
Los bares, restaurantes y establecimientos que venden licor tendrán que eliminar el Chiliguaro de su oferta, para evitar demandas por uso indebido de la marca.
La medida resulta del fallo que emitió el 13 de enero el Tribunal Contencioso Administrativo, en el cual condenó a la Fábrica Nacional de Licores por comercializar un producto que resaltaba en su etiqueta las palabras “chile guaro”, similar a la marca inscrita desde 2013 por Mauricio Azofeifa, periodista y creador del producto.
Esa sentencia habilita al dueño registral del Chiliguaro a presentar acciones contra cualquier local que ofrezca el coctel bajo el nombre de su marca, según explicó la experta en Propiedad Intelectual de la firma legal Ecija, Monserrath Soto.
“Lo cierto es que hay una marca registrada y eso le da a su titular el derecho exclusivo y excluyente de defender su marca contra usos no autorizados”, afirmó la abogada.
Azofeifa, por su parte, dijo que tendrían que valorar cada antes de presentar algún reclamo contra un establecimiento comercial que incluya la bebida con ese nombre en su menú.
“Los tribunales nos dan la razón de que podríamos hacer la defensa y en algunos casos lo haremos, sobre todo en el caso de empresas grandes que usan nuestra marca. En esos casos podemos y haremos la defensa”, señaló Azofeifa.
Una de las principales motivaciones para hacer esa defensa, según dijo, es la próxima comercialización masiva de un producto bajo esa marca.
Actualmente la bebida original solo se sirve en el bar del cual era copropietario, ubicado en barrio La California, en San José.
“La marca siempre viene asociada a un producto y eso implica que, no es que yo puedo (como dueño de bar) usar la marca Chiliguaro, sino que también estoy obligado a usar el producto”, señaló la especialista en Propiedad Intelectual.
Otra de las opciones, según dijo la experta, es que el dueño registral licencie el producto.
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“Yo puedo licenciar el uso de la marca, entonces autorizo a ponerlo en el menú, siempre y cuando la marca se utilice asociada al producto con la combinación (original) de los ingredientes, porque la marca la asociás con un origen empresarial con un tema de calidad, de procedimientos, de trazabilidad… pero definativamente el dueño registral podría licenciar la marca a cambio de una remuneración”, señaló Soto.
Chifrijo y Chiliguaro
Aunque tienen algunas similitudes, este caso es distinto al del chifrijo y la batalla legal que perdió Cordero’s Bar.
Chifrijo se convirtió en un término genérico e inclusive en un costarriqueñismo, para referirse al popular platillo.
“Hay casos internacionales como las marcas celofán y trampolín que se generalizaron y no había otra forma de llamar el producto. Entonces en el momento en que se vuelve en un término común, pues pierde distintividad que es la finalidad última de las marcas”.
En este caso, Chiliguaro todavía no se ha estandarizado y su dueño registral puede continuar con la defensa de su marca.
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Durante la discusión legal por la marca ‘Chifrijo Cordero’s’, cientos de establecimientos eliminaron la palabra de sus menúes para evitar demandas.
La demanda por $15 millones interpuesta por una familia de apellido Cordero, de Tibás, no prosperó por esas razones.
Durante la discusión legal, cientos de bares y restaurantes eliminaron la palabra del menú y le asignaron otros nombres.
“La diferencia es que en estos momentos se está reconociendo que el Chiliguaro no es una marca generalizada, sino que es un signo distinto. Es decir, que es un signo capaz de identificar un producto específico, no el trago. Porque martini no puede ser una marca, porque tequila no puede ser una marca, porque son genéricos para referirse a licores, en estos momentos se asocia el Chiliguaro a un producto específico”, concluyó la experta.
Esta materia es regulada por la Ley de Marcas y Signos Distintivos número 7978, de enero del 2000, así como por la Ley de Procedimientos de Observancia de los Derechos de Propiedad Intelectual, número 8039, de octubre del mismo año.