Ninguno de ellos tiene el aspecto andrajoso de una persona que duerme en las calles, pero es indudable que alguna necesidad los ha lanzado a pedir limosna.
Son las 6:45 a. m. en la calle 1 de San José. Instalados en diferentes esquinas, tres hombres intentan aprovechar el tráfico matutino para conseguir alguna moneda.
Sus rostros resecos, duros e inexpresivos salen al encuentro de la jauría de vehículos y peatones que cabalgan, de norte a sur, de estampida por la capital.
El primero está instalado frente a un parqueo esquinero. Sentado en la base de un poste de luz, utiliza una varilla para acercar un tarro a los carros que se detienen en el alto.
A 300 metros, un no vidente tiene puesto fijo en otra esquina, desde donde se abalanza, con destreza y seguridad, sobre los automotores.
Con el apoyo de su bastón, precisa la ubicación de los autos y con el tacto determina si la ventana del conductor está abierta para solicitarle una ayuda.
Más adelante, un poquito antes de la esquina diagonal al Banco Popular, un tercero, también con bastón ortopédico, alza una mano esperando un gesto de caridad.
¿Qué condujo a estos hombres a la mendicidad?: ¿Pobreza? ¿Adicciones? ¿Falta de oportunidades de trabajo o de una pensión? Nadie parece tener tiempo para preguntarles.
Sus historias serán muy parecidas a las de muchos otros costarricenses que viven en las calle o en la miseria.
De acuerdo con la Encuesta nacional de hogares, el porcentaje de hogares pobres ascendió al 23% en julio del 2021 y al 6%, en extrema pobreza.
La falta de ingresos es, precisamente, uno de los factores que pudieron haber incrementado la indigencia en la capital durante la pandemia, según criterio de la Municipalidad de San José y la organización Chepe se Baña.
Antes de la emergencia sanitaria, se calculaba que cerca de 3.000 personas vivían en parques, aceras y otros rincones de San José. Ahora se desconoce el número.
Tal realidad evidencia el fracaso de las políticas ejecutadas en las últimas décadas para reducir la pobreza y atender la indigencia.
Aunque se trata de fenómenos distintos, tienen como factor común el profundo drama que sufren las víctimas a falta de apoyo eficiente.
El futuro gobierno prometió atender la situación con carácter prioritario. Bastará con seguir recorriendo la calle 1 de San José para comprobar si cumple.