EscucharCuando escuchamos la palabra “cortisol” es normal que se nos venga a la mente la definición de “hormona del estrés”. Y sí, esto es cierto, pero tal vez no del estrés como nos imaginamos.
“La llamada ‘hormona del estrés’ le ayuda al cuerpo a regular el estrés, pero ese estrés es fisiológico, no psicológico. Cuando tenemos fiebre, una enfermedad, somos sometidos a una cirugía o tenemos un accidente, nuestro cuerpo presenta estrés fisiológico. Entonces, el cortisol sube y nos ayuda a mantener la presión arterial, la glucosa en sangre y el funcionamiento de varios órganos”, comentó a La Nación la endocrinóloga Natalia Jiménez.
La especialista añadió que el estrés psicológico, el de las tensiones de la vida cotidiana, de estudios, trabajo y otros problemas sí pueden tener influencia en la liberación de cortisol, pero no va a subirlo en grandes cantidades como para que sea decisivo.
El cortisol es una hormona que todos los humanos tenemos. Se libera en la glándula suprarrenal, que está arriba de los riñones, y tiene niveles diferentes durante el día. Los más altos se liberan cerca de las 8 a. m., y una cantidad menor en la tarde, cerca de las 2 p. m. y va bajando en horas de la noche.
Los mitos sobre esta sustancia y cómo actúa en nuestro cuerpo son muchos. Por eso, en Siéntase Pura Vida exploramos el papel de esta hormona, por qué no tiene sentido medir nuestros niveles en el organismo, y por qué las cremas, lociones y cápsulas antienvejecimiento que dicen regular estas hormonas no son recomendables. O por qué no todo lo que nos sucede en síntomas físicos o psicológicos son producto de desbalance de cortisol.
Sin embargo, también hablaremos del manejo del estrés, de la importancia de destinar espacios y de manejar la atención. O de cómo aconsejar a alguien con altos niveles de estrés; definitivamente decir “no se estrese” no desaparecerá los niveles de estrés de nadie.
Es bueno tener en cuenta que sí existe un estrés “positivo” se conoce como eutrés y se da especialmente cuando recibimos buenas noticias no esperadas o que sí estábamos esperando, pero son una confirmación. Y por otro lado está el distrés, que es el estrés negativo, asociado a problemas o a asuntos que debemos solucionar en nuestro día a día, ya sea en el estudio, trabajo o vida personal. Nuestro cuerpo está en capacidad de asumir este último, el problema es cuando se acumula durante semanas, meses y hasta años.
¿Tiene sentido conocer nuestros niveles de cortisol?
Jiménez indicó que sí hay forma de medir los niveles de cortisol en nuestro cuerpo. Puede hacerse a través de exámenes de sangre, orina y saliva. Sin embargo, no tendría mucho sentido medirlo.
“El cortisol solo se tiene que medir si el médico sospecha que no se tiene suficiente, eso sería una insuficiencia suprarrenal, pero eso ya es una enfermedad rara. O si se sospecha que el cortisol está en niveles muy altos, pero eso es si la persona tiene características de una enfermedad llamada síndrome de Cushing, que se caracteriza por altos niveles de cortisol y ahí sí necesitaría un examen para medirlo y controlarlo. En los demás casos, no tiene sentido medirse cortisoles al azar porque sube y baja, como es una hormona se autorregula”, señaló la endocrinóloga.
En entrevista con The New York Times, Martin Picard, investigador de la Universidad de Columbia, recalcó que nuestros niveles de cortisol varían durante el día, entonces de poco sirve llevar una muestra tomada en un momento, porque puede ser que un par de horas después ese nivel haya cambiado.
No, el cortisol casi nunca es el culpable directo
El año pasado, una tendencia en la red social TikTok comenzó a “echarle la culpa” a desbalances en el cortisol a diferentes condiciones, como tener insomnio o más bien dormir mucho, o tener brotes en la piel, o el abdomen hinchado o sentirse constantemente nervioso o cansado.
Estas condiciones pueden deberse a múltiples factores en donde el estrés sí puede tener un rol protagónico (o ser un personaje secundario recurrente), pero no necesariamente tenga que ver con niveles elevados de cortisol, sino con otros componentes del estrés en sí mismo (ya que está compuesto por un “coctel de varias sustancias”).
En la misma entrevista, Picard indicó que el cortisol podría ser solo un chivo expiatorio conveniente al que la gente suele recurrir cuando no tiene ninguna otra explicación clara para sus problemas de salud.
“Cuando la gente dice que tiene el cortisol elevado, yo les diría que eso es algo que no pueden sentir”, especificó.
En otras palabras, no podemos llegar donde un médico o a nuestra cita de psicología a decir “es que se me subió el cortisol” porque simplemente no vamos a sentirlo así.
Y tampoco tiene sentido buscar tomarnos muestras de sangre en busca de desniveles hormonales sin la guía de un médico.
Cuidado con las lociones y remedios en Internet
Jiménez manifestó que hay toda una corriente de productos antiedad que ofrecen desde tests caseros para medir niveles de cortisol hasta productos como lociones, geles y cápsulas que prometen bajar los niveles de cortisol de las personas.
“Son cosas cuya efectividad no está probada, no dejan de ser un negocio. A no ser que tengamos una enfermedad como las que describí antes, nuestro cuerpo mismo regula el cortisol”, destacó Jiménez.
Control del estrés crónico es vital
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El cortisol es la llamada "hormona del estrés", pero no está tan relacionada a nuestro estrés psicológico como lo pensamos. Fotografía: Shutterstock
Lo expuesto anteriormente no quiere decir que el estrés, especialmente si es crónico, no vaya a causarnos daño a la salud, tanto mental como física. Los riesgos del estrés sobre nuestro cuerpo e incluso sobre nuestro corazón. Un estrés mal manejado y sin descanso sí somete a nuestro sistema inmunitario y podemos enfrentar síntomas físicos como digestivos, o pérdida de cabello o uñas quebradizas.
Por eso, es necesario tener buen manejo del estrés. Es bueno repasar estos consejos:
- Hacer ejercicio
- Salir a dar un paseo
- Tener contacto con la naturaleza
- Estar con nuestros amigos o familiares más queridos
- Reírse
- Dormir bien: sueño reparador de 7 a 9 horas, con buena calidad
- Una alimentación balanceada
- El yoga y la meditación u otros ejercicios espirituales también pueden ayudar
- Escuchar nuestra música favorita o melodías relajantes
- Buscar ayuda en terapia psicológica cuando sentimos que los problemas o el estrés nos sobrepasan
Siga estos consejos y Siéntase Pura Vida.
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