Según los datos oficiales dados a conocer por el Tribunal Supremo de Elecciones, después del conteo manual de 6.612 juntas receptoras de votos, el Partido Restauración Nacional de Fabricio Alvarado, logró obtener 538.000 votos, con un 24,99% de la votación; el Partido Acción Ciudadana de Carlos Alvarado, 466.000 votos, con un 21,6%; el Partido Liberación Nacional de Antonio Álvarez, 402.000 votos con 18,6% y el Partido Unidad Social Cristiana de Rodolfo Piza, 345.000 votos con el 15,9%. El resto de votos se distribuyó entre los restantes nueve candidatos.

Si se realiza el análisis de los resultados por cantón, se puede observar que de los 81 cantones del país, Fabricio ganó en 37 de ellos; Carlos, en 29; Antonio, en 11 y Piza en cuatro. Para Fabricio, en esos cantones se concentraron el 53% de los votos válidos; para Carlos, el 37% y para los dos restantes apenas el 5% de los votos válidos, respectivamente.
LEA MÁS: Viviendo entre números: 'Es la economía, estúpido'
De la votación total que obtuvo Fabricio, esos 37 cantones representaron el 67% de sus votos y con un porcentaje promedio de votación a su favor de un 34%. Para Carlos, los 29 cantones representaron el 47% de sus votos y para los otros dos candidatos, apenas el 7% y 8%. En los tres casos últimos, el porcentaje promedio de votación a su favor, fue muy similar alrededor del 27%.
Si se consideran los porcentajes de abstencionismo, Fabricio ganó en los cantones con mayor nivel de este fenómeno, un promedio del 40%. En el caso de Antonio, el porcentaje también fue muy alto, con cerca del 36%, en promedio y para el caso de Carlos y Piza, los porcentajes fueron más aceptables, en el orden del 29% y 27%.
El Incae calcula el Índice de Progreso Social de los cantones del país, en donde se consolidan con mismos pesos, diferentes variables de carácter socioeconómico que miden el desarrollo de cada cantón, como acceso a vivienda, nivel de pobreza, desempleo, acceso a Internet, mortalidad infantil, madres solteras, servicios básicos de agua, luz, teléfono, entre otros.
Este indicador se mide en una escala de cero a cien, siendo éste último dato, la nota máxima que refleja el mayor índice de progreso por cantón.
Al cruzar esta información con los resultados electorales, es posible concluir que los habitantes de los cantones con menos progreso social le dieron su voto a Fabricio, con una nota promedio de 70 en este indicador, seguido por los votantes de Antonio, con nota de 75. Por el contrario, los cantones donde se presenta mayor desarrollo, dieron su apoyo a Carlos y a Piza, con notas promedio de 78 y 79.
Si se analizan los principales cuatro cantones donde ganó cada candidato, se observa que Piza ganó en Escazú, Santa Ana, Santo Domingo y Belén, donde habitan las clases de mejor posición socioeconómica y con índices de progreso social muy buenos, en promedio con nota 80. En cuanto al número de votos válidos totales acumulados en estos cantones fueron 93.000, de los cuales Piza ganó con un porcentaje promedio cercano al 27%.
Por su parte, Antonio ganó en Nicoya, Santa Cruz, Orotina y Jiménez, con nota promedio de desarrollo social media cercana a 73 y con una cantidad menor de votos válidos acumulada de 59.000 votos, y con un porcentaje promedio de triunfo del 25%.
Carlos Alvarado ganó en Cartago Centro; Heredia Centro; La Unión y San Ramón, con una nota promedio alta de progreso social de 78 y un acumulado de votos significativo de 232.000, con un porcentaje de triunfo alto del 28%.
Por su parte, Fabricio ganó en San José centro; Alajuela centro; Desamparados y San Carlos, con índice promedio de progreso social bajo, de 72, y un acumulado de votos muy significativo de 438.000 votos, con porcentaje de triunfo alto del 28%.
Finalmente, si se consideran los cuatro cantones donde Fabricio sacó el porcentaje más alto de votación válida destacan Matina, Siquirres, Sarapiquí y Limón centro, con un total acumulado de 85.000 votos; índice de progreso social muy bajo, de 67. El porcentaje de triunfo promedio en estos cantones fue elevadísimo con un 45% y a su vez, el abstencionismo fue también muy alto en el orden del 44%.
Por tanto, los números no mienten. Si bien se ha dicho que en esta elección lo que pesó fue el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el matrimonio igualitario, pareciera más bien que la situación socioeconómico crítica y la poca efectividad de los partidos tradicionales para mitigarla fue lo que dio el triunfo a Fabricio con la expectativa que un nuevo partido, con rostro de una persona joven y excelente comunicador, convenciera a estos votantes de una nueva esperanza, rogándole a Dios que ilumine a este pastor para que las clases más necesitadas puedan conseguir un empleo digno y mejorar su condición social.
Al final, como escribí en mi último artículo, pesó el subyacente de todas las cosas, literalmente como dijo Bill Clinton: Es la economía, estúpido.