
Tokio, Japón. El gobierno japonés pidió este lunes a sus ciudadanos en China que refuercen sus medidas de seguridad personales y eviten las multitudes, en medio de una creciente tensión bilateral provocada por las declaraciones de la primera ministra Sanae Takaichi sobre un eventual ataque chino a Taiwán.
La advertencia, divulgada por la embajada de Japón en China, responde al deterioro del ambiente diplomático entre Tokio y Pekín, luego de que Takaichi afirmara hace dos semanas en el Parlamento que una ofensiva china contra Taiwán podría justificar el envío de tropas japonesas en defensa de esa isla democrática, que Pekín reclama como territorio propio.
“Presten atención a su entorno y eviten, en la medida de lo posible, las plazas concurridas o los lugares frecuentados por muchos japoneses”, señaló la sede diplomática en un comunicado.
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Además, aconsejó “respetar las costumbres locales” y tener “cuidado con sus palabras y actitudes” al interactuar con ciudadanos chinos.
Minoru Kihara, portavoz del gobierno japonés, explicó este martes que la recomendación se emitió tras “una evaluación exhaustiva de la situación política y de seguridad en la región”.
La respuesta china no tardó en llegar.
La semana pasada, Pekín había sugerido a sus ciudadanos evitar viajar a Japón “en un futuro próximo”.
Consultada sobre la advertencia japonesa, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, afirmó que China “seguirá protegiendo la seguridad de los ciudadanos extranjeros en su territorio”.

Diálogo tenso y protestas formales
Las fricciones se profundizaron luego de que Masaaki Kanai, responsable japonés para Asuntos de Asia-Pacífico, sostuviera en Pekín un encuentro con su homólogo Liu Jinsong para discutir los comentarios de Takaichi.
La vocera Mao aseguró que China presentó una “fuerte protesta” durante la reunión.
Según Pekín, las declaraciones de la primera ministra “violan gravemente el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales” y “dañan la base política” entre ambos países.
Takaichi defendió su postura el 7 de noviembre ante el Parlamento, amparándose en el principio de “legítima defensa colectiva” y la cercanía geográfica entre Japón y Taiwán.
La controversia escaló aún más cuando el cónsul general chino en Osaka, Xue Jian, publicó en X un mensaje en el que amenazaba con “cortar ese cuello sucio”, en aparente alusión a Takaichi.
El gobierno nipón convocó al embajador chino para exigir explicaciones; el mensaje fue eliminado posteriormente.
Impacto en la cultura, turismo y mercados
La disputa diplomática comenzó a trasladarse a distintos ámbitos sociales y económicos.
La prensa estatal china informó este martes que dos estrenos de cine japonés —Crayon Shin-chan the Movie: Super Hot! The Spicy Kasukabe Dancers y Cells at Work!— quedaron pospuestos por el clima de tensión.
China Film News aseguró que “los comentarios provocadores de Japón afectarán inevitablemente la percepción del público chino sobre las películas japonesas”.
La incertidumbre también golpeó los mercados financieros.
El índice Nikkei 225 cayó más de un 3% este martes y las acciones de empresas turísticas y minoristas sufrieron fuertes bajas desde el lunes, luego de que China advirtiera a sus ciudadanos evitar viajes a Japón, uno de sus destinos predilectos.
Según el analista de aviación Li Hanming, desde el 15 de noviembre se han cancelado alrededor de 500.000 boletos aéreos desde China hacia territorio japonés.
En los primeros nueve meses de 2025, Japón había recibido cerca de 7,5 millones de visitantes chinos, su principal fuente de turismo.
La escalada entre las dos mayores economías asiáticas continúa sin señales de distensión inmediata, con repercusiones políticas, sociales y económicas que se amplían día a día.
