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Los psicodramas incendiarios presidenciales, ejemplos de posverdad populista, tienen cierta racionalidad política: alimentar una realidad paralela.
El TSE propone cuatro reformas para mejorar el sistema electoral, pero la reacción de los diputados ha sido casi nula.
La parálisis en varios ámbitos y la crispación es una mezcla que a todos perjudica.
Seguir los pasos de la Unión Europea posibilita avanzar con certeza hacia un marco regulatorio moderno.
El debate no debe reducirse a la política del Banco Central, hay otros actores clave.
El fiscalismo insensible constituye el gran principio operativo del gobierno.