Preñado de incertidumbres, celebramos este domingo el ritual sagrado del traspaso pacífico de poderes. Para nosotros, es lo normal, cada cuatro años, como país que hizo rutina algo extraordinario: su fiel apego a la democracia. Canceladas alharacas electorales, terminados exabruptos, cesados improperios hartas veces fuera de tono, el pueblo habló: populus locuta, causa finita. Esa página pasó y en el libro de la historia nacional comenzó un nuevo capítulo.
En modesta fiesta democrática, el presidente Chaves inauguró su mandato. La buena fortuna que le deseamos es augurio para nosotros mismos, reflejados en el espejo de su escogencia. Hoy nos conduce a todos y lo que el destino le depare nos lleva consigo.
Recordamos promesas para ver su concreción. Hurgamos gestos de campaña con temor al feo presagio de sus desplantes. ¿Qué queda en el presidente de las poses del candidato? ¿Cuánto del ímpetu de cambio sigue firme en su conducción? Para pronósticos, hay poco de qué aferrarse. Pero entre lo poco que hay, hoy por hoy, recibo aliento.
Primero que nada, su gabinete. Comienzo con Yorleny León. ¡Qué buena escogencia! Conozco su sensibilidad social. Ella me advirtió del reprochable crimen de política pública del PAC. A contrario sensu de la visión ética de Fonatel y teniendo fondos, dejó sin conexión a medio millón de niños y conectaron primero Belén que Talamanca. La causa no agotó su talante.
Siendo diputada del PLN salvó su voto y denunció la incongruencia de eximir a las municipalidades de la regla fiscal. Esa consistencia de romper la disciplina partidaria al tenor de su conciencia es el mejor augurio para la política social que ella dirigirá en el IMAS.
También me alienta lo económico. Francisco Gamboa es de aplastante diferencia en el MEIC. Manuel Tovar lo complementa en el Comex. Hacienda y el Banco Central señalan competencia y continuidad. En política exterior, Arnoldo André lleva sólidos atestados académicos. Natalia Díaz sabrá, ojalá, sacar partido de sus convicciones para el correctivo liberal que necesita nuestro jurásico Estado.
Las primeras señales del gabinete, que escudriñamos en el viento, sugieren alentadores derroteros. Pero en el volátil clima de intereses creados, los aires pueden cambiar al vuelo y las imprudencias nunca faltan.
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Velia Govaere, exviceministra de Economía, es catedrática de la UNED y especialista en Comercio Internacional con amplia experiencia en Centroamérica y el Caribe. Ha escrito tres libros sobre derecho comercial internacional y tratados de libre comercio. El más reciente se titula “Hegemonía de un modelo contradictorio en Costa Rica: procesos e impactos discordantes de los TLC”.