Me desconcertó la noticia del influencer cristiano que anima a los estadounidenses a denunciar a los migrantes ante la policía, en consonancia con los mensajes del gobierno de Donald Trump.
Según reportó la agencia de noticias AFP, el influencer C. Jay Engel aboga por una “contrarrevolución” para devolver a Estados Unidos a sus raíces angloprotestantes, expulsando a todos los migrantes no europeos, es decir, los procedentes de Asia, Latinoamérica y África.
Es imposible no recordar otros capítulos de la historia en los que se ha practicado la persecución de etnias, siempre a partir del racismo, el abuso de poder, la propagación del odio y la vulnerabilidad de las víctimas.
“Solo la fe cristiana puede ayudarnos a superar la noche que se avecina“, alega este influencer. Aunque es evidente que no todos los cristianos apoyan estas prácticas, muchos políticos aprovechan los sentimientos religiosos para justificar sus actuaciones y suelen sacar réditos de ello. Esta práctica ha ocurrido con las más diversas religiones.
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C. Jay Engel se convirtió en noticia con motivo de que la Casa Blanca divulgó la imagen de un Tío Sam clavando un cartel con el lema “reporta a todos los invasores extranjeros”, y el número de teléfono del Departamento de Seguridad Interior (DHS).

En la red social X, Engel se jactó de que la imagen provenía de su cuenta. La AFP no duda en calificarlo como un "influencer extremista cristiano", término que usualmente se usa para hablar de “extremistas islámicos”, por ejemplo.
Hemos visto imágenes de la policía estadounidense entrando a centros de trabajo y escuelas en busca de migrantes. Incluso, la policía esposó al senador californiano Alex Padilla por tratar de hacerle una pregunta a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, durante una conferencia de prensa sobre las redadas antimigrantes en Los Ángeles, ciudad que terminó militarizada por las protestas en contra de la persecución.
“Si así responde esta administración a un senador que hace una pregunta..., imagínense cómo están tratando a los trabajadores del campo, a los cocineros, a los jornaleros”, dijo Padilla, según Infobae.
La nueva política, de incitar a los ciudadanos a denunciar a sus vecinos, se parece mucho a lo que ocurre en regímenes totalitarios donde se conforman grupos para delatar disidentes.
Muchos humanos han cometido atrocidades invocando el nombre de Dios, y la historia suele ser cíclica.
