
Dos grupos familiares que abandonaron hace tres años la ampliación del tramo Barranca-Limonal de la ruta Interamericana norte, y que le ganaron al Estado una indemnización por el finiquito, recibieron un nuevo contrato del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para retomar parte de esta misma obra por $121,6 millones.
Se trata de las empresas Bel Ingeniería S. A., de origen costarricense, e Ingeniería Estrella S. A., de origen dominicano.
En asocio, ambas firmas concursaron por el nuevo contrato con el nombre de Consorcio Barranca Ruta 1 y ganaron la adjudicación de la primera sección de 25 kilómetros (km) entre Barranca y San Gerardo de Chomes. El Conavi le adjudicó la segunda sección a la constructora MECO.
El consorcio anterior H Solís-Estrella, que paralizó las obras en noviembre del 2022, lo conformaban la constructora H Solís e Ingeniería Estrella.
Si bien Bel Ingeniería no formaba parte de ese consorcio, la única accionista de esta compañía es Mélida María Acosta Solís, hija de Mélida Solís Vargas, la única dueña de las acciones de H Solís, y de Roberto Acosta Mora, gerente de la constructora.
El primer consorcio ganó el contrato de ampliación a inicios del 2020 y las obras comenzaron en agosto de ese mismo año.
La participación accionaria de Mélida Acosta Solís en Bel Ingeniería y la de Mélida Solís Vargas en H Solís constan en declaraciones juradas, emitidas por el mismo notario y fechadas el 17 de febrero pasado. Ambas aparecen como información pública en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop).
En el caso de Ingeniería Estrella S. A., sus beneficiarios finales son de apellidos Estrella Tavárez, todos originarios de República Dominicana, según documentación contenida en el Sicop, de setiembre pasado.
Los Acosta Solís y los Estrella Tavárez –en la figura del Consorcio Barranca ruta 1– ahora realizarán los trabajos de ampliación en la primera sección de 25 km, por $121,6 millones –como se indicó previamente–, mientras que MECO se encargará de los 23 km restantes entre San Gerardo y Limonal, por $141,7 millones.
Indemnización de $13 millones
Este proyecto estaba frenado desde finales del 2022, cuando el consorcio H Solís-Estrella buscó el finiquito del contrato alegando imposibilidad de trabajar por falta de expropiaciones, reubicación de servicios y problemas en diseños.
Por su parte, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) argumentó un abandono del proyecto y atrasos ocasionados por las constructoras.
Dicho diferendo llevó a ambas partes a un centro de resolución de controversias, el cual determinó, en diciembre del 2023, que el MOPT debía pagar al consorcio $13 millones por la suspensión del contrato.
Esta cantidad fue $10 millones menor de lo que H Solís-Estrella reclamaba por pagos pendientes, porcentaje de la garantía de cumplimiento y el llamado “lucro cesante”, es decir, las pérdidas por no completar la obra.
El proyecto original quedó con un avance del 18%, luego de consumir $34 millones de los $182 millones asignados para su ejecución inicialmente. A ese monto se sumaron alrededor de $8 millones en obras de conservación complementarias, que se ejecutaron en el 2024.
Ahora, la ampliación de los 48 km de Barranca-Limonal costará ¢263,3 millones ($121,6 millones adjudicados al Consorcio Barranca ruta 1 y $141,7 millones a MECO). A ese monto se deben sumar los $42 millones gastados previamente –incluyendo las obras de conservación complementarias–, es decir, que en total la inversión ascenderá a $305,3 millones.


El intento de adjudicar a la mexicana Tradeco

Inicialmente, el MOPT intentó ceder el proyecto a otras constructoras. Esas gestiones causaron nuevos atrasos que terminaron encareciendo más las obras.
El presidente de la República, Rodrigo Chaves, admitió que se reunió con representantes de la empresa mexicana Tradeco –que arrastra cuestionamientos y sanciones en su país– para abordar una posible cesión del contrato.
