El gobierno y el Ministerio de Educación Pública deben emprender una reforma integral del Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (Conesup) con vistas a cumplir los objetivos institucionales y atender las demandas de la sociedad.
La aprobación de una nueva ley constitutiva es necesaria para modificar la conformación del consejo, que es el tomador de las decisiones, autorizar el ingreso de recursos a través de un sistema de financiamiento similar al del Sinaes, independizarlo del MEP y clarificar los alcances de su ejercicio de supervisión y regulación.
Con respecto al reglamento, la modificación debe estar orientada a facilitar el acompañamiento y la supervisión, establecer mejoras en las tareas curriculares y plantear una reorganización administrativa con el fin de fomentar la eficiencia y la eficacia.
En los últimos 12 años, diversas iniciativas para establecer la obligatoriedad de la acreditación de carreras tales como Educación y Salud no han dado frutos, aunque es urgente, así como acuerdos de coordinación entre el Conesup y el Sinaes y la formación permanente del personal del Conesup.
El enfoque del Conesup ha sido superado por la realidad de la institución. Son constantes las críticas por confundir la supervisión con el excesivo papeleo —desde los títulos de un profesor hasta las previsiones financieras de una nueva universidad— cuyo peor efecto es la sobresaturación de labores y, por ende, la lentitud en la resolución de trámites, así como la imposibilidad de supervisar a las universidades, que es su razón.
Un enfoque realista es la asignación de funciones de control y supervisión en los elementos sustantivos para que trámites, tales como nombramiento de personal docente o actualizaciones menores de los programas de los cursos, no sean parte del quehacer cotidiano ni distraigan a los funcionarios de sus labores.
Promover la calidad brinda mayores libertades a las universidades que han demostrado compromiso con la excelencia académica. De esta forma, sería posible la actualización de los planes de estudio inferiores al 30% y la sustitución de cursos y perfiles docentes.
La calidad educativa requiere un área curricular dentro del Conesup, con un fuerte respaldo teórico. Esto incluye investigación y generación de conocimiento, aceptar innovaciones curriculares de los centros de educación superior, clarificar los conceptos y delimitadores curriculares utilizados para evaluar las propuestas universitarias y acordar las prioridades en relación con lo sustantivo del currículo.
El Conesup debe abandonar las discusiones estériles sobre asuntos como el verbo utilizado o una determinada técnica didáctica.
La mejora está estrechamente vinculada al fortalecimiento del recurso humano, para lo cual resulta pertinente una definición de perfiles específicos, la apertura de concursos externos para enriquecer la conformación del personal, el traslado de funcionarios de otras instancias del MEP para la realización de labores administrativas (incluida la digitalización de los procesos) y la ampliación de plazas en áreas específicas, como currículo y evaluación.
Aunado a lo anterior, es fundamental la creación de un programa de capacitación especializado, que podría ser financiado mediante alianzas estratégicas con el Conare y empresas privadas.
Son urgentes los cambios en los procedimientos internos, funcionamiento por metas de producción, nuevo organigrama y la acreditación de la institución.
Estos y otros cambios favorecerán a la sociedad, pues el Conesup conseguirá transformarse en una institución relevante para lograr la calidad educativa en la educación superior, que es con lo que todos soñamos.
El autor es curriculista exfuncionario del Conesup.