Una caída del 53% en los precios internacionales del azúcar en apenas 18 meses, causada a su vez por la saturación del mercado debido a altas producciones de India y Paquistán, provocó el incremento de las importaciones del derivado de la caña a Costa Rica, la merma en los ingresos de los productores e ingenios, y contribuyó a poner en apuros a por lo menos tres ingenios locales.
La situación fue denunciada por la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (Laica), entidad que agrupa a los subsectores (productores e ingenios) y regula la relaciones del sector cañero.
Édgar Herrera, director ejecutivo y de comercialización de Laica, reconoció que el cierre de operaciones del Ingenio Costa Rica (ubicado en Carrillos de Poás, en el límite con Grecia), la suspensión de la molienda de este periodo en el Ingenio Atirro (en Turrialba) y la necesidad de capitalización que enfrentó el Ingenio Coopevictoria (también en Grecia) tienen mucho de relación con la “preocupante” situación suscitada por los bajos precios internacionales del producto.
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En general, el sector cañero-azucarero costarricense tiene registrados unos 8.000 productores y genera alrededor de 20.000 empleos directos en la actividad. En operación hay 12 ingenios o industrias de proceso de la caña para elaborar azúcar.
Los datos de la Bolsa de Productos de Nueva York para el periodo de enero del 2017 a la actualidad indican que la mejor cotización se logró, en ese lapso, el 18 de enero del 2017, cuando los precios futuros cerraron en $20,98 por quintal (saco de 46 kilos) para azúcar crudo, es decir, sin refinación y, por tanto, no listo para el consumo. Este producto, además, se vende a granel, sin empaque. El más bajo se presentó el pasado 26 de setiembre del 2018, con $9,90 por quintal. Esta merma es del 53%.
La saturación del mercado causó esta fuerte baja de precios. Según Herrera y Alejandro Miranda, vicepresidente de la Cámara Nacional de Azucareros, India y Paquistán comenzaron a otorgar subsidios al sector, lo cual llevó a notables aumentos en la producción. India, por ejemplo, pasó de producir 20 millones de toneladas de azúcar en el periodo 2016-2017 a un estimado de 32 millones de tonelada para el 2018-2019, según cuadros que presentaron.
Australia a la cabeza junto con un grupo de países productores ya denunciaron el tema ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y solicitarán la creación de un panel de expertos que se pronuncie al respecto. Costa Rica analiza si se une como observador o pretende una participación más activa.
En tanto, China ya tiene en vigencia una salvaguardia por tres años, mediante la cual agregó 45% al arancel vigente, es decir, lo elevó de 45% a 90% para defenderse de un crecimiento de las importaciones ante los bajos precios internacionales.
Facilidad para importar
La caída en los precios mundiales es aprovechada, denunciaron Herrera y Miranda, por una empresa en especial para importar con cotizaciones bajas, tanto que les alcanza para pagar el arancel común de 45% y una salvaguardia vigente que añade 3%, es decir, un 48%. Incluso se sospecha, afirmaron, de una triangulación para lograr traer el producto de un país con el cual hay una cuota vigente sin aranceles.
Aunque los dirigentes del sector azucarero prefirieron no dar el nombre de las empresa, el gerente general de La Maquila Lama, Juan Carlos Sandoval, reconoció que son ellos quienes traen azúcar de Brasil y Canadá, en proporciones del 50% de cada mercado.
Sandoval dijo que se debe ser claro y reconoció que la mayoría del azúcar comprado en Canadá es de Brasil y de otros países. Se lleva a Canadá crudo, en ese país se refina y se alista para consumo humano y se reexporta como producto no originario. Aseguró que este sistema triangulado está dentro de los acuerdos aceptados por Costa Rica en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Canadá.
La Maquila Lama vende el azúcar en Costa Rica alrededor de 8% más caro que Laica y no ha logrado superar el 6% del mercado en vista de la alta protección con el 48% de arancel o impuesto de entrada argumentó el empresario. “El problema del mercado azucarero actual en Costa Rica no son las importaciones sino los bajos precios internacionales”, argumentó.
