
San José, Costa Rica. Durante décadas, Estados Unidos fue uno de los principales defensores del libre comercio a nivel mundial, promoviendo tratados internacionales, la apertura de mercados y una economía global interconectada.
Sin embargo, ese papel comenzó a cambiar bajo el mandato del presidente Donald Trump. El magnate adoptó una postura más proteccionista y se distanció del sistema multilateral. Esa transición dejó un vacío que otros actores han empezado a ocupar.
En particular, China ha asumido con mayor fuerza el discurso de la integración económica global. Mientras Estados Unidos endurece su política comercial para contener la expansión del gigante asiático, ahora es Pekín quien se presenta como defensor del multilateralismo, la cooperación internacional y la eliminación de barreras comerciales.
Ese giro en el discurso fue subrayado por la embajadora de China en Costa Rica, Wang Xiaoyao, quien criticó la estrategia de Estados Unidos y lo acusó de abandonar los principios que durante años promovió.
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Según la diplomática, el proteccionismo estadounidense busca aislar a China de las cadenas globales de producción y consumo, en un intento por debilitar su posición económica.
“Desde finales de los años 70, del siglo pasado, los Estados Unidos son los que nos hicieron gran propaganda sobre el libre comercio, de reparto de tareas internacionales y todas sus ventajas. Convenciéndonos de recibir gran cantidad de tratados de productividad.
“Pero, ¿por qué se cambió la retórica de repente?“, alegó.
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Ganadores y perdedores
China sostiene que Estados Unidos utiliza la imposición de aranceles como mecanismo de presión sobre los países que mantienen relaciones de cooperación con el gigante asiático, con el fin de reducir el consumo de productos desarrollados por esa nación.
Según la embajadora, estos esfuerzos buscan, por un lado, aislar a China y, por otro, excluirla de las cadenas globales de suministro y producción industrial.
“Pero el comercio bilateral solamente es beneficioso para Estados Unidos y no para los demás", advirtió.
“Bajo este escenario, China, los países europeos o Japón saldrán mejor que los países pequeños, porque tenemos un volumen económico más grande y un margen de maniobra mayor. Por ejemplo, en el caso de China, tenemos una demanda interna muy grande que puede crecer”, agregó.
La embajadora destacó que “especialmente en momentos tan difíciles, tenemos que apoyar el comercio multilateral“.
¿Qué es el proteccionismo?
Gerald Solano, académico e investigador de la Universidad Nacional (UNA), recordó que Donald Trump ya había impulsado una política proteccionista durante su primer mandato (2017-2021), aunque con menor ímpetu que en la actualidad.
No obstante, el experto señaló que más que un simple cambio de roles entre Estados Unidos y China, lo que se observa es una transformación en la lógica del mercado y de la globalización.
“El proteccionismo, al fin y al cabo, es una política económica mediante la cual un país —o un grupo de países— establece una serie de barreras, ya sean arancelarias o no arancelarias, para proteger sus industrias nacionales o sectores estratégicos”, explicó.
En el caso de Trump, sus esfuerzos no solo apuntan a relocalizar la producción en países aliados o cercanos, sino a que dicha producción regrese directamente a territorio estadounidense. “De esa forma, se busca fortalecer la economía norteamericana ante una China que ha demostrado ser más eficiente que Estados Unidos”, advirtió Solano.
Igualmente, llamó la atención sobre la necesidad de que Costa Rica diversifique su oferta comercial y que no se quede anclado a Estados Unidos.
El desafío es aún mayor si se considera que Estados Unidos representa el destino del 47% de las exportaciones costarricenses, el origen del 60% de la inversión extranjera directa y la procedencia de más del 50% del turismo que ingresa al país.
“Esto hace que nuestra relación con Estados Unidos sea más compleja, y que resulte más difícil decirle que no en ciertos temas, en comparación con lo que podríamos hacer con China”, destacó.
No obstante, cuestionó que China verdaderamente sea un escudero del multilateralismo. “Me parece que es parte también de su estrategia de posicionamiento hegemónico”, observó.
En su criterio, el interés podría ser el mismo de los Estados Unidos, mantenerse como una potencia con influencia, solo que bajo un estilo diferente.
“El discurso de Donald Trump es más confrontativo, más caliente y casi que de ataque. El estilo chino ha sido más en función de cooperación, de diálogo. Yo no podría decir si es bueno o malo, uno u otro”, manifestó.
¿Qué hay detrás de la política de Trump?
John Fonseca, profesor e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó que, en el comercio internacional, es fundamental distinguir entre elementos tangibles —como tarifas e impuestos— e intangibles, como las medidas no arancelarias. Estas últimas se dividen en dos tipos: las permitidas, que responden a derechos soberanos de los Estados para proteger a sus poblaciones, y aquellas que pueden interpretarse como barreras al comercio.
“Las medidas no arancelarias permitidas están relacionadas con temas sanitarios, fitosanitarios y regulaciones internas que, dentro del marco multilateral, han funcionado bajo el principio de trato nacional”, indicó. Es decir, un país puede exigir los mismos requisitos a productos extranjeros e internos sin discriminación. Sin embargo, cuando esas medidas exceden su propósito legítimo —por ejemplo, salud pública o protección ambiental— y adquieren una intención económica, se transforman en barreras técnicas al comercio.
En el caso de Estados Unidos, Fonseca explicó que Trump utiliza elementos tangibles para, desde su perspectiva y desde su análisis, lograr una reciprocidad de los elementos que son intangibles y asociados al comercio.
“De hecho, si usted analiza los cuestionamientos que se le hacen a Costa Rica para la potencial implementación de un arancel de un 10%, en realidad ninguno es tarifario. Son temas de propiedad intelectual, el cobro de impuestos internos a los productos importados, al momento de la importación”, argumentó.
El analista indicó que se puede interpretar que Estados Unidos no necesariamente está cuestionando las reglas del multilateralismo, sino su incumplimiento.
“Lo que está cuestionando es que los países no están cumpliendo las reglas bajo las cuales en principio se opera en una lógica de comercio justo”, añadió.
En este sentido, afirmó que las observaciones sobre si el multilateralismo ha dado o no los frutos deseados, son válidas. “Si uno entra a analizar los cuestionamientos de Estados Unidos, en alguna medida o en alguna proporción son correctos”, resaltó.
Como ejemplo, el analista citó la situación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los retos que enfrenta en su funcionamiento. Explicó que los acuerdos dentro del organismo deben alcanzarse por unanimidad, lo que dificulta avanzar en reformas sustantivas. Además, advirtió sobre la falta de consecuencias reales para los Estados que incumplen las normas comerciales, lo que debilita la capacidad del sistema para disuadir prácticas contrarias al comercio justo.