En política, no hay almuerzo gratis. Sin duda, el presidente Rodrigo Chaves les debe más que un casado con chuleta y fresco de mora a los 21 diputados que votaron en contra de levantarle la inmunidad para que encarara un juicio por el supuesto delito de concusión.
Mal no se podría pensar sobre esta decisión si todos los congresistas la hubiesen sustentado en un análisis profundo y objetivo de la acusación de la Fiscalía General en contra del mandatario. Pero hay razones para sospechar que hubo otras consideraciones en juego.
La diputada independiente Johana Obando denunció que durante la semana previa a la votación sobre el fuero de Chaves hubo presiones y negociaciones entre legisladores y el Poder Ejecutivo para que se rechazara la petición de la Corte.
Obando aseguró que colegas suyos estuvieron hablando con Zapote sobre cargos en embajadas o en un eventual gobierno de la chavista Laura Fernández, y que otros recibieron amenazas sobre una posible pérdida de visas de sus familiares.
De ser cierto lo anterior, no solo se degradaría el criterio aplicado por los diputados del “no” a una vulgar y peligrosa transacción de toma y daca, sino que también confirmaría la existencia de una operación inmunidad en marcha.
Resulta inevitable atar el resultado del pasado lunes con el anuncio hecho, horas antes, por la candidata oficialista, quien adelantó que, en caso de ganar las próximas elecciones, hará todo lo posible para que Chaves sea su ministro de la Presidencia.
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La aspirante admitió su intención de darle al mandatario la tarea de coordinar la continuidad “de todas las reformas pendientes y necesarias”.
Si así ocurriese, Chaves mantendría, a partir del 8 de mayo del 2026, el fuero de improcedibilidad penal que hoy lo blinda como gobernante de ir a los estrados judiciales por causas como BCIE-Cariñitos, en las que figura como imputado.
También estaría por verse si entre las reformas “pendientes y necesarias” que Fernández quisiera confiarle a su exjefe, figura alguna enmienda constitucional que permita la reelección presidencial consecutiva con miras a una eventual postulación de Chaves.
Tal vez yo sea demasiado mal pensado y en realidad no exista ningún plan para abrir una ruta de la impunidad. Pero, bueno, en los próximos meses veremos si algunos votos negativos generan facturas por cobrar, en especial de parte de los aliados del oficialismo.
