
Fitch Ratings afirmó la nota de emisor a Costa Rica en ‘BB’, con una perspectiva positiva, pero lanzó una advertencia sobre el efecto para el país por la persistente inflación negativa.
La calificadora señaló que inflación registra variaciones negativas interanuales desde mayo pasado, cuando cerró en -0,12%, lo cual podría afectar métricas fiscales y de deuda en el mediano plazo.
Además, el indicador acumula 31 meses consecutivos por debajo del rango de tolerancia fijado por el Banco Central, el cual se sitúa entre 2% y 4%.
La inflación negativa puede generar una caída en ventas y beneficios de las empresas, lo cual reduce el pago del impuesto sobre la renta y el impuesto sobre el valor agregado (IVA).
Esta situación, en un marco en que el gobierno tiene gastos muy rígidos (salarios públicos, pensiones y deuda) puede afectar el resultado fiscal.
La calificación BB indica que la deuda soberana está en la categoría de “especulativa” y se encuentra a dos escalones de alcanzar el grado de inversión, que comienza a partir de BBB.
Fortalezas
Fitch informó que la calificación del país se sustentan en fortalezas estructurales, como un alto ingreso per cápita, un marco de política fiscal cada vez más sólido y una posición externa fortalecida.
Sin embargo, estas condiciones se ven parcialmente contrarrestadas por altos pagos de intereses, que generan rigidez fiscal, así como por un historial de estancamiento político que ha limitado la aprobación de reformas, pese a indicadores de gobernanza relativamente sólidos.
“La perspectiva positiva refleja un fuerte crecimiento en medio de la incertidumbre global, la continuación de grandes superávits primarios, una carga de intereses decreciente y una continua acumulación de reservas”, argumentó la agencia en un informe de este miércoles 17 de diciembre.
Crecimiento y mejora fiscal
La calificadora destacó que la economía costarricense ha mantenido un desempeño robusto, a pesar de un entorno internacional incierto y de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos. Las zonas francas continúan creciendo a un ritmo mayor que el resto de la economía, cuyo avance ha sido más moderado.
Fitch prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 4,1% en 2025, ligeramente por debajo del 4,3% estimado para 2024, y que se desacelerará a 3,5% en 2026 y 2027, en línea con su crecimiento potencial.
En el ámbito fiscal, los ingresos del Gobierno Central crecieron 2,2% interanual hasta setiembre, impulsados por el dinamismo en las zonas francas, mientras que el gasto total cayó 1,6%, principalmente por una reducción del 8,7% en el pago de intereses. El superávit primario alcanzó el 1,3% del PIB al tercer trimestre de 2025, frente al 1,2% de 2024, y Fitch estima que el déficit fiscal se reducirá a 3,2% del PIB en 2025.
La calificadora espera que la deuda del Gobierno Central se estabilice alrededor del 59,4% del PIB en 2025, justo por debajo del umbral del 60% que activa una versión menos restrictiva de la regla fiscal.
Reservas internacionales
Fitch resaltó la sólida posición externa de Costa Rica, impulsada por el buen desempeño exportador de las zonas francas, que ha permitido reducir los déficits de cuenta corriente. Para 2025 y 2026, la agencia proyecta un déficit de cuenta corriente del 1,3% del PIB, ampliamente financiado por flujos de inversión extranjera directa (IED).
La acumulación de reservas internacionales ha sido significativa: estas alcanzaron $16.000 millones en noviembre de 2025, más del doble del nivel observado a finales de 2021. Fitch estima que la cobertura de reservas llegará a 4,7 meses de pagos externos en 2025, en línea con la mediana de la categoría BB.
No obstante, el informe subraya como riesgo la deflación persistente. La inflación se mantiene negativa desde mayo de 2025 y registró -0,4% interanual en noviembre. Esta situación, junto con la fortaleza del colón y los recortes de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos, permitió al Banco Central reducir su tasa de política monetaria al 3,5% en setiembre. Fitch prevé que la inflación promedio anual será de apenas 0,3% en 2026, muy por debajo del rango meta del Banco Central, lo que podría tener implicaciones sobre las finanzas públicas y la dinámica de la deuda.
