Brasilia. Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), considera que Costa Rica está en buena posición para ajustarse a las medidas comerciales de Estados Unidos.
En abril, el presidente estadounidense, Donald Trump, impuso una tasa arancelaria del 10% al país como parte de su política comercial. La medida, de alcance global, ya incide en las previsiones económicas para 2025 en el mundo, y el país no es la excepción.
De hecho, el Banco Central de Costa Rica redujo la proyección de crecimiento para este año a raíz de la guerra arancelaria desatada por el mandatario estadounidense.
En un encuentro con periodistas de la región, organizado por CAF, Díaz-Granados afirmó que Costa Rica exporta productos de alto valor agregado al mercado estadounidense, lo cual facilita su capacidad de adaptación ante las nuevas condiciones comerciales.
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Agregó que el tratado de libre comercio entre Costa Rica y Estados Unidos ofrece una base útil para las negociaciones comerciales, la cual considera conveniente para nuestro país en el marco de un encuentro bilateral.
“Lo que haga el país (Costa Rica) junto con Estados Unidos desde la negociación, estoy seguro que Costa Rica tiene la capacidad para ajustarse dentro de ese nuevo contexto de reglas que ha planteado Estados Unidos”, explicó el alto ejecutivo de CAF.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Costa Rica. Durante 2024, el 47% de las exportaciones costarricenses tuvieron como destino esa nación. El año pasado, las exportaciones alcanzaron $19.900 millones; de ellos, $9.401,9 millones se dirigieron al mercado estadounidense.
Entre los principales productos destacan los dispositivos médicos, que representaron el 23% del total, seguidos por agujas, catéteres, cánulas, prótesis médicas, piña, café y banano.
El BCCR confirmó que los conflictos comerciales globales por la guerra arancelaria y por fenómenos climáticos afectarán la producción, pasando de un pronóstico para 2025 de 4,1%, en enero pasado, a una estimación de 3,6% en la actualización anunciada este 5 de mayo.
El 8 de abril, Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior, informó sobre la conformación de un equipo interinstitucional e indicó que se abrió un canal de diálogo con el sector exportador.
En ese momento, Tovar también indicó que Costa Rica mantiene conversaciones con los socios norteamericanos, con el fin de procurar las mejores condiciones de acceso al mercado para las exportaciones costarricenses.
Díaz-Granados señaló que, para los demás países de América Latina, el panorama de las relaciones comerciales dependerá del grado de dependencia respecto al mercado estadounidense.
“En la medida que se vayan resolviendo esta incertidumbre, sabremos exactamente cuál es la posición en la que va a quedar cada país. Pero eso se vuelve bastante impredecible, depende mucho de la de la voluntad de los gobiernos”, comentó Díaz-Granados.
Altísima incertidumbre
El presidente de CAF advirtió que el mundo atraviesa un cambio estructural en las normas comerciales que han prevalecido en los últimos años, lo que ha generado una gran incertidumbre.
“El cambio que hay hoy es profundo (...) Casi 70 o 80% del comercio mundial lo tienen tres bloques: China, Estados Unidos y Europa. Lo que pasa ahí nos afecta a todos. Al cambiar esta decisión de reglas de comercio globales, predecibles, con reglas propias, impredecibles, cada país tiene que ajustar su agenda“, señaló el alto ejecutivo de CAF.
Agregó que cada país deberá analizar cómo enfrentar esta coyuntura, lo cual dependerá en gran medida de su nivel de cercanía comercial con Estados Unidos.
“Cada país va a tener que analizar cómo se acomoda en este escenario. Es un escenario de altísima incertidumbre, de altísima inestabilidad. Esta es la realidad que tenemos ahora. Cada país tiene que comenzar a trabajar en su economía”, afirmó Díaz.
El 2 de abril, el presidente estadounidense anunció impuestos recíprocos, con una tarifa del 10% para Costa Rica y otros países de América Latina. La medida entró en vigencia el 5 de abril.
A partir del 9 de abril, se aplicarían aranceles superiores al 10% para 57 países. No obstante, Trump anunció una pausa de 90 días para estas medidas y, en su lugar, implementó una tarifa universal del 10%.