
La ciudadanía afronta diariamente las consecuencias de un servicio de bus deficiente: las unidades no pasan a la hora indicada, están llenas, no hacen la parada, no tienen vuelto, tardan demasiado en llegar al destino…
Esas son las quejas más frecuentes que recibe la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep). Pero, ¿por qué ocurre esto?
Analizamos los siguientes aspectos:
Diseño
El diseño concentrado (todas las rutas llegan a San José) es un modelo anquilosado. Ya debería estar superada la idea centrista. De ahí que la Aresep ha coordinado y apoya, con el Consejo de Transporte Público (CTP), la sectorización del transporte.
Además, la operación de múltiples rutas que transitan por el mismo recorrido favorece acciones depredadoras entre algunas rutas (largas vs. cortas).
El diseño establecido por el CTP impide que la población pueda decidir sobre asuntos como nuevas paradas, otro tipo de autobuses, recorridos más ágiles y adecuados a las necesidades reales.
Problemas de mercado
En 2020, funcionaban 236 operadores de autobús que entregaban información a la Aresep y, a inicios del 2025, la cifra había bajado a 176 empresas. Esta disminución se debe a múltiples causas: disminución de usuarios, rutas poco rentables, mala infraestructura vial, y problemas de gestión de pequeños y medianos operadores.
Servicio ilegal. La coexistencia de prestadores ilegales de servicios de transporte (como taxis piratas y servicios de plataformas) afecta directamente la demanda. Es una opción validada por la ciudadanía (aunque sea ilegal) y las personas optan por ella en vez del servicio de autobús.
Costos
El servicio de transporte público en Costa Rica no recibe ningún tipo de subsidio gubernamental, por lo que todos los costos los deben pagar los usuarios. Sin embargo, pese a que Aresep solo reconoce los costos necesarios para que se brinde el servicio, lo hace con base en el sistema operativo que aprobó el CTP: cantidad de unidades, kilómetros y otros requisitos para operar el bus. Esos factores se suman y estos costos configuran un monto que se dividen entre la cantidad de usuarios del servicio.
Al ser pocos los usuarios, las tarifas se vuelven más altas. Y esto que genera un círculo vicioso: si el bus es más caro y, además, deficiente, la gente busca otras alternativas de transporte; en algunos casos, opciones más caras, pero satisfacen mejor sus necesidades.
Falta de decisiones políticas
Es necesario que se defina el tipo de transporte público que se quiere y, una vez elegido, debe mantenerse la consistencia y la continuidad en el tiempo. Solo así pueden tomarse las decisiones y acciones necesarias.
La Asamblea Legislativa lleva 10 años en un impasse en relación con la operación de servicios de transporte al margen de la ley, los cuales abundan ante el mal servicio.
Se promueven cambios de ley que favorecen a un sector, pero no se implementan acciones que contribuyan a mejorar el sistema de transporte público en bus. Existe una atención prioritaria hacia los operadores, pero no hay una visión real de las necesidades de movilización de la ciudadanía.
Se necesitan acciones y compromisos de todos los sectores involucrados para empezar a dar a la ciudadanía el transporte de autobús suficiente, eficiente y que cumpla con aspectos de calidad a mediano y largo plazo.
cmora@aresep.go.cr
Ana Carolina Mora es periodista de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).