
La elección de la presidencia de la Asamblea Legislativa, este 1.º de mayo, marcó un hecho histórico en la política costarricense de la Segunda República (1949), pues ningún jerarca del Congreso de un partido de oposición había logrado permanecer durante cuatro años a la cabeza del parlamento.
El único hito comparable a la reelección consecutiva de Rodrigo Arias Sánchez es la de otro liberacionista, Francisco Antonio Pacheco, en la segunda presidencia de Óscar Arias (2006-2010), pues logró permanecer las cuatro legislaturas a la cabeza de la Asamblea.
No obstante, el caso de Pacheco es diferente porque se trataba de un diputado oficialista, es decir, de la misma agrupación política que logró la victoria en las elecciones del 2006.
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Es más, la última vez que un presidente del Directorio se reeligió, pese a ser representante de un partido de la oposición, fue durante la presidencia de Mario Echandi, en el periodo 1958-1962.
Echandi ascendió al poder gracias a una alianza entre los partidos Unión Nacional (PUN) y el Partido Republicano Nacional (PRN), pero tuvo como contrapartes solo jerarcas legislativos de la oposición, en ese momento representada por Liberación Nacional (PLN).
En los primeros dos años del gobierno de Echandi, el presidente del Congreso fue Álvaro Montero Padilla, quien cedió el cargo en el tercer año en las manos de Fernando Lara Bustamante y Mario Quirós Leiva, para la cuarta legislatura.
Antes de la Guerra Civil de 1948 y la fundación de la Segunda República, hubo casos como el del diputado Teodoro Picado, en el gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia (1940-1944), quien ejerció la presidencia legislativa durante tres periodos seguidos, del 41 al 44.
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Más temprano en el siglo XX, el diputado Arturo Volio Jiménez, por ejemplo, ejerció la presidencia del Congreso en tres legislaturas seguidas, durante el tercer gobierno de Ricardo Jiménez (1932-1936); otras tres legislaturas, intercaladas, en la segunda administración de Jiménez (1928-1932) y los cuatro años del gobierno de Julio Acosta (1920-1924).
Entre 1960 y 2011, la oposición no había logrado los votos suficientes para aspirar a liderar el Poder Legislativo, ni siquiera cuando se dio la ruptura del bipartidismo, en el 2002, y empezaron a llegar más banderas políticas al plenario.
Fue hasta 2011, cuando una inusual alianza de la oposición, principalmente conformada por la Unidad Social Cristiana (PUSC) y Acción Ciudadana (PAC), logró torcer el rumbo de la elección para designar como presidente legislativo a Juan Carlos Mendoza, del PAC.
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Ahí empezó el camino de varios presidentes de diferentes partidos, como Víctor Emilio Granados, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), en el 2012, y un gobierno de Luis Guillermo Solís (2014-2018) tuvo tres presidentes de oposición y solamente un oficialista, Henry Mora, en su primer año de labores.
La misma situación se repitió en la administración de Carlos Alvarado, cuando los diputados escogieron a la tercera mujer en la historia como presidenta legislativa, la oficialista Carolina Hidalgo, pero el gobierno cedió la silla en los tres años siguientes.
Para la actual administración, la oposición no admitió que el oficialismo tuviera el control del Congreso ni siquiera en el primer año de labores, sino que Rodrigo Arias se ancló en el piso -2 de la Asamblea Legislativa desde 2022.
Al confirmarse elección este jueves, la oposición habrá mantenido el poder legislativo durante todo el periodo constitucional de Rodrigo Chaves.

