Hay momentos en que una particular combinación de hechos e indicios toca el timbre de alerta. Consideremos estos:
El descenso en la llegada de turistas se ha agudizado. El número de personas con empleo bajó en febrero al nivel más bajo desde setiembre. El índice de expectativas empresariales cayó 6,3 puntos en el primer trimestre de este año, en comparación con el último del 2023, y llegó a 53,7. Las exportaciones van bien, pero con mayor dinamismo en las zonas francas, que generan muy pocos ingresos fiscales y tienen gran concentración en ciertos cantones de la GAM. Y sumemos rezagos crónicos, hoy agudizados, en salud, educación, infraestructura y desigualdad.
Como si lo anterior fuera poco, el miércoles explotó el bombazo arancelario de Trump. A Costa Rica le golpeará el 10% que estableció como piso. Es modesto comparado con otros países, pero con evidentes perjuicios, sobre todo para los productos agrícolas. Además, su disrupción inevitable en el comercio global, clave para nuestro crecimiento, y la probabilidad de una recesión en Estados Unidos (principal mercado), también pasarán factura. Lo mismo hará la mezcla entre el debilitamiento del dólar, que ha inducido, y el colón apreciado, que encarecerá nuestras exportaciones y abaratará las importaciones. Resultado: mayor perjuicio a la producción de base local.
Los retos por delante nos tocan a todos; en buena medida, a los sectores productivos (¿cómo adaptarse?), pero en particular al gobierno, que debería pasar del histrionismo confrontativo a unir sectores, diseñar estrategias, explorar opciones y emprender acciones.
Si los desafíos mencionados no bastaran para inducirlo a un cambio, allí está la encuesta CIEP-UCR, con datos que deberían resultarle inquietantes. No me refiero tanto a la menor valoración de la gestión presidencial, sino a datos más sustantivos. He aquí tres: el 77% de los encuestados tiene poca o ninguna confianza en la capacidad del gobierno para resolver el principal problema del país (inseguridad, por mucho), el 78% dice que ha empeorado en relación con los 12 meses atrás, y solo 12% que ha mejorado. Para educación, las cifras son de 50% y 28%, respectivamente.
Ante los vientos en contra, el Ejecutivo no debe perder tiempo. Le quedan 13 meses. Su imperativo es gobernar en serio.
Eduardo Ulibarri es periodista y analista.
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