
El indulto de Donald Trump al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, resulta incomprensible por la gravedad de los cargos que se le imputaron y por el tamaño de la pena. En junio del 2024, el Tribunal Federal de Manhattan había condenado al político a 45 años de cárcel por narcotráfico. Se le declaró culpable de conspiración para introducir cocaína a Estados Unidos y delitos conexos relacionados con armas.
También, resultaron condenados a cadena perpetua sus coconspiradores Juan Antonio Hernández Alvarado, hermano del expresidente, y Geovanny Fuentes Ramírez, a quien el Departamento de Estado describió como un “violento traficante de cocaína que se reunió con Hernández en múltiples ocasiones”.
Según la sentencia, Juan Orlando Hernández abusó de su cargo para convertir a Honduras en un “Estado narcotraficante”, donde se permitía a los traficantes operar prácticamente con impunidad.
La Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) concluyó que el político trabajó mano a mano con un líder del cartel de Sinaloa. La acusación penal agregó que el expresidente recibió millones de dólares que favorecieron su ascenso político y su permanencia en el poder durante dos periodos seguidos, a pesar de que publicitaba supuestos esfuerzos y leyes contra el narcotráfico.
Donald Trump pasó todo esto por alto, alegando que el gobierno de Joe Biden le había tendido una trampa al hondureño, aunque no precisó en que consistió el anzuelo. “Si alguien vende drogas (en un país), eso no significa que se deba arrestar al presidente y meterlo en la cárcel de por vida”, alegó el gobernante norteamericano, según reportó la prensa internacional.

Lo sucedido es difícil de comprender en momentos en que militares estadounidenses efectúan ejecuciones de aparentes narcotraficantes en el mar Caribe y el océano Pacífico sin previo juicio y sin indicios de que estos hayan abierto fuego. Según reportó The Washington Post, incluso se habría ordenado la muerte de sobrevivientes de una narcolancha bombardeada, en contraposición a las normas internacionales.
El indulto de Hernández es incoherente con la presión de Estados Unidos sobre el régimen de Venezuela, al que acusa de estar asociado a narcotraficantes.
Al tiempo que materializó el perdón de la pena, Trump llamó a los hondureños a votar por el candidato del partido político de Juan Orlando Hernández y advirtió de que no ayudará al país centroamericano a menos de que este gane. La política se está tornando cada vez más cambiante e impredecible. ¿O más bien es predecible?
