
Estados Unidos asegura que el extraditable Celso Gamboa Sánchez participó en presuntas operaciones de fabricación y distribución de cocaína desde el 2017, cuando todavía era magistrado de la Sala Tercera, y hasta su detención, ocurrida en junio del 2025.
Así se consignó en la acusación formal emitida por un gran jurado federal del Distrito Este de Texas, en Estados Unidos, el 9 de julio anterior, y de la cual La Nación tiene una copia.
En ese documento, se detalló que, “en múltiples fechas durante o alrededor del año 2017 y, continuamente desde entonces hasta la fecha de esta acusación formal”, Gamboa Sánchez, “siendo cómplice de otras personas, con pleno conocimiento e intencionalmente, fabricó y distribuyó cinco o más kilogramos de una mezcla y sustancia con un contenido detectable de cocaína (...), con la intención, conocimiento y causa razonable para creer que sería importado ilegalmente a Estados Unidos".
Los hechos que le imputan habrían incurrido “dentro de la jurisdicción extraterritorial de los Estados Unidos, incluidos lugares ubicados en y adyacentes a Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, México y diversos países a lo largo y ancho de Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica, y otros lugares”, agrega la acusación.
Con base en las imputaciones contenidas en ese documento, el mismo 9 de julio, el Tribunal de Distrito de los EE. UU., para el Distrito Este de Texas, “libró una orden de detención para el arresto” del exmagistrado penal.
En específico, a Gamboa se le atribuyen dos presuntos delitos:
- Asociación delictuosa para la fabricación y distribución de cinco kilogramos (Kg) o más de cocaína
- Fabricación y distribución de cinco kg o más de cocaína
Gamboa fue nombrado magistrado en la Sala Tercera en febrero del 2016, luego de haber sido fiscal adjunto en el Ministerio Público. De previo, fue ministro y viceministro de Seguridad, y director de Inteligencia de Seguridad Nacional durante los gobiernos de Laura Chinchilla Miranda y Luis Guillermo Solís Rivera.
Dejó de ser magistrado el 10 de abril del 2018. La Asamblea Legislativa lo destituyó por petición de la Corte Suprema de Justicia, luego de determinar que se habría interesado indebidamente en asuntos judiciales de su amigo, el empresario importador de cemento chino, Juan Carlos Bolaños.
Las pruebas
En el expediente de extradición de Gamboa a Estados Unidos, que se tramita bajo el numeral N.° 25-000071-0016-PE, en el Tribunal Penal del I Circuito Judicial de San José, también consta una declaración jurada de un agente especial de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) en Dallas, Texas, quien, “con conocimiento de primera mano”, describió los presuntos hechos delictivos que se le imputan en el país norteamericano.
La acusación se basa en “conversaciones que he tenido con otros oficiales del orden público, pruebas electrónicas legalmente obtenidas (incluidas grabaciones de audio y video), el testimonio de testigos colaboradores, y pruebas documentales y físicas obtenidas a partir de inspecciones legítimas e incautaciones de contrabando”.
Eso sí, aclaró que presentaba “un simple resumen de las pruebas obtenidas”, el cual "no refleja la totalidad de mis conocimientos de la investigación, ni la totalidad de las pruebas recolectadas”.
El agente relató que, según su conocimiento, Gamboa lideraba una organización dedicada al tráfico de drogas, que tenía vínculos con el Clan del Golfo, en Colombia; y el Cartel de Sinaloa, en México.
La supuesta organización criminal usaba “infraestructura sofisticada para fabricar, adquirir, almacenar, transportar y distribuir cocaína, mediante el uso de lanchas de alta velocidad, embarcaciones de carga y de pesca, así como sumergibles, aeronaves, vehículos motorizados y otros medios para contrabandear cocaína”.
La cocaína, en apariencia, se fabricaba en laboratorios clandestinos en Colombia y luego se trasladaba hacia el norte de América, a través de Costa Rica, Panamá, Honduras, Guatemala y México.
Gamboa habría sido el encargado de coordinar la recepción de la droga en Costa Rica, procedente de “miembros del Clan del Golfo y otros traficantes que viven en Panamá y Colombia”.
Posteriormente, “parte de la cocaína es importada ilícitamente a los Estados Unidos para su posterior distribución”.
“Las ganancias obtenidas de las drogas son transportadas desde los Estados Unidos de regreso a los países antes mencionados”, afirmó el agente del FBI.

Dos reuniones grabadas durante el 2023
Como parte de las gestiones realizadas, el oficial narró lo sucedido en dos reuniones que fuentes confidenciales tuvieron con Gamboa en el segundo semestre del 2023.
La primera habría ocurrido el 20 de setiembre de ese año, en San José. Allí, dos personas (FC-1 y FC-2) le comentaron al exmagistrado que “estaban buscando a alguien que les proporcionara seguridad para el transporte de cocaína y las ganancias obtenidas de la venta hacia y a través de Costa Rica”.
Ante ello, Gamboa habría dicho que él “podía garantizar la recepción de la cocaína, ya sea en la costa del Atlántico o del Pacífico” costarricense.
