Columnistas

Revolución inacabada

La Bastilla fue un acto dentro de un largo recorrido aspiracional, mil veces interrumpido

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La historia, más que caprichosa, es teatral. Su mirada es atraída por la puesta en escena espectacular. Su visión se carga ahí de adrenalina, su memoria graba el instante traumático y actos secundarios se convierten en símbolos, como la toma de la Bastilla, que ya cumple su 234 aniversario. No importa que esa prisión de París estuviera casi vacía y que el asalto no encontrara resistencia. Tampoco, que no tuviera mayor influencia en el remolino de vaivenes de la Revolución francesa.








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