth Jiménez usó los cinco minutos para hablar de la moción de revisión sobre esa sesión extraordinaria, además de que tomaron todo el tiempo posible para votar esas mociones.
Finalmente, a ocho minutos de las 4 p. m., la jefa a. i. del Partido Liberación Nacional (PLN), Alejandra Larios, pidió un receso de 10 minutos, para su fracción. Para cuando la jefa oficialista, Pilar Cisneros, se dio cuenta de la contrajugada que tenía en frente, ya era demasiado tarde.
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La vocera chavista reunió a sus diputados, para conversar respecto a la artimaña de la oposición, y cuando el presidente de la Asamblea, Rodrigo Arias, anunció que pasaban a la segunda parte, pero no tenían ningún proyecto convocado -por decisión de Rodrigo Chaves- procedió a levantar la sesión.
Cisneros apenas pudo pedir la palabra por el orden y habló por dos minutos, reclamándoles a los otros partidos que “no querían trabajar”. Cuando terminó, Arias cerró la sesión y la oficialista Ada Acuña empezó a aplaudir irónicamente viendo hacia la bancada del PLN.
Una vez levantada la sesión, el oficialismo convocó a una conferencia de prensa, en el lobby, para quejarse del “poco avance en el trabajo legislativo”; sin embargo, fue decisión del Ejecutivo dejar sin proyectos la agenda del plenario de este jueves.
En esa conferencia, Cisneros aseguró que existe un contubernio entre Liberación Nacional y el Partido Liberal Progresista (PLP), para frenar la discusión sobre el veto de vuelos baratos.
La oficialista alegó que Rodrigo Arias ni siquiera puso a discusión su moción para extender la primera parte de la sesión del plenario, que habría permitido discutir el resello.
En declaraciones a los medios, la subjefa liberacionista, Alejandra Larios, enfatizó que si la Asamblea no está trabajando, es por la decisión de la Presidencia de la República de vaciar totalmente la agenda del plenario.
Futuro de los vuelos baratos
El proyecto de vuelos baratos pretende que las aerolíneas ofrezcan vuelos de $100, ida y vuelta, entre Costa Rica y Centroamérica, la mitad si el viaje es en un solo sentido.
Para viajar a República Dominicana, los tiquetes costarían $120, ida y vuelta, y la mitad en un solo sentido. La forma de asegurar eso, propuso Eliécer Feinzaig, del PLP, es reducir los impuestos que se cobran a los boletos aéreos.
El proyecto fue vetado el 18 de febrero y lleva ya varios meses en el limbo legislativo, pues la oposición perdió el apoyo que tenía inicialmente para resellar y desechar el veto de Chaves.
Según Cisneros, ni ahora ni después tendrán los 38 votos para resellar, pero la oposición prefiere mantener el plan en baño María, antes que ponerlo en el cadalso donde el oficialismo podría ejecutarlo y sepultarlo, de una vez.
