Madrid. España votaba este domingo en unas elecciones legislativas adelantadas, con la derecha favorita para vencer a la coalición de izquierda liderada por Pedro Sánchez, pero con la posibilidad de que tenga que gobernar con la extrema derecha.
Unos 37,5 millones de electores pueden depositar sus papeletas en las urnas, que cierran a eso de las 10:00 a.m., hora de Costa Rica, para renovar por cuatro años el Parlamento.
Casi 2,5 millones de personas ya votaron por correo, una cifra récord, ya que muchos españoles están de vacaciones en este caluroso verano, un contexto que podría afectar la afluencia a las urnas.
“Lo que vaya a suceder hoy aquí será muy importante, no solamente para nosotros, lógicamente, sino también para el mundo y para Europa”, afirmó el presidente del gobierno saliente, el socialista Pedro Sánchez, tras votar en un colegio en Madrid.
“Tengo buenas vibraciones”, afirmó Sánchez, quien pidió “una participación histórica” para que el próximo gobierno sea fuerte y España pueda avanzar.
“España puede iniciar una nueva época y espero y deseo que los españoles decidan en libertad, como lo estamos decidiendo hoy, a pesar, insisto, de las condiciones climatológicas”, dijo también en la capital española tras depositar su papeleta Alberto Núñez Feijóo, el líder del Partido Popular (PP, conservadores), favorito en las encuestas.
Santiago Abascal, jefe de la formación de extrema derecha Vox, auguró para su partido “un resultado heroico”, al tiempo que llamó a la participación para que “se produzca un cambio de rumbo”.
Un giro a la derecha en la cuarta economía de la Unión Europea (UE), tras el de Italia el año pasado, asestaría un nuevo golpe a la izquierda, que ahora solo gobierna en media docena de sus 27 países miembros, a menos de un año de las elecciones del Parlamento del bloque.
Este golpe sería tanto más simbólico en el país que desempeña actualmente la presidencia semestral de la UE.
Alianza con la ultraderecha
“Para España, un gobierno de coalición de PP y VOX sería beneficioso porque se centraría más en mejorar” el país, estimó Brayan Sánchez, informático de origen ecuatoriano de 27 años, que votó en Barcelona.
Brauli Muñoz, un profesor de 53 años, dijo, también en la capital catalana, esperar que continúe el gobierno de izquierda porque “es una de las mejores opciones de cara a la formación para el futuro de nuestros alumnos”.
“Sería una sorpresa muy importante que el PP no sea el partido más votado. Otra cosa es que pueda formar gobierno”, dijo a la AFP Pedro Riera Sagrera, politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid.
Feijóo aspira a alcanzar la cifra mágica de 176 diputados, la mayoría absoluta de los 350 del Congreso de los Diputados. Pero ninguna encuesta le atribuye ese resultado.
Por tanto, tendría que recurrir a una alianza y su único socio potencial es Vox, un partido ultranacionalista y ultraconservador formado en 2013 a partir de una escisión del PP.
Tras las municipales de mayo, PP y Vox pactaron gobiernos locales y regionales en los que la extrema derecha se negó a ceder en sus posturas más polémicas, como el cuestionamiento de la noción de violencia de género, su rechazo al movimiento LGBT y la negación del cambio climático.
Vox ya avisó de que el precio de su apoyo sería entrar en el gobierno de Feijóo, lo que significaría el regreso de la extrema derecha al poder por primera vez desde la dictadura franquista (1939-1975).
Riesgo de bloqueo
En los días previos a las elecciones, Feijóo dijo que una coalición con Vox “no es lo óptimo”.
Sánchez, que convocó estas elecciones legislativas anticipadas tras la derrota de la izquierda en las municipales de mayo, ha dicho que tal posibilidad sería “un retroceso para España”, con la derecha y la extrema derecha prometiendo revertir buena parte de los logros legislativos de los últimos años.
Sánchez, en el poder desde 2018, busca repetir su coalición actual de socialistas y la izquierda radical.
Podemos, el socio incómodo de Sánchez desde principios de 2020, fue absorbido y sustituido este año por Sumar, formación liderada por la ministra de Trabajo, la comunista y muy pragmática Yolanda Díaz.
“Un riesgo importante”, según Pedro Riera Sagrera, es que de las urnas no salga una mayoría viable, ni a derecha ni a izquierda, lo que obligaría a una nueva votación dentro de unos meses.