El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) informó que, durante este año, efectuaron el decomiso de 2,92 toneladas de queso de contrabando en la región Huetar Norte, mediante retenes y procesos de supervisión efectuados en conjunto con la Fuerza Pública.
La entidad pública y la Cámara Nacional de Productores de Leche mostraron su preocupación porque el producto mostraba serias deficiencias sanitarias. Por ejemplo, se transportaba en bolsas de plástico a temperatura ambiente, cuando lo recomendable es a siete grados Celsius. Además de contar con etiquetas falsas y con residuos de contaminación visible. El queso decomisado, principalmente, es de tipo semiduro y fresco que se conoce como morolique y quesillo.
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“Los operativos en contra del contrabando de queso en la Zona Norte se mantienen para contrarrestar esta práctica. Producto de las acciones se decomisaron 709 kilos de queso que se transportaban a temperatura de 25 grados centígrados. Además de que la información de origen, en algunos casos, era falta o estaba incompleta”, explicó Eliud Herrera, director de la Región Huetar Norte del Senasa.
La acción descrita por el funcionario se efectuó, el pasado lunes 25 de octubre, en la zona de San Humberto, de los Chiles en Alajuela.
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En un operativo de carretera en zona de San Humberto, de los Chiles, este 25 de octubre, el Senasa y la Fuerza Pública decomisaron 709 kilos de queso de contrabando. (Cortesía Senasa)
“La intención de los operativos es regular el transporte y la producción del queso. Cuando el queso no se transporta a la temperatura adecuada se convierte en un riesgo para la salud pública”, destacó Herrera.
Uno de los operativos más relevantes se realizó a inicios de octubre en el cruce Cipriano, distrito de Cureña de Sarapiquí. El día 12, el Servicio Nacional de Salud Animal incautó un total de 870 kilos de queso de contrabando que tenía registro de información falsa. Por ejemplo, números de Certificados Veterinarios de Operación (CVO) que no existen; permiso que emite el Senasa para el transporte y comercialización de estos productos.
El Senasa, órgano adscrito al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), realiza las acciones preventivas de inspecciones con el objetivo de garantizar que los alimentos cumplan los requisitos de inocuidad en todo el territorio nacional, sean estos importados, exportados o nacionales y así garantizar alimentos seguros para el consumo humano.
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“Al ser un producto que no cumple con las condiciones higiénico-sanitarias, se procedió a la destrucción, de acuerdo con los protocolos establecidos”, señaló el director de la Región Huetar Norte de la institución pública.
Erick Montero, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Productores de Leche, comentó que el contrabando de queso desde Nicaragua se incrementó, desde el año pasado, cuando a raíz de la pandemia se elevó la presencia de Fuerza Pública en la Zona Norte del país.
“Lo más importante aquí es que se trata de un tema de salud pública, porque es producto que se elabora sin ningún control de calidad y mucho menos de inocuidad. Además, es transportado sin refrigeración y vienen contamidos con materia fecal incluso”, destacó Montero.
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Durante este año, el Senasa ha decomisado queso con muestras evidentes de contaminación que se transportaba de manera inadecuada. (Cortesía Senasa.)
Según la organización productora, se estima que entre un 15% y 20% del queso consumido en el país es de contrabando, y cuyo destino final principalmente son mercados y locales comerciales del Gran Área Metropolitana (GAM).
“Se trata de un grave problema de comercio desleal para los productores locales, pues de aquel lado (Nicaragua) el kilo se compra en $1, mientras que aquí el precio está entre $2 y $2,5 el kilo”, destacó el vocero de los productores.
Montero recalcó que solicitaron al Senasa un incremento de los operativos por el riesgo de un grave problema de salud pública, por el riesgo de enfermedades como la tuberculosis y la brucelosis. Esta última es una infección bacteriana que se transmite de los animales a las personas.
Senasa instó a la población a comprar productos y subproductos de origen animal, en establecimientos autorizados, y que cuenten con el etiquetado correcto de permisos del Senasa y el Ministerio de Salud.