El director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mauricio Batalla Otárola, reconoció la afectación que ocasiona el nuevo puente bailey instalado frente al aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, que se habilitó el viernes anterior.
La idea de dicha estructura era liberar el embudo que enfrentaban los conductores procedentes de Occidente que viajaban hacia San José, pues antes los carros venían en dos carriles por la autopista pero en ese punto había un puente de un solo carril.
No obstante, aunque ahora el paso es más fluido para esa población, el cambio ocasiona un efecto de cola para quienes vienen de Alajuela centro por la radial Francisco J. Orlich y buscan incorporarse a la autopista General Cañas.
Batalla declaró a Noticias Monumental que parte de liberar un cuello de botella es que “el flujo vehicular se traslada a otro punto”.
El director del Conavi sostuvo que a partir del 15 de enero, cuando se inicie la segunda etapa de la reconstrucción de losas en la radial de Alajuela, se implementarán cambios en esa salida para evitar ese efecto de cola.
“Lo que tenemos que hacer es un tramo pequeño de carretera para generar un carril de aceleración y para que rápidamente se puedan incorporar los vehículos que vienen de la Francisco J. Orlich, esto se estará construyendo una vez que se reconstruyan las losas de salida de esa radial”, dijo.
Este jueves, usuarios que circulaban en horas de la tarde desde Occidente a San José vieron además impactado ese efecto debido a choques en las cercanías de ese punto.
Israel Oconitrillo quien viajaba de Grecia a Tibás aseguró que ese recorrido le tomó más de dos horas y describió la problemática que desde el lunes vienen denunciando los usuarios en redes sociales.
“La gente que sale de Alajuela sube al puente en dos carriles, presionando a los que venimos de la pista, entonces se genera como una cadena porque todo ese flujo cae en la pista, el puente habilita un carril más pero congestiona lo que sale de Alajuela”, dijo.
Cuellos de botella
El viernes anterior, el jerarca de Obras Públicas, Luis Amador anunció que el próximo año se instalaría una estructura similar en el carril contrario. Asimismo, prometió que se trabajará en la atención de cuellos de botella en distintas partes de la Gran Área Metropolitana.
El puente que se colocó en ese punto tiene 55 metros de longitud y un ancho de 4,2 metros y representó una inversión de ¢500 millones.
Aunque su puesta en operación estaba prevista para enero, se adelantó a diciembre pero sin las obras complementarias, que se concluirían el otro mes, según el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).