Datos extraídos del portal estadístico de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer), para los primeros seis meses del año (lo más reciente disponible), establecen que en el 2013 el valor de las importaciones de azúcar a Costa Rica fue de $111.000. La cifra se ubicó en $419.000 para el 2015 y presentó un gran aumento, a $2,03 millones, en el 2016, y hasta $3,43 millones para los primeros seis meses de este 2018.
En volumen, se pasó de 2,8 toneladas importadas, en el 2013, a 749 en el 2015, y hasta 3.441 toneladas, en el 2016, acumuladas entre enero y junio. En los primeros seis meses del 2018 se registraron importaciones por 5.857 toneladas de azúcar.
Herrera estimó que la importación con la cual finalizará este año iguala la molienda de una temporada de un ingenio pequeño como el Costa Rica. El impacto, sin embargo, es fuerte, especialmente en las regiones, pues por ejemplo se quedaron sin trabajo unos 100 empleados, calcularon los representantes de Laica.
El ingenio Costa Rica comunicó a Laica que desde la actual molienda (2018-2019) salió de la actividad luego de muchas décadas, mientras que Atirro envió una nota en la cual explicó que en la zafra actual suspendió la molienda. Los productores que entregaban a Costa Rica se distibuirán entre otros ingenios en Grecia, como Coopevictoria, mientras que unos de los de Turrialba entregarán su producción al Ingenio Juan Viñas (cantón de Jiménez) y otros deberán transportar su producto hasta Coopevictoria, en Grecia.
Aunque en esos casos se combinaron una serie de factores, Herrera y Miranda argumentaron que la actual situación cíclica de precios bajos internacionales afectó a los ingenios y señalaron que una condición como la actual afecta en primera instancia a los pequeños.
Ingenio Costa Rica cierra tras más de 70 años de historia
El ingenio Costa Rica, ubicado en Carrillos de Poás, justo en el límite con Tacares de Grecia, comunicó en mayo pasado que se salía de la molienda de caña, tras más de 70 años de labores, pues se abrió en los años cuarenta del siglo pasado, según reconoció su gerente general, Eduardo Pinto.
Los problemas de ese ingenio se iniciaron con el desplazamiento de áreas dedicadas al cultivo de caña de azúcar en la zona de Grecia y Poás, y sus lugares aledaños, explicó Pinto.
Esa condición redujo la cantidad de caña entregada al ingenio para su procesamiento, lo cual obligó a traer materia prima de lugares cada vez más alejados para tratar de no golpear la economía de escala de la empresa, agregó. Es así como, continuó, en las últimas zafras alrededor del 40% del volumen total de la molienda se traía desde San Carlos.
La situación causó un fuerte incremento en los costos de producción y desbalanceó el equilibrio del ingenio, detalló Pinto.
Pero el punto final lo puso el ciclo actual de precios internacionales bajos, agregó el empresario en relación con el cierre anunciado en mayo de este año.
Este ingenio procesaba un promedio de 75.000 toneladas anuales de caña, por lo cual se consideraba una instalación pequeña.
La empresa cerrará el proceso de caña en el ingenio, pero se mantendrá en la producción con alrededor de 600 hectáreas cultivadas en los cantones de Poás y Grecia, y en San Carlos. Esta producción se entregará a otros ingenios, informó Pinto.
En relación con el equipo el ingenio, Pinto señaló que se está tratando de vender a otros ingenios, talleres y otras empresas, aunque explicó que la mayoría se puede considerar como chatarra.
La empresa ya pagó las prestaciones y los pendientes con productores y proveedores, declaró el gerente, todo conforme con las obligaciones legales, según el gerente. Recordó que desde tiempo atrás la empresa viene en proceso de ajuste, por lo que, al final, había solo unas 15 personas laborando en la instalación.
Además, estimó que el fuerte desplazamiento del uso de la tierra en la zona convirtió a esas comunidades prácticamente en sitios dormitorio, porque la gente sale a trabajar a San José y otros sitios. Por esa razón, argumentó, no es tan fuerte el impacto social del cierre del ingenio.
La instalación procesaba caña de alrededor de 240 productores de esta actividad. Ellos entregarán su cosecha a otros ingenios de Grecia, Poás, y San Carlos y alrededores.