A menos de una semana para que empiece la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno tendió un manto de confusión sobre las medidas que formarán parte del ajuste fiscal.
El ministro de Hacienda desautorizó dos opciones tributarias planteadas por la nueva ministra de la Presidencia, en su primera semana de labores, aunque ella expuso medidas que el propio mandatario Carlos Alvarado les mencionó a los diputados.
Además, el titular de Hacienda cambia constantemente las cifras del ajuste general y su cartera llegó al grado de olvidar, “por error”, incluir el aumento temporal de un impuesto en un proyecto de ley enviado al Congreso.
En suma, a estas alturas, el país no conoce con claridad las medidas con las que el Poder Ejecutivo pretende estabilizar las finanzas públicas.
Para entender los hechos de esta semana, tenemos que ir por partes:
1. La ruta esbozada en una carta
En el mes de diciembre, el ministro de Hacienda, Elian Villegas, le envió una carta a la Asamblea Legislativa en la que desglosó los cuatro elementos que formarían parte del acuerdo fiscal y sus respectivos rendimientos económicos. Esta era la estructura:
-Un 1,5% del PIB en recorte al gasto (¢544.510 millones)
-Un 0,80% del PIB en nuevos ingresos tributarios (¢290.400 millones)
-Un 0,50% del PIB en eliminación de exoneraciones (¢181.500 millones)
-Un 0,20% del PIB en aportes de empresas estatales (¢72.600 millones)
2. Enredo y desmentido con los nuevos ingresos tributarios
Para mediados de diciembre, el Gobierno solo tenía claridad sobre dos medidas para generar los nuevos ingresos tributarios, en una cifra equivalente a un 0,80% del PIB.
Estas acciones eran el impuesto a los premios de la lotería y la introducción del mecanismo de renta global. El primero generaría un 0,12% del PIB, según el proyecto de ley, mientras que el rendimiento del esquema de renta global fue fijado en un 0,10% en la mesa de diálogo con sectores.
Estas dos medidas apenas rebasaban un 0,20% del PIB. Los diputados estaban a la expectativa de conocer de dónde saldría el 0,60% restante. Se trata de cifras muy sensibles: un 0,60% del PIB equivale a pedirles casi ¢218.000 millones a los contribuyentes.
El 3 de diciembre, durante una reunión con jefes de fracción en Casa Presidencial, el presidente Carlos Alvarado les expuso a los diputados que, entre las opciones para completar el componente de nuevos ingresos, estaban aumentar el IVA en un punto porcentual y gravar las transacciones bancarias.
Así lo expuso el jefe de fracción del PLN, Luis Fernando Chacón, y lo confirmó el ministro de Hacienda, Elian Villegas.
Pasemos al año 2021 y al día martes 5 de enero. La nueva ministra de la Presidencia, Geannina Dinarte, y la ministra de Planificación, Pilar Garrido, convocaron a los jefes de fracción a una nueva cita, en Casa Presidencial, para exponerles el ajuste fiscal que el país negociará con el FMI a partir de este lunes 11 de enero.
El apoyo de la oposición a la propuesta es vital pues, sin un acuerdo político, sería imposible cumplir con el ajuste fiscal que se le plantee al FMI, para obtener un crédito de $1.750 millones.
Ese martes, las ministras les presentaron a los diputados tres medidas que, en el mejor de los casos, generarían nuevos ingresos por un 0,53% del PIB.
Las medidas eran el impuesto a loterías por un 0,12% del PIB, un nuevo impuesto a las casas de lujo por un 0,17% del PIB y renta global, que ahora generaría entre un 0,12% y un 0,24%.
El rendimiento de renta global se incrementó considerablemente en un mes. Villegas dijo que el cambio obedece a los “ajustes” que su cartera está haciendo en la propuesta.
Aún así, no se alcanzaba la meta del 0,8% del PIB en nuevos ingresos.
Los diputados, con toda la razón, preguntaron de dónde saldría la diferencia, que oscilaba entre un 0,27% y un 0,39% del PIB. Es decir, entre ¢98.000 millones y ¢142.000 millones.
Según declararon por separado los diputados Luis Fernando Chacón, Karine Niño, Zoila Rosa Volio y Jonathan Prendas, las ministras expusieron dos opciones: subir en un punto porcentual la tasa general del IVA, que hoy está en un 13%, o aplicar un impuesto a las transacciones bancarias.
Incluso, hablaron de la posibilidad de devolver el IVA a los dos estratos de menores ingresos de la población.
Estas son las dos mismas medidas que el presidente Carlos Alvarado les expuso a los jefes de fracción a principios de diciembre.
Según supo La Nación, la noche de ese mismo martes, el ministro de Hacienda se sorprendió por las opciones planteadas por las ministras, alegando que no tenían viabilidad política.
Al día siguiente, el miércoles 6 de enero, Villegas decidió enviar un comunicado de prensa para negar lo dicho por Dinarte y Garrido, descartando que el Gobierno planteara subir el IVA o gravar las transacciones bancarias.
