
Naciones Unidas. La Asamblea General de la ONU adoptó este miércoles por una amplia mayoría una nueva resolución que reclama el final del bloqueo a Cuba por parte de Estados Unidos, cuya ofensiva diplomática logró restar votos a La Habana.
Además del voto negativo de Argentina y Paraguay, hubo dos abstenciones en América Latina: Costa Rica y Ecuador. Tras abstenerse en la primera votación, hace tres décadas, Costa Rica ha apoyado las resoluciones que piden fin al embargo. En el gobierno actual, Costa Rica había votado a favor de la resolución tres veces.
La resolución que desde 1992 pide el levantamiento del embargo económico, comercial y financiero recibió 165 votos a favor, 7 en contra (entre ellos Estados Unidos, Israel, Ucrania, Argentina y Paraguay) y 12 abstenciones.
Se trata de una vasta mayoría, pero es menor a la de los últimos años, que rondaba los 190 apoyos.
“Esto supone un cambio respecto a los últimos años, en los que el país caribeño recibió el apoyo unánime por parte de los países de América Latina y el Caribe y todos los Estados miembros de la Unión Europea”, dice el comunicado de las Naciones Unidas sobre el tema.
La resolución de la ONU no solo condena el bloqueo económico que desde 1960 Estados Unidos impone a Cuba, sino que también pide a Washington levantar todo el entramado de leyes que prohíben, por ejemplo, que la isla caribeña pueda comprar productos extranjeros con dólares.
En los días previos a la reunión en Nueva York, Cuba denunció que Estados Unidos desplegó una “campaña calumniosa” y “mendaz” para presionar a países de América Latina y Europa a no respaldar la resolución.
Parte del debate de este año giró alrededor de la acusación de Estados Unidos de que Cuba permitió el envío de mercenarios cubanos a luchar con Rusia en la invasión de Ucrania. Cuba niega la acusación.
En 2024, la resolución había recibido 187 votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y una abstención (Moldavia).
Estados Unidos logró también la abstención de varios países del este de Europa, como Polonia, Chequia, Estonia, Lituania y Letonia, que acusan a Cuba de apoyar a Rusia.

Presión contra terceros países
El embajador estadounidense en la ONU, Mike Waltz, calificó a Cuba de “régimen ilegítimo y brutal que quiere hacerse pasar por la víctima de una agresión describiéndose como un ‘enemigo de Estados Unidos’”.
Cuba “está permitiendo que mercenarios luchen en la guerra en Ucrania”, dijo el martes Waltz.
Ante esta acusación, el canciller cubano Bruno Rodríguez respondió que se trata de una campaña “calumniosa” dirigida “no sólo a distorsionar la imagen de Cuba, sino a generar elementos de presión contra terceros países”.
Aliado de Cuba, el embajador venezolano Samuel Moncada acusó a Washington de tratar “de confundir a la comunidad internacional” con una “operación de desinformación”.
“Somos el objetivo de un ataque similar por parte del régimen imperial estadounidense (…) hemos recibido los ataques de esta guerra económica y estamos a punto de recibir ataques militares”, añadió en referencia al despliegue de Estados Unidos en el Caribe para frenar el narcotráfico.
Según Caracas, esa operación militar tiene como objetivo derrocar a Nicolás Maduro.
Las medidas impuestas por Washington contra Cuba han variado de intensidad durante estos 65 años del denominado bloqueo.
En enero de 2021, en el crepúsculo del primer mandato de Donald Trump, Estados Unidos incluyó a Cuba en su lista de países patrocinadores del terrorismo, lo que derivó en una fuerte intensificación del bloqueo.
El demócrata Joe Biden, sucesor de Trump, mantuvo esa designación durante sus cuatro años de mandato. Solo a una semana antes de abandonar la Casa Blanca antes del regreso de Trump, Biden retiró a Cuba de esta lista. Un gesto que duró a penas unos días. Los que tardó el republicano en revertir la decisión de su antecesor.

