
Las cifras fiscales previstas por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) para el 2025 y los próximos dos años traerían malas noticias para los empleados públicos y exfuncionarios pensionados con sistemas a cargo del Presupuesto Nacional. Esto se debe a que regresará el escenario más restrictivo de la regla fiscal. El efecto se percibiría a partir del 2027.
Esto significará que regresaría el congelamiento de alzas salariales en el sector público.
En el caso de las pensionados, solo habría ajustes por costo de vida. Además, habría mayores restricciones en el gasto, incluido el de capital (como obras públicas).
Para el presupuesto del 2026, se aplicó la regla fiscal flexible después de cuatro años de restricciones en el gasto desde el Gobierno Central. Sin embargo, para el plan de gastos del 2027, que se debe aprobar el próximo año, el gobierno tendría que regresar al escenario más restrictivo.
En el más reciente Informe de Política Monetaria (IPM), publicado en octubre, el Banco Central proyecta que la relación entre la deuda pública y el producto interno bruto (PIB) de Costa Rica superará el 60% este año. También, anticipa que el endeudamiento se mantendrá por encima de ese nivel en 2026 y 2027.
“De materializarse estos resultados, habría mayor restricción sobre el gasto público, debido a que la regla fiscal depende de esa razón de deuda. Si la relación supera 60%, aplica el escenario D (es decir, el más restrictivo)”, se lee en una nota del IPM del BCCR.
Esta regla se define por medio de dos variables: el nivel de deuda del Gobierno Central como porcentaje del PIB nominal y el crecimiento promedio del PIB nominal de los últimos cuatro años anteriores a la formulación del presupuesto.
El ministro de Hacienda, Rudolf Lücke, manifestó que están revisando la información que dio a conocer el Banco Central y que, eventualmente, ajustarían sus previsiones en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) de marzo del 2026, con las cifras oficiales para 2025.
“Si se mantiene la previsión (del BCCR), en efecto (se volvería al escenario más estricto de la regla fiscal). Si este año cierra así, sería para (el presupuesto) 2027. Nosotros preferimos esperar las cifras finales de cierre de año”, comentó el jerarca.
En el MFMP 2025-2030, que fue presentado en setiembre por el Ministerio de Hacienda, se proyectó un cierre de la deuda/PIB por debajo del 60% para el corto y mediano plazo. Sin embargo, la referencia del PIB utilizada fue la del IPM de julio, que fue mayor a la del informe de octubre.
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El ente emisor atribuyó este ajuste a una revisión a la baja del PIB nominal, lo que modificaría parcialmente el escenario fiscal, ya que en este MFMP se utilizó como referencia un PIB nominal más alto, el publicado en el IPM de julio del 2025.
“El Banco Central ha cambiado el dato del PIB nominal en cuatro ocasiones en este año. Tenían un crecimiento por encima de 5,7% y este dato nuevo pasó a un 3,75%. Entonces, preferimos ver datos más completos a final de año”, enfatizó Lücke.
El jerarca comentó que el comportamiento del PIB nominal responde a la evolución de los precios en la economía, con lo cual podría variar hacia final de año. Por esa razón es que esperarían a marzo para valorar cualquier ajuste.
El PIB nominal para este año se estima en ¢51,08 billones, cifra inferior a los ¢51,64 billones previstos en el IPM de julio anterior. Para el 2026 la producción también se ajustó a la baja, de ¢54,62 billones a ¢53,68 billones.
Impacto en gasto
Elian Villegas, exministro de Hacienda, explicó que, de materializarse el resultado previsto por el BCCR, volverían las restricciones en el gasto de capital y tampoco se podrían dar aumentos de salarios en el sector público. Además, no se aplicarían incrementos en las pensiones financiadas por el Presupuesto Nacional, salvo los ajustes por costo de vida.
Sin embargo, Villegas consideró que es poco probable que se materialice este escenario para el próximo año ante el desempeño económico que ha tenido el país.
“La tendencia aún debería ser a ir disminuyendo esa relación entre la deuda y el PIB. Es algo que viene desde hace varios meses y debería continuar así por una fuerza de la misma economía”, afirmó Villegas, quien añadió que es clave incrementar los ingresos fiscales para que se requiera de menos deuda.
