Editorial: Un mazazo derribó el ejército; otro debe derrumbar la polarización
Setenta y siete años después del simbólico mazazo con que se abolió el ejército, urge derribar los nuevos muros que algunos intentan levantar, esos que erosionan la confianza pública y distorsionan la vida democrática. Y eso solo será posible si la ciudadanía exige altura en el debate, rechaza la manipulación y obliga a sus dirigentes a transitar por la vía del diálogo y el respeto institucional







