
Un hallazgo paleontológico en Taiwán sorprendió a la comunidad científica internacional. Investigadores encontraron el fósil de un caracol preservado dentro de la concha de su madre, un fenómeno extremadamente raro en el registro fósil.
La investigación, publicada en la revista Geodiversitas, detalló el descubrimiento de cinco nuevas especies de moluscos de agua dulce que habitaron en el Pleistoceno temprano, hace más de un millón de años. El estudio estuvo a cargo de un equipo de la Universidad Nacional de Taiwán y la Academia Sinica, ambas instituciones científicas del país asiático.
Uno de los ejemplares, identificado como Sinotaia quadrata, llamó la atención por conservar, en su interior, la concha de una cría. Se trata del segundo caso fósil registrado en el mundo con estas características. Según los científicos, este descubrimiento ofrece información clave sobre comportamientos reproductivos de moluscos vivíparos prehistóricos.
Evidencia de migraciones y cambios en el ecosistema
Los fósiles fueron encontrados en un sitio arqueológico del norte de Taiwán. La presencia de estas especies permitió inferir que hubo intercambio de fauna terrestre entre regiones del este asiático mucho antes de lo que se creía.
El hallazgo también confirmó la existencia de un corredor migratorio natural durante los periodos glaciales. Ese paso conectaba territorios del actual Japón, China y Taiwán a través del estrecho de Taiwán, que en ese tiempo estuvo seco debido al descenso del nivel del mar.
Este fenómeno geográfico facilitó la dispersión de especies de agua dulce, lo que favoreció procesos de evolución regional. Según los expertos, algunos linajes de estos moluscos se establecieron en Taiwán hace más de un millón de años.
Ventana al pasado del ecosistema asiático
Los fósiles representan los registros más antiguos conocidos de moluscos de agua dulce en Taiwán. Esta información aporta una referencia comparativa con los ecosistemas actuales, que se encuentran amenazados por la intervención humana y especies invasoras.
Con técnicas de estratigrafía, análisis morfológicos y taxonomía comparativa, los investigadores lograron reconstruir la paleoecología del norte de la isla. El estudio no solo permite clasificar nuevas especies, sino también comprender aspectos sobre el cuidado parental y estrategias reproductivas de moluscos extintos.
Además, los resultados sugieren que el estrecho de Taiwán fue una vía clave para la expansión biológica durante las glaciaciones. Los fósiles comparados con registros de Asia Oriental y Japón mostraron una estrecha relación entre estas regiones.
Más allá de la taxonomía
Aunque el descubrimiento incluye clasificaciones inéditas, los autores del estudio resaltaron que los hallazgos también abordan procesos evolutivos y transformaciones ambientales. Esta investigación permite llenar vacíos históricos del registro fósil del Cuaternario en el Pacífico Occidental, aportando una nueva perspectiva sobre el desarrollo de la biodiversidad asiática.
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