Chaves reconoció que remitió a uno de los jerarcas de esa constructora al Instituto Nacional de Seguros (INS) para que gestionara una garantía de cumplimiento, con el objetivo de que pudiera atender los requisitos necesarios para asumir ese proyecto, que ascendía a $148 millones. No obstante, el INS no se la concedió.
Cuando admitió la reunión con Tradeco, Chaves dijo: “Lo que pasó fue que H Solís no podía terminar la carretera Barranca-Limonal. Faltaba por desembolsar $148 millones de un préstamo con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y el contrato, ante la falla de H Solís de poder continuar, se le podía ceder a alguien más. Así, en acuerdo con el BID.
”Yo temía que no ceder el contrato nos iba a costar muchísimo dinero y muchísimo tiempo. Eso fue cierto (...). Lo único que hicimos fue conversar para ver si Tradeco podía agarrar eso".
Los fallidos intentos de cesión están siendo investigados por la Fiscalía General de la República. El exministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, y la expresidenta del INS, Mónica Araya, denunciaron presuntas presiones de Chaves.
La Fiscalía investiga al presidente y al exministro de Obras Públicas y Transportes, Mauricio Batalla, por presunto peculado en relación con este caso.
Relación de larga data
La relación entre los Acosta Solís y los Estrella Tavárez es de larga data y no se limita a este proyecto en específico. En el pasado, en conjunto, estuvieron a cargo de la construcción de Circunvalación norte, que costó $223 millones, y ejecutaron los intercambios de Taras-La Lima, en Cartago, obra que fue adjudicada en $58 millones.
Además, este año, en el Conavi han obtenido, en consorcio, siete contratos por $45 millones en total para la rehabilitación de puentes dentro del Programa de Emergencia para la Reconstrucción Integral y Resiliente de Infraestructura (Proeri), financiado con los recursos provenientes del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
La Nación envió consultas a Efraim Zeledón Leiva, ministro de Obras Públicas y Transportes, sobre la selección de este consorcio, a través de su oficina de prensa y directamente a su celular, mediante un mensaje de WhatsApp, sin que se obtuviera una respuesta a la hora de publicar este artículo. Tampoco se logró contactar a Roberto Acosta, pese a las llamadas hechas y los mensajes enviados.
Detalles del proyecto Barranca-Limonal
La adjudicación al consorcio Barranca Ruta 1 (Bel y Estrella) y a MECO quedó en firme durante la sesión del Conavi, del pasado 21 de agosto.
Según el acuerdo 5, incluido en el acta de esa sesión, cada empresa dispondrá de 24 meses a partir de la orden de inicio de obras, la cual todavía está pendiente y quedaría, en principio, para diciembre próximo.
Los trabajos contemplan la construcción de un carril adicional por sentido, así como la rehabilitación de la vía existente para completar la ampliación a cuatro carriles en todo el trayecto.
Además, en el primer tramo, se deben construir siete puentes vehiculares, cinco retornos, tres intercambios, cinco puentes peatonales y 24 pasos de fauna. La segunda sección incluye cuatro puentes vehiculares, cuatro retornos, tres intercambios, cinco puentes peatonales y 21 pasos de fauna.
Para ejecutar estos trabajos, el MOPT dispone de $270 millones que fueron reasignados del Fondo de Avales, pero con los cuales, además de la ampliación de este tramo en la Interamericana Norte, se debe cubrir el costo de varios puentes peatonales en la ruta 32, así como obras de conservación vial en todo el país. El monto faltante sería cubierto con recursos del Conavi.
La ampliación del tramo entre Barranca y Limonal se intentó adjudicar por primera vez en dos secciones en el 2018. Sin embargo, en esa oportunidad el proyecto se encareció debido a múltiples apelaciones y anulaciones de la licitación.
Debido a lo anterior, Rodolfo Méndez Mata, jerarca del MOPT en el gobierno de Carlos Alvarado (2018-2022), decidió iniciar un nuevo trámite, unificando en una sola sección el proyecto. Se agregó, además, la rehabilitación y ampliación de la entrada a Puntarenas en el sector de La Angostura.

