Con indignación, el país observó, el 29 de abril anterior, cómo un asistente técnico de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) introducía una aguja en el brazo de un adulto mayor para vacunarlo contra la covid-19, pero no aplicaba el líquido necesario para la producción de anticuerpos contra esa enfermedad.
El hecho quedó registrado en un video grabado por el hijo del paciente y fue difundido en redes sociales y medios de comunicación. En las imágenes se observa con claridad que el funcionario, de apellido Arrieta, no inyectó la vacuna. Sin embargo, seis meses después el asunto permanece impune, pues hasta ahora la única medida conocida es la suspensión con goce de salario del asistente técnico de atención primaria en salud (Ataps).
Una fuente institucional confirmó a La Nación que el Centro para la Instrucción de Procedimientos Administrativos (CIPA) ya concluyó la investigación y determinó que Arrieta incurrió en una falta grave al no vacunar al asegurado, un hombre de 82 años.
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El informe, enviado el 21 de setiembre al Área de Salud de Tres Ríos, estableció que existen pruebas documentales y físicas para demostrar que el funcionario no aplicó la inoculación al paciente. Sin embargo, las autoridades de esa sede no han definido la sanción correspondiente.
No obstante, si el castigo no se establece antes del 21 de octubre, el caso prescribirá, según advirtió la fuente, quien pidió reservar su identidad por temor a represalias. La sanción podría ser desde una amonestación verbal o escrita, hasta la suspensión sin goce de salario o el despido sin responsabilidad patronal.
Durante las pesquisas, Arrieta no rechazó los cargos. En su defensa, manifestó que, en la época que sucedió el hecho, enfrentaba una situación personal de alto estrés.
Por su parte, la oficina de prensa de la CCSS confirmó, por medio de un correo electrónico, que el tema está en manos del Área de Salud de Tres Ríos, pero declinó dar más detalles debido a impedimentos legales.
“Con base en esas normas no se puede brindar ningún detalle, solo informar que el expediente aún está en trámite”, informó la institución.
Olga Álvarez, directora de ese centro de salud, dijo que desconoce el caso porque está incapacitada desde hace varios días. Agregó que en su puesto hay otro profesional.

Engañados
En una entrevista con este diario realizada en mayo, Jorge Rodríguez, hijo del adulto mayor que no fue vacunado, expresó su malestar por el comportamiento del funcionario. Según admitió, no se percató del engaño en ese momento, sino hasta que compartió el video en el WhatsApp de la familia, desde donde se filtró a las redes sociales.
Este es su relato:
“Citaron a mi papá para la vacunación de la primera dosis en la casa cural a las 11 a. m. Llegamos cinco minutos antes, entonces salió una enfermera a pasar lista. Le digo a ella: ‘mire yo tengo que entrar a la vacunación de mi papá porque tiene 82 años y no escucha muy bien’.
“Él tiene un aparato de audición y cuando está en lugares muy amplios le entra el sonido ambiente y escucha un 5% o 10%. ‘Necesito entrar con él por las indicaciones para estar enterado y transmitirle la información a mi padre’, le dije.
“Entonces pasamos. Había tres mesas de vacunación. En un extremo de la mesa están unas funcionarias tomando los datos y una de ellas le hace el carné de vacunación a mi padre. Cuando está terminando de tomarle los datos, en el otro extremo está el enfermero (asistente) que vacuna.
“Yo digo ‘voy a grabar esto porque hace como dos meses en el grupo de WhatsApp de la familia mis sobrinas pasaron videos de Brasil y México donde pasaba exactamente lo que desgraciadamente le pasó ayer a mi papá.
“Entonces habíamos quedado que en el momento que nos empiezan a vacunar a todos, vamos a tomar el video para cerciorarnos y para que también quede un recuerdo.
“En mi casa sufrimos de covid. A mi hermano gemelo y a mí nos dio covid. Fuimos asintomáticos, pero a mi padre de 82 años le dio muy fuerte. Por dicha no tuvimos que llevarlo al hospital. Por eso esperamos los 90 días de haber superado la covid.
“Después me dice que por favor pusiera el dedo en el algodón. Después de eso, le dice a mi papá que por favor se siente en la sillita durante cinco minutos y que de no tener ninguna reacción se podía retirar.
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“Yo envío el video al chat de la familia y mi hermano gemelo (Fernando) me pone: ‘Jorge, no lo vacunaron. Fijate, mirá el video, no lo vacunaron’. Entonces empiezo a ver el video 15 o 20 veces y veo que el enfermero no presiona el émbolo de la jeringa y no introduce el líquido en el brazo de mi papá.
“En ese momento, me voy donde el vacunador, mi padre ni enterado estaba. Le dije, ‘mire caballero, usted no vacunó a mi padre’. Me dice ‘sí, sí, sí, yo sí lo vacuné’. Le digo ‘no, no, no, tengo el video y usted no presiona el émbolo’.
“Yo hablaba tranquilo porque no quería hacer un despelote ahí. Se lo enseñé unas 10 veces. Mientras le enseñaba el video le preguntaba que con qué dedo empujó el émbolo. El hombre estaba muy nervioso.
“En el momento que estoy terminando de recoger la cédula de mi padre yo saco el celular para hacer la grabación. El señor vacunador le levanta la manga, yo hago la grabación, le pongo zoom y en ese momento el enfermero metió y sacó la aguja superrápido.
“Le vuelvo a enseñar el video, le pongo pausa y le digo ‘mire, usted mete la aguja, saca la aguja y contemos dedos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco dedos y la otra mano agarrando el hombro de mi padre, ¿entonces con cuál dedo empujó el émbolo?
“Él me dice ‘no, no, podemos revisar el basurero donde se botan las inyecciones para demostrarle que no tiene líquido’. Yo le respondo: ‘el video está claro y usted en ningún momento introduce el líquido’.
Adicional a la investigación administrativa realizada por la Caja, el Ministerio Público mantiene una pesquisa contra Arrieta por el presunto delito de incumplimiento de deberes. El caso se tramita bajo el expediente 21-010183-0043-PE. Este se inició a raíz de denuncias interpuestas tanto por el adulto mayor como por la entidad de seguro social.