Muchos diputados manifiestan que, incluso en el nuevo plenario legislativo, no tienen acceso a Internet. Foto: José Cordero (Jose Cordero)
Durante poco más de una hora, en el seno de la reunión de jefes de fracción, los diputados lanzaron una serie de quejas a la administración por los problemas que afrontan en el nuevo edificio legislativo.
Entre otros asuntos, los congresistas aseguraron tener dificultades de movilización dentro del inmueble y sufrir desorientación por la falta de señalización interna.
La legisladora independiente Ivonne Acuña sostuvo que a muchos colegas no les está funcionando bien la conexión a Internet ni los datos móviles de los teléfonos celulares dentro del plenario.
Acuña alegó que, ante la mayor lejanía que ahora hay entre los despachos y el plenario, es más urgente tener una excelente conectividad, para pedir documentos.
Dicho recinto, ubicado cuatro pisos bajo tierra, cuenta con paredes reforzadas.
"Las llamadas normales difícilmente salen, porque tampoco se puede por las vías digitales”, indicó la independiente.
Por su parte, Jonathan Prendas, del bloque Nueva República, cuestionó la negociación del contrato de servicios de Internet, quién lo hizo y por qué con Radiográfica Costarricense S. A. (Racsa).
Además, criticó el hecho de que, si bien se trata de un edificio de última generación, no se le permita a diputados y personal acceder fácilmente a plataformas como YouTube.
Dicha plataforma resulta totalmente necesaria porque, hasta la fecha, no había conexión a televisión en ninguna oficina legislativa y solo se podían monitorear las comisiones y el plenario a través de los canales de la Asamblea en YouTube.
Al respecto, el director ejecutivo del Congreso, Antonio Ayales, explicó que la administración del Congreso le paga a Racsa $87.000 mensuales por los servicios de conectividad alámbrica a internet, centro de datos, protección contra ataques informáticos externos y el circuito cerrado de las cámaras de seguridad en la nueva sede parlamentaria.
En cuanto a aspectos técnicos, Prendas indicó que el volumen de las transmisiones es tan bajo que los espectadores de las sesiones de comisiones y plenario siempre se quejan por eso.
También respaldó el cuestionamiento de la prensa en cuanto a los accesos restringidos al plenario, pues los reporteros deben caminar extensos pasillos para acceder a los legisladores y hacer entrevistas.
“Yo sé que estamos fomentando el ejercicio, pero eso es tonto. Si abren las escaleras para facilitar su trabajo y la respuesta de nosotros, maravilloso”, indicó.
El independiente también comentó que los diputados no están logrando acceso a los videos con sus intervenciones e, incluso, en unas comisiones nunca se logra ver a través de la transmisión quién está haciendo una intervención y mucho menos ver a los comparecientes.
Alegó que no tiene sentido que un edificio recién estrenado tenga equipos que no se estén aprovechando y que las conexiones fallen.
Puertas cerradas
Otros parlamentarios se quejaron porque el pasado martes, al salir de la sesión plenaria, se encontraron cerradas todas las puertas hacia el parqueo.
De hecho, José María Villalta, diputado del Frente Amplio, sostuvo que se ha encontrado cerradas las puertas para salir de las escaleras.
Por su parte Marulin Azofeifa, también fabricista independiente, manifestó este miércoles que estuvo durante 40 minutos perdida en diferentes sectores de la Asamblea, porque no hay señalización y terminó en un cuarto de máquinas.
En días pasados, mientras regresaban de un receso de almuerzo, 14 diputados se encontraron con las puertas del plenario cerradas, lo cual les impidió completar el cuórum.
Los legisladores alegaron que la lentitud de los ascensores y la cantidad de personas en tránsito les impidieron llegar a tiempo, por lo que pidieron que no se les rebajaran las dietas.
Por otra parte, Prendas señaló que no existe un plan de evacuación en el edificio nuevo, cuando se trata de una edificación de 21 pisos, donde muchas veces se encuentran puertas de las escaleras cerradas, como le ha sucedido a varios parlamentarios.
“El audio en el lobby está apagado y, si uno está ahí y don Eduardo (Cruickshank) da por discutido un proyecto, no se da cuenta”, indicó.
Por otra parte, en buena parte de los salones y despachos del edificio no hay basureros.
En los comedores no hay jabón para lavarse las manos y reciéntemente se puso alcohol en los pasillos, comisiones y otros lugares, pese a la necesidad mayor en épocas de pandemia.
Ante el cuestionamiento de la socialcristiana Shirley Díaz porque ya los diputados no pueden hacer cuórum estando en el cafetín, Eduardo Cruickshank respondió que es obligación de los legisladores estar en el rectángulo del plenario y que no cambiará eso mientras él sea presidente del Congreso.
Ayales: ‘Conectividad es una de las mayores deficiencias’
En respuesta a los cuestionamientos, el director ejecutivo de la Asamblea, Antonio Ayales, manifestó que la conexión a Internet es una de las mayores deficiencias que ha presentado el edificio.
Alegó que el acceso irrestricto a la web provocó que el servicio se colapsara, consumiendo un ancho de banda desproporcionado. Añadió que se tomaron medidas para establecer restricciones adecuadas.
“No es un tema de fácil solución, lleva un proceso de adaptación. Al estar abierta, hubo acceso a música, Netflix y una serie de aplicaciones que consumen mucho ancho de banda”, relató.
Ayales agregó que se intenta buscar un punto de equilibrio para todas las necesidades. “Este edificio tiene mucho concreto y la solución no es fácil de ponerla en práctica”, aseveró.
Ayales manifestó que se ha normalizado la transmisión de comisiones, pues la semana anterior incluso se tuvieron que anular dos sesiones, una de Gobierno y otra de Contratación Administrativa.
Respecto a la telefonía celular para el nuevo edificio, el director administrativo indicó que no está implementada pese al contrato con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), pues argumentó que esa institución pretende usar la Asamblea como pionera en tecnología 5G, que no estaría a disposición sino hasta dentro de un año y medio.
“El ICE estaba importando equipos de Estados Unidos, que se atrasaron por la pandemia. Nos están proponiendo una solución temporal y tienen que firmar con nosotros un acuerdo para permitir una solución temporal, en 22 días hábiles”, indicó.