El uso de términos como “chiquillos”, para referirse a los funcionarios de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos (UPAD), generó una discusión entre diputados este miércoles durante la comparecencia del presidente Carlos Alvarado, en el plenario legislativo.
Congresistas como Floria Segreda, del Partido Restauración Nacional (PRN), y Pedro Muñoz, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), emplearon esos calificativos para aludir a los colaboradores de dicha instancia de Casa Presidencial.
Tal situación incomodó a la liberacionista María José Corrales, quien llamó a los diputados a no menospreciar a nadie por su edad.
“No es de recibo que se siga minimizando a una juventud que hoy, más que nunca, está preparada para dar actuaciones y transmitir todo su conocimiento, una juventud preparada, que tiene mucho aporte para nuestro país. Así que, por favor, compañeras y compañeros, no minimicemos, con esas frases despectivas, a la juventud costarricense”, sentenció Corrales.
Silvia Hernández, presidenta de la comisión investigadora de la UPAD, respaldó la postura de su compañera de fracción y llamó a los diputados a referirse con respeto a toda persona de quien se discuta.
Los exfuncionarios son Diego Fernández Montero, estadístico, graduado de la Universidad de Costa Rica (UCR) y máster en Ciencias Políticas; Alejandro Madrigal Rivas, economista y analista de datos; y Andrés Villalobos Villalobos, estudiante de Derecho de la UCR.
‘Son profesionales’, no ‘chiquillos’
El mismo presidente Alvarado le dijo a Segreda que estas personas son profesionales y no “chiquillos”.
Así lo hizo durante un cuestionamiento que la restauracionista le lanzó, sobre las potestades que ostentaban esos colaboradores.
Este fue el intercambio entre ambos:
– “Quiero saber su opinión, señor presidente. Si bien es cierto, usted estuvo más detrás de la UPAD que dentro de la UPAD, y no sé hasta qué punto es una manera irresponsable darle potestades a tres o cuatro muchachos que, a la vez, se creen el presidente, porque ellos iban diciendo que era el presidente el que solicitaba información.
“Según entiendo, usted no solicitaba ninguno de esos datos.
“Yo quisiera saber, ¿por qué se les dio a esos muchachos esa potestad?
“El presidente, verbalmente, pone a tres o cuatro chiquillos a hacer las funciones suyas. Ahí es donde está el problema”, expresó Segreda.
A lo que el presidente contestó:
– “Yo no usaría, doña Floria, con todo cariño, chiquillos, porque son profesionales”.
De inmediato, la diputada se excusó:
– “Bueno, perdón. Yo los veo como chiquillos, pero discúlpeme por esa frase que utilicé. Bueno, a esos señores, jovencitos, que lo que están haciendo es usurpando (el papel del presidente)”, prosiguió Segreda.
El socialcristiano Muñoz continuó con las alusiones mientras argumentaba por qué debía ser el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y no la UPAD, el ente administrador de los datos de los costarricenses.
“A julio del 2018, el INEC tenía 718 empleados permanentes, no tres muchachos con tres portátiles personales, donde almacenaban los datos y los sacaban de Casa Presidencial cuando se iban a cenar en la noche”, expresó Muñoz.
La comparecencia del mandatario Alvarado se inició a las 9:30 y se proyecta que acabe a las 6 p. m.
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