El magistrado Fernando Cruz Castro se atreve a opinar, sin ningún tapujo, sobre la decisión del gobierno de Estados Unidos de quitarle la visa a políticos y magistrados de Costa Rica, que “representan una amenaza para la seguridad nacional o la seguridad pública" de ese país norteamericano.
Cruz, de 76 años, quien fue presidente de la Corte Suprema de Justicia hasta julio del 2022 y, actualmente es magistrado de la Sala Constitucional, considera lo sucedido “un atropello” a la soberanía nacional. “No me puedo quedar callado”, dijo.
“Es injusto, inaceptable, contradictorio y contrario a los valores fundamentales que dieron lugar a un país como Estados Unidos, que se convirtió en la luz de muchos países", aseguró.
Fernando Cruz lamentó que la medida adoptada no genere indignación a nivel nacional. En su criterio, es un claro ejemplo de lo degradada que está la soberanía nacional. Insistió en que a muchos les afecta que se les impida su ingreso a Estados Unidos y no descartó que eso esté interfiriendo en el quehacer diario de los jueces, fiscales y magistrados del Poder Judicial.
A continuación, la segunda parte de la entrevista que concedió a este diario, a principios de agosto, en su despacho en la Sala Constitucional, en Sabana Sur.
—En el programa Hablando Claro usted dijo que la soberanía tica está bastante degradada. ¿Cómo llega a esa conclusión?
—Está muy degradada con la política actual del señor (Donald) Trump, (presidente de EE. UU.), obviamente. Hemos sido muy buenos alumnos de los dictados de la globalización mundial. Suscribimos un tratado de libre comercio que ahora sirve de muy poco, porque si quieren nos ponen impuestos, que era una de las discusiones.
“Antes nos decían: ‘Ah no, si hacemos un tratado, entonces nuestras mercaderías van a entrar allá bien y todo el cuento’. Pues resulta que no. Entonces, me pregunto: ‘¿cuáles voces se alzan para decir que el país debe defender la soberanía?’ Tal vez no hay posibilidades. En las personas hay una idea, inconscientemente, de que somos parte de Estados Unidos.
“Es tal eso, que Estados Unidos con habilidad y astucia dice: ‘Ja, usted no hace lo que yo digo, juez, funcionario, y le quito la visa para que no vaya a Miami o para que no vea Mickey Mouse. Lo utiliza porque tiene efecto, mucha gente se lo piensa. ¿Eso es soberanía?
“Es soberanía que un gobierno nos diga a nosotros, a los jueces y a las autoridades políticas, diputados, que le quitan la visa. Es un simbolismo estigmatizante. ¿Y cuáles voces se alzan? ¿Por qué?
“A mí me duele decirlo, pero a nosotros de las cinco estrellas para hacer un Estado más, solo nos faltan dos puntas porque la gente no reacciona. Y alguien puede decir estoy diciendo esto porque soy comunista, no señor. No soy comunista. Me parece que lo último que uno puede perder es la dignidad.
”Hay que alzar la voz para decir que esto que ellos hacen es un irrespeto a nuestra soberanía (...). No puede ser que nosotros recibamos este trato así.
“Comprendo que quien está en el Poder Ejecutivo no puede hacer mucho. Pero con todas esas realidades sí puedo decir que nuestra soberanía está muy debilitada. Y es que, además, no importa que no tengamos soberanía, lo importante es que sobrevivamos.
“Véalo para atrás. Cuando a don Rodrigo Carazo, con defectos y con virtudes, la gente la emprendió contra él porque no aceptó las imposiciones del Fondo Monetario. Para la mayor parte de la gente eso fue un error. ¿Por qué? Porque nosotros teníamos que aceptar esas imposiciones y el Fondo Monetario respondía a Estados Unidos, claro que sí. Son realidades.
“Pero yo que tengo 54 años de estar aquí, que soy miembro de la Sala Constitucional, ¿por qué no lo voy a decir?“
—Pero llama la atención de que usted sí levanta la voz y sus compañeros no. ¿Por qué Fernando Cruz sí?