Isaac Castro, exviceministro de Egresos de Hacienda, comentó que la implicación más inmediata del escenario más restrictivo es que quedaría sujeto a la regla fiscal tanto el gasto corriente como el de capital. Coincidió, además, en que se suspenderían los aumentos salariales en el sector público.
“El Banco Central lo que está diciendo es que con el PIB nominal nuevo, el de octubre, puede ser que se pase del 60% la relación deuda/PIB. De materializarse, esto tendría incidencia en la formulación presupuestaria del 2027”, agregó Castro.
La regla fiscal es un mecanismo establecido por la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, aprobada en el 2018, que limita el crecimiento del gasto en función de la situación económica y el nivel de endeudamiento del país.
Bajo un escenario más restrictivo de la regla (escenario D), es decir, si se sobrepasa el 60%, el gasto total (corriente y de capital) no puede superar el 65% del crecimiento promedio del PIB nominal de los últimos cuatro años, lo que impone mayores limitaciones.
Mientras, cuando la deuda del Gobierno baja del 60% del PIB, la restricción queda en el gasto corriente y se excluye el de capital. El gasto corriente, que se limita, no puede crecer más del 75% del promedio del crecimiento del PIB en los últimos cuatro años.
El gasto corriente incluye los costos diarios, como salarios y servicios esenciales para el funcionamiento del Gobierno, mientras que el gasto de capital se destina a inversiones en infraestructura y proyectos a largo plazo, como la construcción de carreteras.
De acuerdo con el ministro de Hacienda, de concretarse la proyección del BCCR, se retornaría a un escenario similar al de años anteriores en relación con el gasto. No obstante, enfatizó en que es temprano para determinar si esas cifras serán las finales.
Para el exviceministro Isaac Castro, Hacienda tiene algún grado de flexibilidad para administrar ese porcentaje adicional de 0,2 puntos sobre el 60% que prevé el Banco Central en la relación deuda/PIB para evitar el escenario más restrictivo en el gasto.
“Hacienda tiene que hacer un juego bastante estratégico, porque en el primer trimestre tienen que atender grandes vencimientos de deuda. Podría ser que logren negociar con el mercado financiero de que no cierren con saldos de deuda colocados en diciembre, sino en enero. Entonces, se puede gestionar el saldo de la deuda", comentó.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, manifestó en la presentación del IPM que, hasta el momento, con lo observado a agosto, la relación deuda/PIB se mantenía por debajo del 60%, en 58,6%.
El escenario más restrictivo de la regla fiscal prevaleció desde el Presupuesto Nacional de 2022 hasta el del 2025, que fue presentado en 2024. Sin embargo, para el Presupuesto Nacional del 2026, presentado en setiembre, el Gobierno contó con una mayor flexibilidad en la regla fiscal al cerrar el año pasado con una relación deuda/PIB por debajo del 60%.
Escenario se extendería dos años más
El ente emisor prevé que la deuda del Gobierno Central cierre en 60,2% para este 2025; en 60,6% para el 2026 y en 60,7% para el 2027, con lo cual se extendería al menos dos años más el escenario más restrictivo.
Lo anterior contradice lo previsto por el Ministerio de Hacienda, que estimó en su informe de setiembre que la deuda del Gobierno Central se mantendrá por debajo del 60% del PIB entre 2025 y 2030.
El Central indicó en su informe que, al escalar el saldo de la deuda con el PIB nominal del IPM de octubre, los valores de la relación entre la deuda y la producción sobrepasarían ese 60%.
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El informe del Banco Central cita un comentario de Hacienda en el que se señala que “no resulta adecuado modificar las proyecciones presentadas en el reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo publicado en setiembre”.
En el pronunciamiento indica que, si se requieren ajustes en las cuentas fiscales, estos se incorporarían en la revisión de proyecciones correspondiente al IPM de enero del 2026 o en el MFMP de marzo del próximo año.
No obstante, enfatiza en que, si antes de enero se da algún cambio significativo en relación con el panorama fiscal, harán los ajustes correspondientes en las proyecciones para estos años.
Para el 2026, la deuda del Gobierno presenta un aumento en el pago de los intereses y una disminución en la amortización. En el presupuesto del próximo año se incluyeron ¢5,4 billones para el pago de ese compromiso.
Colaboró el periodista Gustavo Ortega
