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Más de 20.000 costarricenses han recibido este año la mala noticia de que posiblemente el celular de segunda que adquirieron fue robado o adulterado antes de que llegara a sus manos, según estadísticas suministradas a La Nación por la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel).
Se trata de 8.064 clientes de la empresa Claro, perteneciente a la empresa mexicana América Móvil; 2.787 usuarios de la red de Kölbi, del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y 9.261 personas que utilizan la nueva marca Liberty, en la que recientemente se fusionaron Movistar y Cabletica.
¿Cómo se sabe esto? Mediante la Plataforma de Validación de Celulares (PVC) de la Sutel, que detecta e impide la conexión de celulares irregulares o adulterados a las redes móviles de estos tres operadores.
El sistema analiza el identificador único (IMEI) de los dispositivos, que es como una “cédula” de 15 dígitos con la que cuentan todos los celulares para conectarse a los canales móviles (este es un ejemplo 86-153603-019600-1), y con esa información verifica si tiene la estructura y el código original del fabricante.
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La Superintendencia explicó a este diario que, generalmente, cuando se quiere vender un celular robado que fue bloqueado por su dueño real o que por alguna otra razón no se puede utilizar, se restaura a su versión de fábrica y se le modifica el IMEI, para que el comprador pueda usar el dispositivo de manera regular. También les ponen un mismo identificador a varios dispositivos, para que puedan funcionar pese al bloqueo.
“Estos aparatos celulares generalmente han sido robados, hurtados o adulterados en el software; por personas o comercios inescrupulosos que intentan vender este tipo de aparatos que están bloqueados o que fueron diseñados para funcionar con otras características técnicas. Estos celulares generalmente han sido adquiridos de forma ilícita o vienen de otros países generando serios problemas de calidad en los servicios”, puntualizó.
Un teléfono adulterado puede generar serios problemas en el servicio, como inconvenientes para hacer o recibir llamadas, mal servicio de Internet por bajas velocidades, cortes en la comunicación, problemas de señal, fallas al llamar a números de emergencia como el 9-1-1; entre otras complicaciones.
Por eso, desde inicios de mayo, cuando se activo la PVC, la Sutel identifica los clientes o usuarios que utilizan un IMEI irregular (alterado o gemeleado) y les envía una advertencia para que se presenten, en un plazo de 60 días, ante su operador móvil (Kölbi, Claro o Liberty) con las pruebas de que el teléfono es el original, ya que si no lo hacen, la plataforma bloqueará el identificador único y sacará de circulación los dispositivos.
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Los ciudadanos solo deben llevar su cédula, el dispositivo y la factura de compra del celular, y el operador validará las condiciones del aparato contra la documentación aportada. Si todo está en orden, el usuario podrá continuar haciendo uso de este en las redes móviles sin ningún inconveniente.
Sin embargo, si la persona no puede demostrar que es la dueña legítima del dispositivo y que el IMEI corresponde al original, el aparato será bloqueado en las redes móviles y no podrá ser usado para llamar, mensajear o navegar nunca más. Básicamente, quedará obsoleto para cualquier tipo de comunicación.
“Este es un esfuerzo de la industria por desincentivar el robo de celulares, garantizando que únicamente permitirán el funcionamiento de teléfonos con un IMEI único y sin alteraciones”, destacó Sutel.
De acuerdo con la entidad, el IMEI de los celulares aparece en la factura, en la caja donde venía empacado y también grabado en algunas piezas internas o en algunos teléfonos en la bandeja de la tarjeta SIM. Su nombre completo es Identificación Internacional de Equipos Móviles (IMEI) y distingue el aparato de manera única.
Además, si un usuario desea verificar si su celular ha sido adulterado o es robado puede marcar los dígitos *#06# y podrá ver el IMEI en la pantalla. Luego entra a la web de Sutel (www.sutel.go.cr) y busca la Plataforma de Validación de Celulares (https://pvc.sutel.go.cr/), coloca ese número y recibirá el estado del teléfono.
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Un punto de convergencia
En junio pasado trascendió que decenas de personas que han denunciado el robo de su celular y han activado el mecanismo para que el dispositivo emita una señal desde donde está, convergen en un punto en específico en la capital: una especie de ‘mall’ denominado Comercial El Águila, en calle 10, donde pululan decenas de compraventas en las que se comercializan teléfonos móviles y computadoras.
Marcelo Solano, director de la Policía Municipal de la capital, confirmó en aquella época que, “lamentablemente, con muchísima frecuencia personas que han sido víctimas del robo de celulares” y que piden ayuda a las autoridades, luego descubren que la señal de su dispositivo proviene de ese sitio.
En ese mes se revisaron 22 compraventas, en donde se chequearon 60 dispositivos móviles que dejaron como saldo el decomiso de 8 de estos, 4 porque presentan alteraciones por lo que podría parecer que son robados y los 4 restantes por denuncias de robo en diferentes provincias como Alajuela, Heredia y San José.
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