Este miércoles, cuando ya habían transcurrido dos horas de una poco emocionante sesión del plenario, solamente centrada en la votación de mociones de fondo sobre el proyecto de jornadas 4-3, la tensión explotó entre diputados del oficialismo y de la oposición.
El intercambio empezó fuera de micrófonos, entre Dinorah Barquero, del Partido Liberación Nacional (PLN), y el subjefe chavista del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), Daniel Vargas.
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De costado a costado del plenario, se empezaron a decir cosas que solamente los allí presentes estaban oyendo, congresistas y personal auxiliar, pero que pronto escaló a los micrófonos y a las actas del plenario.
Todo empezó cuando un funcionario de la fracción oficialista les llevó a los diputados unos bocadillos que compró Pilar Cisneros para ellos y, según varios presentes, Barquero empezó a grabar eso con su teléfono celular.
Entonces, Vargas le preguntó fuera de micrófonos qué quería y le dijo que daba vergüenza, a lo que la diputada alajuelense le respondió llamándolo “chuchinga”.
Días atrás, congresistas de oposición reclamaron igualmente que la oficialista Ada Acuña suele grabarlos, desde su curul, cuando están conversando entre ellos o, incluso, riéndose en el plenario, durante la sesión.
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En ese intercambio estaban Dinorah Barquero y Daniel Vargas cuando la presidenta en ejercicio de la Asamblea, la socialcristiana Vanessa Castro, le dio la palabra a la independiente Kattia Cambronero, quien señaló y criticó al subjefe chavista por lo que le estaba diciendo a la liberacionista.
A los reclamos de Cambronero se sumó la también independiente Johana Obando, que tildó a Vargas de machista por las cosas que le estaba diciendo a Barquero y, ahora sí, llevaron la discusión a los micrófonos.
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“Escuchar a un diputado referirse a otra diputada diciendo que da vergüenza, es una apreciación que pasa ya y no se puede normalizar en el plenario. Señora presidenta, estoy segurísima de que usted escucha esto y hay que poner un alto. Raya en lo personal”, aseguró Cambronero.
Obando aseguró que las legisladoras de oposición sufren, constantemente, violencia política de parte de los oficialistas “específicamente de Daniel Vargas, que no se cansa de insultar, de maltratar, pero lo hace fuera de micrófono, para que la población costarricense no se dé cuenta”.
Dinorah Barquero: ‘Ustedes oyeron la grosería y la pendejada’
Ya en micrófonos, Dinorah Barquero aseguró que todos los legisladores, incluyendo la presidenta en ejercicio, oyeron lo que la liberacionista calificó como “ofensas, insultos, grosería y la pendejada que dice extramicrófonos”.
“Usted tiene aquí una guanacasteca que sabe contestarle y decirle las cosas de frente. Se lo he dicho muchas veces, usted es un chuchinga y en Guanacaste sabemos muy bien lo que es ser un chunchinga”, dijo Barquero.
Ante las afirmaciones de la verdiblanca, Vanessa Castro la llamó al orden y le pidió utilizar la palabra por el orden, para no quitarle la palabra. Sin embargo, como Barquero continuó diciéndole cosas a Vargas, la socialcristiana le apagó el micrófono.
Daniel Vargas: ‘Me parece que usted es una vergüenza en este plenario’
Después de que le apagaron el micrófono a Barquero, Daniel Vargas pidió la palabra por la alusión y afirmó que la hipocresía que hay en la Asamblea Legislativa es “remarcable”.
Como la liberacionista le había pedido decir las cosas en el micrófono, el subjefe chavista así lo hizo y dijo que le parece que Dinorah Barquero “es una vergüenza” para el plenario legislativo.
A Kattia Cambronero, Daniel Vargas le cuestionó que se hubiera “rasgado las vestiduras” días atrás, cuando Barquero utilizó el término de “rottweiler” para referirse a la diputada Ada Acuña, por hacer grabaciones desde su curul hacia grupos de legisladores que estaban hablando y riéndose en el plenario.
“Eso de aquel lado, a nadie le molesta, pero hoy ella (Barquero) estaba con el teléfono grabándonos a nosotros de manera incesante. El nivel de hipocresía y de barro que tienen algunas personas en esta Asamblea da pena ajena. No me puedo quedar callado”, dijo el subjefe oficialista.
Cuando terminó, se oyó a su compañera de fracción, Paola Nájera, decirle: “Muy bien, Daniel”.
La discusión se dio en medio de la votación de los cientos de mociones de fondo sobre el proyecto de jornadas 4-3 que están en trámite del plenario, en vía rápida, y que exigen a los diputados dedicar tres horas durante la mañana y tres por la tarde, exclusivamente para votar sin discutir.
