El síndrome de alienación parental no existe. No hay suficiente evidencia o sustento científico para creer que así sea, aunque sí hay situaciones en las que, en medio de una separación de sus padres, los niños y adolescentes puedan vivir episodios de violencia de los que deben ser protegidos, pero sin usar dicho término para describirlos.
Así de contundente fue el Colegio de Profesionales de Psicología de Costa Rica (CPPCR) en un pronunciamiento divulgado la mañana de este 14 de marzo.
El síndrome de alienación parental (SAP) es un concepto que se introdujo en 1985 y que refiere a cuando “uno de los padres (generalmente la madre), somete al hijo, en contra del otro progenitor (generalmente el padre), logrando de este modo alienar, quitar a ese padre de la vida del hijo, hasta hacerlo ‘desaparecer’, propiciando, en algunos casos, que el niño o la niña inventen que su padre abusó sexualmente de él o ella”.
Sin embargo, este concepto no es reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Tampoco está incluido en la Clasificación Mundial de Enfermedades (CIE-10) ni en el Manual de Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM-5). Esto hace que el SAP se vea como un término pseudocientífico a la luz de las organizaciones internacionales.
La principal razón, de acuerdo con la Asociación Española de Neuropsiquiatría es que el término se judicializó y con esto perdió el impacto de lucha por la salud mental y los derechos de los menores. “El SAP supone un grave intento de medicalizar lo que en realidad es una lucha de poder por la custodia de un hijo”, destacaron en una entrevista con El País de España.
Sender Herrera Sibaja, vocero del CPPCR, es de la misma opinión y de ahí este pronunciamiento, no solo para decir que el término que no debe usarse, sino también para hablar de los que sí deben.
¿Por qué el término no debe usarse?
Los psicólogos reconocen que la violencia hacia los menores cuando sus progenitores tienen una separación agresiva sí existe. En algunos casos, habrá disputas por la atención del menor y un progenitor intentará “echar basura” sobre el otro. Por eso a los niños y adolescentes se les debe acompañar, pero también se debe llamar a las cosas por su nombre concreto.
“Hay niños, niñas y adolescentes que se están viendo afectados por relaciones conflictivas entre papá y mamá, entonces tenemos niños con ansiedad, depresión, autolesiones y problemas de sueño. El Hospital de Niños lo ha reportado, no es alienación parental, pero sí causa daño”, señaló el psicólogo.
Para Emilia Williams Aguilar, abogada especialista en Derecho de Familia, el problema se da porque se trata de definir como si fuera un síndrome psicológico en el menor causado por el progenitor con quien él convive.
“No hay una prueba científica fuerte para determinar este síndrome, al contrario, se utiliza en exceso. En muchos casos, la supuesta víctima de esto por lo general es un hombre, que quiere seguir imponiendo control o violencia sobre esta persona que ya no es su pareja. Se utiliza a los chicos para decir que la mujer está poniendo a los hijos en su contra”, destacó.
Para la abogada, sí hay posibilidad de manipulación en contra del progenitor que no convive con el menor, pero esto no quiere decir que sea un síndrome como tal.
Por eso el acompañamiento integral de profesionales en Psicología, Trabajo Social, Derecho, Medicina e incluso Educación en casos de procesos de divorcios muy conflictivos.
“Es responsabilidad de cada profesional en Psicología efectuar el análisis detallado y concienzudo sobre las circunstancias que median o afectan la condición de salud mental de las personas de los núcleos familiares con los que trabajan, especialmente de las personas menores de edad que conviven en dichos contextos (...) pero también sobre la base de las buenas prácticas desde la ciencia y la técnica, que deben sustentar cualquier aproximación diagnóstica que se haga”, destaca el comunicado.
De acuerdo con el psicólogo, un pronunciamiento anterior pedía a los profesionales en el área no usar el término, pero no daba otras opciones de nombres para utilizar, con el de hoy dan opciones de términos.
“No podemos negar que la realidad existe, hay niños y adolescentes que están siendo violentados y victimizados por uno o ambos progenitores, nada más debemos utilizar los términos correctos”, destacó Herrera.
En criterio de Williams, es un tema complejo, porque hay violencia hacia los menores, pero también hay progenitores que buscan ejercer violencia contra su expareja. Por ello, cada caso debe individualizarse. Lo que sí no debe perderse es el norte: el bienestar de las personas menores de edad.
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Los términos correctos
Los profesionales en Psicología son enfáticos en que sí hay afectaciones a la salud mental y emocional de los menores en un proceso de separación o divorcio violento, para ello, remiten a sus agremiados al CIE-10 y al DSM-5, donde podrán encontrarse diferentes conceptos. En Costa Rica, manifestó Herrera, el Hospital Nacional de Niños habla de menores que sufren de “triangulación”.
Por eso también es importante destacar que los casos donde la separación es muy agresiva y puede ser traumante para los menores, debe trabajarse de la mano con profesionales en Trabajo Social, Medicina y Derecho.
Estos son algunos de ellos.
Terminologías en el CIE-10
- Problemas relacionados con hechos negativos en la niñez.
- Alteración en el patrón de la relación familiar.
- Problemas relacionados con el abuso sexual declarado del niño por una persona dentro del grupo de apoyo primario.
- Problemas relacionados con abuso sexual declarado del niño por persona no perteneciente al grupo de apoyo primario.
- Problemas relacionados con el abuso físico al niño.
- Otros problemas relacionados con la crianza del niño.
- Hostigamiento y acusación de culpabilidad al niño.
- Abandono emocional del niño.
- Presiones inapropiadas de los padres y otras anormalidades de la crianza.
- Problemas relacionados con el grupo de apoyo, incluidas las circunstancias familiares.
- Problemas en relación entre esposos o pareja.
- Soporte familiar inadecuado.
- Ruptura familiar por separación o divorcio.
- Otros hechos estresantes de la vida diaria que afectan a la familia y el hogar.
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Conceptos en el DSM-5
- Problema de relación entre padres e hijos.
- Niño afectado por relación parental conflictiva.
- Ruptura familiar por separación o divorcio.
- Maltrato Físico infantil, confirmado, o sospechado, hallazgo inicial o hallazgo ulterior inicial.
- Abuso Sexual infantil, confirmado, o sospechado; hallazgo inicial o hallazgo ulterior.
- Negligencia infantil, sospechada o confirmada; hallazgo inicial o ulterior.
- Maltrato psicológico Infantil sospechado, confirmado, hallazgo inicial, hallazgo ulterior.