El proyecto de una “megacárcel” que tiene entre sus planes el gobierno de la República tendría un costo aproximado de $35 millones y permitiría ingresar a 5.000 privados de libertad, según lo manifestó el ministro de Justicia y Paz, Gerald Campos, este viernes, poco antes del mediodía.
La afirmación la hizo el jerarca durante una visita del presidente de la República, Rodrigo Chaves, al Centro de Atención Institucional (CAI) Jorge Arturo Montero, para “verificar el cumplimiento de las medidas de disciplina en las cárceles”.
Campos aseguró que el costo excesivo de los proyectos que estaban sobre la mesa impulsaron su visita a El Salvador, para conocer el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), construido por el gobierno de Nayib Bukele.
El mandatario mencionó que el anterior proyecto que estaba en los planes, en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), iba a costar $75 millones para 1.000 privados de libertad.
“No es un hotel de lujo en Papagayo, por eso llamé a mi colega de El Salvador, a quien le tengo muchísimo respeto”, añadió Chaves.
El ministro aseguró que, mientras en El Salvador la megacárcel cuesta $2.500 por persona, aquí habría costado más de $70.000, por lo que buscó un acuerdo verbal de cooperación.
“Están nuestros equipos trabajando y hemos calculado que el proyecto de construcción, avituallamiento y todo lo que implica, no va a superar los $35 millones para 5.000 personas privadas de libertad”, detalló el ministro de Justicia.
Gerald Campos sostuvo que la promesa del gobierno es que, a partir de la colocación de la primera piedra, serían 195 días de construcción de la megaprisión.
También afirmó que ya tienen avanzado el diseño de esa instalación penitenciaria, mientras que están definiendo los aspectos relacionados con el modelo por seguir y la fecha estimada para la primera piedra.
Chaves promete contratación siguiendo el marco legal
Según el presidente de la República, al modelo de contratación del oferente de la construcción de esa megacárcel le van a poner 1.001 peros los “defensores de los criminales y los narcotraficantes”.
Sin embargo, prometió que se realizará un modelo de contratación siguiendo el marco de la ley, para evitar cualquier tipo de cuestionamiento que pueda surgir de las observaciones de la Contraloría General de la República.
Bajo un fuerte sol, en San Rafael de Alajuela, poco antes del mediodía, y frente a un centenar de oficiales de la Policía Penitenciaria, de la Fuerza Pública y de la Unidad Especial de Intervención (UEI), Chaves aseguró que fue a corroborar personalmente los operativos que se realizan en el lugar donde ordenó aumentar, al estilo de la megacárcel de Nayib Bukele, de 80 a 1.000 prisioneros.
De hecho, el mandatario convocó a los medios a las 8:30 a. m. en La Reforma, donde arribó a las 10:42 para hacer una inspección en el módulo de máxima seguridad, que se prologó durante unos 20 minutos.
Aunque Casa Presidencial llamó a los medios a acompañar al mandatario en una convocatoria denominada “Disciplina en las cárceles”, ni fotógrafos, ni camarógrafos, ni periodistas tuvieron acceso al recorrido y se quedaron fuera.
Posteriormente, la misma Presidencia envió un corto video donde se ve al Presidente asomado por un portón, mientras se escuchan gritos e improperios de los privados de libertad.
Esa inspección la hizo en compañía de los oficiales de la Policía Penitenciaria que realizan diariamente varios operativos para verificar la exigencia de objetos prohibidos, entre teléfonos celulares, armas hechizas y otros bienes ahora prohibidos por las nuevas medidas.
Chaves respondió, levantando la voz, que mantendrán las medidas ordenadas semanas atrás, entre ellas la limitación de las visitas familiares y conyugales, la reducción de las encomiendas que reciben los presos y el cierre de pulperías en los centros penales.
“Las medidas se mantienen. Vine a ver con mis propios ojos la ejecución de las medidas y hoy, porque había prensa, lo tuvimos que anunciar. Nadas más sepan que un día de estos me vengo de sorpresa, no les voy a decir cuándo, ni a qué hora. Además, los señores ministros tienen mi apoyo y confianza absoluta (Gerald Campos y Mario Zamora, de Seguridad)”, dijo.
Los cambios
Las restricciones a las que hizo referencia el mandatario trascendieron la semana pasada, cuando Justicia anunció que los reos de máximo confinamiento sólo recibirán encomiendas una vez al mes y no todos los días, como ocurría hasta hace unos días. De las encomiendas, sólo se permitirán artículos de primera necesidad (no se detallan), y se permitirán sólo dos tazas de comidas al día, en lugar de las siete que podían recibir antes.
Las visitas familiares ahora serán una vez al mes, en lugar de todas las semanas. Y sobre las visitas conyugales se tendrá que demostrar un vínculo, y pasarán de quincenales a una cada dos meses.
También, se establece un control más riguroso de los artículos que estos van a poder recibir y poseer. Con respecto a las llamadas telefónicas, se limitaron a 10 minutos semanales en lugar del libre acceso a teléfonos públicos. Esto se suma a la eliminación de pulperías y dinero en efectivo en las cárceles.