Incluso, se discutió si el comunicado se enviaría desde Casa Presidencial o desde Hacienda. Al final, salió de la oficina de prensa de esta última cartera.
Los diputados mostraron sorpresa ante el desmentido. Karine Niño, subjefa del PLN, recordó: “Hasta tres o más veces le pregunté (a Geannina Dinarte) que me reiterara sobre las opciones de recaudación de nuevos ingresos y, en primer lugar, arrancó con lo del IVA”.
Los legisladores también reprocharon que el ministro de Hacienda no participara en la reunión sobre el ajuste fiscal con el FMI. Al final, se mantuvo en el aire la incógnita sobre dónde saldrán los ingresos faltantes.
3. Nuevo cambio de cifras
Sin embargo, la confusión no paró ahí, pues el jueves 7 de enero, el ministro volvió a cambiar dramáticamente las cifras del ajuste fiscal.
En una entrevista que le concedió al programa Enfoques de CRhoy, el ministro primero subió de un 3% a un 4% del PIB la meta del ajuste fiscal que se negociaría con el FMI. Le agregó ¢360.000 millones.
Además, subió de nuevo el rendimiento que generaría el esquema de renta global. A principios de diciembre, la cifra estaba en un 0,10% del PIB. El martes 5 de enero, rondaba entre un 0,12% y un 0,24% del PIB. Este jueves, ahora oscila entre un 0,20 y un 0,30% del PIB.
“No es que no estaba correcto, es que hay un afinamiento de los datos porque hay distintas cosas que se trabajan”, declaró el ministro.
Renta global consiste en sumar los distintos ingresos de un contribuyente y, a partir de ello, ubicarla en una categoría de pago tributario, ya sea más baja o más alta. El sistema tiende a hacer pagar más a quien gana más.
El actual sistema de renta del país es territorial cedular, pues grava de manera diferente, y a diferentes tasas, los diversos ingresos del contribuyente. Con renta global, los contribuyentes tendrían que unificar las rentas cedulares en una sola y pagar una sola tarifa, de acuerdo con sus ingresos totales. Según el ministro, las tarifas todavía están en revisión.
Asimismo, el ministro dijo que el dinero esperado por el impuesto a las loterías ahora pasa al apartado de exoneraciones, con lo que la meta de este capítulo sube a un 0,78% del PIB. Sin embargo, aún falta por identificar un 0,08% del PIB, cerca de ¢29.000 millones.
Sobre la meta general del ajuste, el ministro Villegas dijo: “Más bien, vamos a andar alrededor del 4% del PIB. Lo que pasa es que podemos hablar del 3%, podemos hablar del 4%. El tema al final tiene que ver con la aplicación de lo que es propiamente la regla fiscal”.
“Al 2024, estaríamos hablando de que, en gasto, vamos a andar en alrededor del 2,72% y en ingresos alrededor de 1,40%. Eso, al final pueden ser que se queden 1,10%, 1,20% o que suba 1,10% o un 1,20%, pero al final va andar por ahí, por un 4%”.
En recorte al gasto público, el jerarca tampoco fue concreto. Primero, dijo que el ajuste equivaldría a un 2,72% de la producción; luego, bajó la expectativa a 2,5%.
Al señalársele que aún faltan ingresos por identificar, dijo: “Puede que se ocupe, puede que no se ocupe”.
4. Impuesto olvidado en proyecto de ley
Retornando al capítulo de exoneraciones, el Gobierno envió un proyecto de ley con cinco componentes. Sin embargo, olvidó incluir uno en el texto que ya tiene número de expediente en la Asamblea Legislativa.
Se trata de un aumento temporal de un punto y medio porcentual en el impuesto a las rentas y ganancias de capital. La idea del Gobierno es que, durante dos años, la tasa del tributo suba de un 15% a un 16,5% para generarle al fisco unos ¢14.400 millones adicionales en ese plazo.
“Es un error que cometieron (en su cartera) al afinar el texto”, argumentó el jerarca.
Agregó que, este lunes 11 de enero, cuando se inicia la negociación con el FMI, se incluirá el incremento en un transitorio con la presentación de un nuevo texto.
5. Lo que al menos está claro en la propuesta de ajuste fiscal
Del apartado de exoneraciones, es importante tener en cuenta en qué consisten dos de las medidas:
Lo primero es la propuesta del Gobierno de gravar, con un 7,5% de impuesto, los rendimientos de los fondos de pensiones complementarias y voluntarias.
Según la Superintendencia de Pensiones, esta medida reduciría en un 10% las futuras pensiones del ROP. En este link puede conocer por qué el efecto es tan fuerte.
Lo segundo es el plan para equiparar en un 15% la tasa del impuesto a las rentas y ganancias de capital. En consecuencia, se eliminarán las tasas reducidas que hoy existen sobre la repartición de los excedentes de las cooperativas y las asociaciones solidaristas, así como sobre los rendimientos que generen los planes de de ahorro en estas organizaciones. Puede leer el detalle aquí.