A finales del 2015, la organización Startup Costa Rica llevó a cabo un estudio que mostró que en nuestro país las empresas internacionales tienen prioridad frente a las nacionales.
Esto se da por varias razones, pero el punto crucial es que el gobierno y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) prefieren darles incentivos y apoyo a las empresas provenientes del extranjero para que estas se queden en el país, incluidos procedimientos agilizados de migración, amplia oferta de parques industriales en zonas francas, procedimientos en línea para aduanas, tratados de libre comercio e incentivos tributarios, entre otros. Dejan de lado y resagados a los emprendedores ticos.
Un ejemplo de ello son las empresas que producen dispositivos médicos. La Promotora de Comercio Exterior (Procomer) asegura que las exportaciones de dispositivos médicos llegaron a $2.200 millones el año pasado. Un crecimiento del 15% con respecto al 2011.
Somos el segundo mayor exportador de dispositivos en América Latina, líderes con el 32% de las exportaciones del sector industrial en Costa Rica en ese mismo año, por encima de los componentes eléctricos y productos alimentarios.
Poco acceso a crédito. Si el gobierno declaró en el 2012 que el desarrollo de esta industria es de interés nacional, ¿por qué, entonces, los emprendedores nacionales no tienen los mismos incentivos que las empresas internacionales posicionadas en el país? ¿Qué pasaría si las empresas de dispositivos médicos deciden cerrar sus fábricas en Costa Rica como lo hizo Intel? ¿Cómo se puede esperar que los emprendedores nacionales surjan y compitan en el extranjero contra las grandes empresas si su mismo país prefiere a las empresas extrajeras?
En Costa Rica, existen muchas opciones de financiamiento para el emprendimiento; no obstante, tienen poca visibilidad de acuerdo con el estudio hecho por Startup Costa Rica, el cual fue financiado por la embajada del Reino Unido.
Para ellos es difícil acceder a los recursos de financiamiento del sistema bancario debido a los obstáculos que se les imponen.
Además, no existe un sistema de fomento de educación tecnológica especializada para la industria de dispositivos médicos que permita a los emprendedores capacitarse fácilmente.
El artículo fue escrito por las investadoras Cinthya Morales, Dorothy Sandefur y Juri Varela.