Como nave en vendaval, Costa Rica atravesó la tormenta sanitaria y las aguas turbulentas de un mandato sin brújula. Eso habla bien de nuestra resiliencia, de las raíces sólidas de nuestra democracia, a pesar de deudas sociales acumuladas.
Pero no fue solo un abstracto imaginario el que nos mantuvo a flote. Con el barco haciendo agua, la abstracción genérica de nuestras fortalezas tomó vida en personajes que arriesgan quedar en la sombra de una gestión deslucida.
Figuras ejemplares son el contraste que nos permite, en democracia, intentar rectificar un camino que perdió el rumbo.
No apuesto por que lo lograremos. Pero lo intentaremos y, al hacerlo, necesitaremos la nobleza del reconocimiento. Todo esfuerzo precisará enmarcarse en la continuidad de quienes hicieron una diferencia.
Rodrigo Cubero encabeza mis agradecimientos. En armonía con una tradición de salud macroeconómica, salió a la palestra pública cuando fue necesario defender las finanzas públicas y condujo al Banco Central con la rigurosidad ya institucionalizada de un manejo disciplinado del valor de la moneda.
Elian Villegas es otro. Aparte de un manejo apropiado de las finanzas públicas que entrega mejoradas, tiene la hidalguía, en las postrimerías de su gestión, de oponerse a la demagogia reinante.
Su pugna contra la rebaja temporal e insostenible de ¢100 en el impuesto sobre las gasolinas muestra su talante responsable.
¿Cómo olvidar a Rocío Aguilar? Sin su cruzada para convencer a tirios y troyanos no habríamos escapado del abismo financiero que se abría bajo nuestros pies.
Rodolfo Méndez dio impulso al desarrollo eficiente de infraestructura vial, concluyó obras rezagadas; empujó unas y comenzó otras. La historia fue injusta con él, al estallar el caso de corrupción que empañó su gestión.
Imperdonable sería no poner letras de admiración a la figura emblemática, grabada indeleblemente en los anales de nuestra gratitud. Es casi innecesario decir su nombre. ¡Gracias, doctor Salas!
Pero la figura decisiva tiene carácter colectivo. Es el pueblo. Con sabiduría, negó aliento a la irresponsable insolencia sindical.
Rechazó con silencio amagos golpistas y repudió una administración que luego castigó con votos que le negó.
La resiliencia le da otra oportunidad a la democracia. ¡Pero no abusemos de su paciencia!
Velia Govaere, exviceministra de Economía, es catedrática de la UNED y especialista en Comercio Internacional con amplia experiencia en Centroamérica y el Caribe. Ha escrito tres libros sobre derecho comercial internacional y tratados de libre comercio. El más reciente se titula “Hegemonía de un modelo contradictorio en Costa Rica: procesos e impactos discordantes de los TLC”.