—Es algo que está en mí, no sé por qué. Imagínese que nosotros lo hiciéramos al revés. Primero, no podemos responderle a Estados Unidos y decirles: ‘Nosotros le vamos a poner un 15% de impuestos a lo que venga’. No, no podemos porque dice el señor Trump que entonces nos pone 30%. Ah no, una belleza. ¿Cuál soberanía?
”Juan Santamaría, (Juanito) Mora y todos están revolcándose, porque cuando (William) Walker vino, no vino porque era un loco. Vino porque tenía una misión solapada desde el gobierno norteamericano.
”Y que nosotros digamos: ‘Ah no, no vamos a permitir el ingreso de los miembros del tribunal supremo norteamericano. No lo vamos a permitir’. ¿Qué digamos eso?, no podemos.
”Es más, aquí pueden venir los norteamericanos y salir cuando quieran porque ellos son los que aportan dinero para el turismo. Vaya a ver usted cuando quiere ir allá a ver a Mickey Mouse, a ver si usted puede entrar fácilmente como un norteamericano ingresa aquí. No. ¿Entonces? A veces yo empleo el término pleni iuris y alieni iuris.
”En el Imperio Romano había ciudadanos pleni iuris, que eran los ciudadanos romanos y alieni iuris, unos menores. Nosotros en el imperio somos alieni iuris.
“Y lo puedo decir y conste, yo he tenido por Estados Unidos, y le sigo teniendo, admiración en muchas cosas, pero no puedo quedarme callado. Hasta de 11 años fui a vivir tres meses a Kansas, en un lugar lindísimo, con unos agricultores bellísimos, aprendí los fundamentos del inglés.
“Ahora no hubiera podido, porque seguro el señor Trump me saca como si fuera un espalda mojada. Yo fui hasta la escuela, imagínese, a la escuela de un pueblito que se llama Summerfield. Vi cosas y veo cosas muy positivas en los norteamericanos. Pero una cosa es esa y otra cosa que yo siendo magistrado constitucional, con lo que yo pienso y con lo que yo siento, me quedé callado por semejante atropello”.
—¿Siente que esa ofensa a la independencia judicial ha mellado a lo interno del Poder Judicial, que magistrados y jueces sientan temor de resolver de cierta forma?
—Puede ser que sí. Hay una deificación del tema, pero claro, hay países muy lindos, pero nosotros siempre vamos para allá, porque tenemos admiración. Además, la penetración cultural es tremenda a través de las películas, de todo. Es una dominación económica y cultural. Yo creo que sí, sino no lo utilizaría el gobierno americano.
“Me siento a veces como si estuviera en un barrio donde mandan los matones, así me siento, sinceramente.
“A la gente viera que le preocupa no poder ir a Estados Unidos. Le vamos a quitar la visa y, entonces, con bombos y carteles lo anuncia: ‘Le quitamos la visa’. Una persona que estaba en política, no quiero mencionarlo, hizo una crítica y un político de aquí le recordó: ‘Recuerde que usted tiene un hijo en Estados Unidos’. Recuerde. ¿Qué significa eso?
“Le podemos quitar la visa a su hijo y tiene que irse. En Europa, los pobres polacos han tenido que soportar a los rusos. Nosotros tenemos, en ese rostro imperial, que soportar que nuestra soberanía está muy disminuida y, en general, a la gente no le importa.
“¿Quién se pone ahora a discutir? La última discusión fue con el TLC. Pero con el TLC nosotros no podíamos decir que no íbamos a empezar el TLC. Nosotros no podíamos. ¿Por qué?
“Porque teníamos unos acuerdos comerciales que eran como pegados con esparadrapo y entonces, bueno, si usted no firma el TLC le quitamos su convenio y su mercadería no puede ingresar. Entonces, bueno, que triste, ¿verdad?
“Tantos economistas, politólogos y abogados, y hemos sido barridos por la globalización”.
—¿En esa entrevista recomendó armarse de valor ante esta situación para defender la dignidad, la soberanía?
—Si valor es hablar, diay sí, hay que decir las cosas, pero para qué tengo la edad que tengo. Para qué tengo la experiencia que tengo si voy a quedarme callado con algo que a mí me parece injusto, inaceptable, contradictorio y contrario a los valores fundamentales que dieron lugar a un país como Estados Unidos, que se convirtió en la luz de muchos países.