
El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más común y sus tipos más agresivos están vinculados con el cáncer de cérvix, ano, garganta, pene y boca.
La detección temprana es clave para evitar lesiones que desemboquen en cáncer, pero no todas las personas tienen acceso a revisiones constantes, especialmente quienes viven en zonas alejadas. Y ahí es donde la inteligencia artificial (IA) puede ser aliada.
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Un estudio del que participó la médica y científica costarricense Ana Cecilia Rodríguez Céspedes desarrolló un algoritmo de IA para la lectura de imágenes médicas del cérvix de mujeres con el virus y así determinar su riesgo de lesiones precancerosas.
Esto podría permitir su tratamiento el mismo día, algo que aumentaría la resolución de este problema para quienes viven alejadas de centros de salud. En Costa Rica, el cáncer de cérvix es el cuarto más mortal entre las mujeres. En 2024 se reportaron 147 decesos.
“Estos algoritmos son una excelente herramienta. Los humanos tenemos oscilaciones. Hay días en que vemos las cosas más oscuras y otras más claras, así somos. Y nos afecta el estado de ánimo, el cansancio. Los algoritmos lo hacen siempre de la misma manera, son más consistentes que nosotros”, destacó Rodríguez en entrevista con La Nación.
El algoritmo debe estar bien entrenado y construirse a partir de mucha información, en este caso, de imágenes médicas, advirtió la especialista. También debe ser probado y validado antes de usarse de forma generalizada.
“Son herramientas de apoyo para el médico, no para sustituir la interpretación del médico”, recordó.
El estudio
Antes de ver el estudio, es necesario recordar que el VPH tiene más de 200 tipos que se transmiten por contacto vaginal, anal u oral. Es muy contagioso.
Usualmente el sistema inmunitario elimina el virus. Sin embargo, hay 14 tipos de VPH de alto riesgo, que aumentan la probabilidad de desarrollar lesiones llamadas displasias que eventualmente pueden convertirse en cáncer o verrugas.
La detección temprana consiste en una prueba que permite encontrar 12 tipos de papiloma asociados con lesiones cancerosas antes de que causen daño.
Si la prueba es positiva para uno o más de estos 12 virus, la mujer deberá pasar por estudios de imágenes y, en caso de que ya haya lesiones, tratamiento.
Y es ahí donde entra la IA.

“Parte de los exámenes que se hacen en una mujer positiva de VPH requiere de interpretación visual y la IA es muy buena en eso”, expuso Rodríguez.
Ese algoritmo se entrenó con imágenes de varios estudios internacionales. Para su diseño se contó con el apoyo del Grupo de Inteligencia Artificial y Salud de la Universidad de Harvard.
Además, se hizo un consorcio para adquirir imágenes con cámaras nuevas. Ellos contaron con un dispositivo portátil, más pequeño y que funciona con baterías.
En la investigación participaron más de 50.000 mujeres de nueve países: El Salvador, Honduras, República Dominicana, Brasil, Tanzania, Nigeria, Esuatini, Malawi y Camboya.
A todas se les hizo un examen para identificar si tenían VPH. Se usaron pruebas rápidas, que dan el resultado en 90 minutos.
A las positivas se les tomaron imágenes. Sus resultados compararon si el tipo de virus era considerado de alto riesgo y la interpretación de la imagen que dio la IA.
Como se usaban pruebas rápidas, las mujeres con un virus de alto riesgo eran citadas para una consulta ginecológica esa misma tarde. Las que necesitaban tratamiento también podían recibirlo en ese momento.
“Esto evita que las mujeres deban asistir a varias citas días diferentes y que estén pidiendo permisos en su trabajo”, destacó Rodríguez.
La prueba de fuego para el algoritmo
El algoritmo ya probó que funciona y la IA interpreta la imagen en cuestión de segundos. Los resultados fueron publicados en el Journal of the National Cancer Institute.
Al inicio, el programa se corrió en las grandes computadoras de Harvard, pero los investigadores querían determinar si también funcionaba en los pequeños aparatos con los que tomaban las imágenes.
La prueba no podía hacerse en cualquier lugar. Se buscó uno remoto, con poco acceso a servicios de salud, cerca del río Negro en la Amazonía.
“Si uno sale de Brasilia, son más de cinco horas y media en avión... si hubiera un vuelo directo, pero no lo hay, entonces toma dos días. O salir de Manaos en barco, pero eso toma cinco días. Una citología normal (papanicolau) tomaría meses y luego debían trasladarlas a una cita o más durante varios días. Estas mujeres son jefas de hogar, madres de varios días a las que se les dificulta dejar el hogar”, narró Rodríguez.
Los investigadores vieron que este pequeño aparato podía procesar la imagen y dar el resultado en cuestión de 20 a 40 segundos, un tiempo muy similar al de los grandes computadores. Y sin necesidad de Internet.
Esto podría permitir que las mujeres tuvieran su atención inmediatamente. La IA se convirtió entonces en un apoyo trascendental para la labor de los especialistas en ginecología.