“Gamboa Sánchez —quien, según las autoridades del orden público, tiene contactos en el gobierno costarricense para conseguir el paso seguro de los cargamentos de cocaína— dijo que el gobierno concede la entrada a la OTD (organización de tráfico de drogas) para los cargamentos de cocaína, pero que la OTD controla cómo llevar la cocaína a Costa Rica. Gamboa dijo a FC-1 y FC-2 que la recepción de la cocaína está 100% garantizada“, se puede leer en la declaración jurada.
En ese encuentro, el cual se llevó a cabo de forma presencial y fue grabado en audio y video, habrían hablado también sobre el destino de la droga y discutieron sobre “diversas actividades adicionales de tráfico de narcóticos”.
Por ejemplo, Gamboa habría dicho que era más fácil transportar la droga a Guatemala que a Honduras. Además, habría hablado sobre su experiencia en la función pública.
“Basado en mi capacidad y experiencia, estoy convencido de que Gamboa Sánchez mencionó esto porque tiene numerosos contactos en el gobierno costarricense y en agencias del orden público costarricenses para adquirir información con el fin de asistir y facilitar sus actividades de tráfico de narcóticos”, concluyó el agente del FBI.
La segunda reunión habría sucedido el 7 de noviembre del 2023. En esta reunión FC-1 y FC-2 se reunieron con Gamboa y su “coconspirador” CC-1, también en San José.
En esa cita de seguimiento a la primera, entre otras cosas, hablaron sobre el precio de la cocaína. Gamboa habría dicho que él invertía en cargamentos marítimos y que podría adquirir y proporcionarles esa droga.
“FC-1 indicó que ellos le pagarían $600.000 a Gamboa Sánchez y que CC-1 (cómplice de Gamboa) adquiriría aproximadamente 200 kg de cocaína en nombre de ellos”, detalló el agente del FBI.
El oficial agregó que tras esa reunión, FC-1 y FC-2 intentaron contactar al exmagistrado para continuar la conversación, pero ya no les volvió a responder.
Dos testigos
Para determinar que Celso Gamboa es un narcotraficante, el agente del FBI dijo que también tienen el testimonio de dos testigos colaboradores.
En el 2023, uno de ellos habría relatado que Gamboa “era un traficante de droga costarricense que era responsable de la coordinación de cargamentos de cocaína junto con numerosos traficantes” y citó a dos de ellos, de apellidos Herrera Hernández.
El testigo aseguró que, entre el 2020 y el 2022, “estuvo presente cuando Gamboa y sus socios recibieron cargamentos marítimos de cocaína en Limón por varias toneladas”, y vio como los Herrera Hernández le pagaban entre $200.000 y $500.000 por el transporte.
“Según TC-1, Gamboa Sánchez es responsable de trabajar con los contactos en la Guardia Costera costarricense y con funcionarios del orden público para asegurar el paso seguro de los cargamentos de cocaína. Su función era asegurar que los miembros de la OTD no fueran objeto de investigaciones”, también se consignó en la declaración jurada.
Ese testigo también habría contado, de acuerdo con el agente del FBI, que en marzo del 2020, las autoridades costarricenses incautaron, en Limón, cerca de 2.000 kg de cocaína “que involucraba a Gamboa y sus socios”.
El segundo testigo dijo que conocía a Celso Gamboa desde el 2021, cuando juntos habrían comenzado a “traficar narcóticos”.
“TC-2 es un exmiembro de la organización que trabajó con varios de los socios de narcóticos de Gamboa Sánchez, incluidos los dos hombres de apellidos Herrera Hernández, en el despacho de cargamentos marítimos de cocaína desde Costa Rica hasta Honduras”, describió el agente del FBI.
Este segundo testigo también habría dicho que el exmagistrado recibía la droga en Limón y Cahuita, donde su organización “tiene numerosos locales de almacenamiento de narcóticos, también conocidos como depósitos clandestinos”.
Añadió que él recibió en Honduras, de parte de Gamboa y de uno de los hombres apellidado Herrera Hernández, aproximadamente 3.000 kg de cocaína entre julio o agosto del 2021.
Esa droga habría venido desde Colombia. Se habría utilizado como enlace a un supuesto narcotraficante nicaragüense, identificado con el alias de Charly.
El testigo TC-2 habría afirmado que coordinó el depósito de $16 millones para Celso Gamboa y uno de sus socios, vía depósitos o entregas de dinero, en Ciudad de México.
“Basado en los testimonios de FC-1, FC-2, TC-1 y TC-2, la información sobre la clientela conocida de la organización de tráfico de drogas, las rutas de contrabando de cocaína usadas, las transacciones de pagos en dólares, las grabaciones de audio y video de estas reuniones (grabadas de manera consensuada), y las marcas en los paquetes de cocaína utilizados durante la investigación, las autoridades del orden público de los EE. UU. están convencidas de que Gamboa Sánchez tenía intención, conocimiento y causa razonables para creer que los cargamentos de cocaína que distribuía, y para cuya distribución se juntó en una asociación delictuosa, serían importados a los Estados Unidos", concluyó la declaración jurada del agente del FBI.