La economía mundial comenzaba a recuperarse de la pandemia cuando la invasión de Rusia a Ucrania puso de nuevo a los países en alerta por las consecuencias que se avecinan.
El autócrata Vladímir Putin quiere que Ucrania cumpla los acuerdos de Minsk y se enfrenta a los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Rusia pretende la reincorporación de las antiguas repúblicas soviéticas, donde viven 20 millones de rusos.
El conflicto genera una gran incertidumbre y amenaza con alcanzar a otros países. La cancelación del Nord Stream 2, en febrero del 2021, por el canciller Olaf Scholz de Alemania, fue también un factor disparador de este conflicto.
Las bolsas de valores han caído y la crisis afectará a toda la economía mundial, lo que incluye un aumento de la inflación en Estados Unidos y complicar la tarea a la Reserva Federal (Fed). La influencia energética de Rusia es crítica para Europa.
Mesura en el gasto
El conflicto no parece tener salida a corto plazo. Si antes el gobierno de Costa Rica debía esforzarse por contener el gasto público, hoy debe reforzar las medidas para evitar un aumento del déficit fiscal.
El incremento de la inflación obligará al gobierno a subir los intereses que paga a los tenedores de deuda para renovar la actual, que equivale al 53% del producto interno bruto (PIB), con el agravante de que la parte en dólares alcanza el 42%.
Este año las necesidades de financiamiento ascienden a un 12,5% del PIB y solo de amortización es un 6,4%, de ahí la importancia del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pues es necesario aprobar una serie de préstamos externos que están pendientes.
Se requerirá más crédito externo para reforzar las reservas internacionales y dar estabilidad a las finanzas públicas. Es posible que el costo de la deuda se encarezca, lo cual estrujará las precarias finanzas públicas; ese es motivo suficiente para tomar conciencia de que debemos ser muy estrictos en el cumplimiento de la regla fiscal.
Plan estratégico
Hoy más que nunca debemos buscar acuerdos internos y conformar un equipo de reconocida experiencia para diseñar un plan estratégico con el objetivo de definir cómo salir de esta coyuntura social, económica y política tan compleja. No se puede improvisar porque el costo sería muy alto.
Las bolsas de valores han caído y la crisis golpea ya a toda la economía global. La guerra quita margen a la Reserva Federal para lidiar con una inflación que está ya en el punto más alto de los últimos 40 años y no parece ser un fenómeno transitorio, por lo cual la Fed deberá disminuir los estímulos monetarios, desacelerar la compra de bonos y aumentar las tasas de interés.
El incremento de precios ya castiga a los consumidores, pues el litro de gasolina súper cuesta desde el miércoles ¢822, el de regular ¢804 y el de diésel ¢724, y a finales de marzo volverán a ajustarse hacia arriba.
Los costos de los fletes no bajan y los problemas en los puertos se mantienen. Hay un cambio de la demanda de servicios al de productos de consumo, lo que ha originado mayor escasez y subida de precios.
Economía interna
En los últimos años, la inflación ha estado muy controlada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), lo que ha permitido sostener una política monetaria expansiva.
Con una baja tasa de interés de política monetaria se pudo dar facilidades de crédito al sistema financiero para apoyar a los clientes y amortiguar los efectos recesivos de la pandemia. No obstante, el acelerado incremento de los precios del petróleo, fletes, metales, abonos, granos y todas las materias primas importadas exigirá medidas extraordinarias del BCCR, cuidar las reservas monetarias internacionales y el tipo de cambio, fomentar el ahorro y la inversión, cuidar nuestra balanza de pagos, recoger liquidez, usar los encajes bancarios y, si fuera necesario, los bonos de estabilización y otros instrumentos.
Es de prever que mientras no se alcance un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania tendremos un cuadro complicado en lo relacionado con el crecimiento de la inversión, la producción y las exportaciones hacia Europa, que está enfrentando una crisis energética.
Muchos analistas piensan que los altos precios de los energéticos crecerán, de seguir el conflicto. Todas las manufacturas europeas están luchando contra el alza del gas y la electricidad.
Estados Unidos y Catar están ofreciendo proveer los faltantes de gas natural, pero no será una solución fácil. El conflicto ya tiene consecuencias para nosotros. Estamos en un mundo globalizado y toda perturbación económica, política, social y ambiental nos afectará.
El autor es ingeniero.